Ingresar a la educación superior es una decisión que no siempre se toma al egresar de 4to medio. A veces pasan un par de años o incluso décadas antes de retomar los estudios y eso bien lo saben Fernando Henríquez (49), Leslie Vega (40) y Bernardita Tudela (38), quienes ingresaron a estudiar carreras del área de administración en el CFT Santo Tomás Puente Alto, pero no lo hicieron solos, lo hicieron con el apoyo de sus familias y en sus casos, acompañados de sus hijas.

“El año pasado terminé la enseñanza media y me aconsejaron seguir estudiando. Yo tenía dudas pero me gustan los desafíos y escogí la carrera Contabilidad General”, cuenta Leslie Vega.

El mismo año, su hija Tamara ingresó a estudiar la misma carrera y en la misma sede Tomasina. ¿La razón? “Revisé la malla curricular y me encantó, dije ‘ahora es cuando y tienes que darle’”, recuerda.

De esta forma, madre e hija se convirtieron en compañeras de clase y, a pesar de no vivir juntas, cuentan que ha sido una experiencia gratificante.

“Cuando terminan las clases hablamos por WhatsApp, nos contamos lo que no entendemos y se siente genial, me alegro por ella porque antes no había tenido esta oportunidad, así que genial”, asegura Tamara.

“Juntas, pero no revueltas”

Una situación similar viven Scarlett Oñate y Bernardita Tudela, quienes ingresaron en 2020 a la carrera Técnico en Administración Logística y hoy se abren paso en su segundo año de carrera.

“Entré a estudiar TEGYN y mi mamá entró a Técnico en Administración Logística, pero me di cuenta de que no me gustaba la carrera y solicité el cambio a la misma carrera de mi mamá. Si bien, nos conectamos a las clases por separado, nos ayudamos harto; al terminar la clase revisamos la materia y estudiamos juntas para las pruebas”, explica Scarlett.

De esta forma, madre e hija complementan lo aprendido en clases, pero mantienen la distancia y recién este año hicieron equipo de trabajo juntas.

“El año pasado fue difícil por la pandemia, era una modalidad nueva; difícil pero no imposible, ella me ayudó bastante, pero hicimos grupos de trabajo separadas: juntas, pero no revueltas. Y aprobamos el primer año con buenos resultados”, cuenta Bernardita, su mamá.

El camino de ambas mujeres está unido no sólo por el vínculo familiar, sino también por uno laboral, ya que ambas son manipuladoras de alimentos y por tanto están familiarizadas con la logística que su trabajo involucra. Esa fue una de las razones por la que escogieron la carrera.

“La otra razón por la que entré a estudiar fue para motivar a mi hija, porque si ella ve que yo puedo, ella también se va a motivar. Ambas somos mamá y trabajamos en la misma área, así que se dio la oportunidad y la tomamos”, enfatiza Bernardita.

Padre e hija se la juegan por Contabilidad General

A los 28 años y tras congelar su primera carrera, Jocelyn Henríquez ingresó a estudiar Contabilidad General. Fue mamá hace 10 meses y los tiempos debían compatibilizar todo, por lo que una carrera vespertina y FlexClass le parecieron ideales para comenzar una carrera técnica.

Similares razones tuvo su papá, Fernando Henríquez para escoger la misma carrera, en la misma sede. “Lo decidí siguiendo a mi hija, pero además porque me acomodaba la modalidad online, ya que presencial habría sido más complicado”, detalla Fernando.

Tras un año de restricciones sanitarias, Fernando -quien es transportista particular- decidió estudiar una carrera técnica que le permita seguir como trabajador independiente, pero “con una carta bajo la manga”.

“En mi familia, hace tiempo me decían que estudiara, pero ya con la pandemia lo vi más real. Me vi sobrepasado, sin apoyos ni alternativas de trabajo así que seguí el camino de mi hija. Nos ha ido bien, me he sorprendido porque hay conceptos que yo ya manejaba por experiencia de vida, entonces tengo una base y no estoy tan perdido como imaginaba”, cuenta.

A esta dupla la modalidad online, producto de las restricciones sanitarias, les ha resultado beneficiosa; a él para compatibilizar trabajo y estudios y a ella para “administrar mis tiempos entre ser mamá, estudiante, en fin”, enfatiza Jocelyn.

Al igual que en los otros casos, Jocelyn y Fernando conversan las clases, se ayudan, explican y complementan en sus estudios, compartiendo ya no sólo como familia, sino también como compañeros en este proyecto académico que esperan llevar a buen puerto.