Estudiante de Santo Tomás Viña del Mar es “top ten” del ranking internacional de Tenis Adaptado de Pie

Nicolás Basáez, alumno de la carrera de Preparador Físico, desde pequeño ha sido un entusiasta deportista, a pesar de haber nacido sin brazos.

Nicolás Basáez nació sin sus dos brazos. Y tuvo que ingeniárselas para desenvolverse en la vida diaria bajo esa condición, la que no le ha impedido ser un destacado deportista desde temprana edad. En su colegio fue seleccionado en distintas disciplinas, aunque la que hoy practica con más dedicación es el tenis. Tanto así que ha llegado a ubicarse como número tres de Chile y décimo en el ranking internacional del TAP World Tour, circuito que reúne a quienes practican el denominado Tenis Adaptado de Pie.

El alumno de cuarto semestre de la carrera de Preparador Físico del Centro de Formación Técnica Santo Tomás Viña del Mar acumula mil puntos en los dos torneos internacionales que ha jugado este año. En el primero, el Chile Open desarrollado en Santiago en abril, llegó a cuartos de final, mientras que en julio, en el Argentina Open, ganó un partido y perdió dos (en esta modalidad los torneos no son de eliminación directa). Ahora se encuentra enfocado en lograr una buena actuación en el Master que se jugará a fin de año en Santiago, ya que su objetivo es terminar el 2015 entre los mejores cinco del escalafón de la categoría A.

“Mi categoría es para los que tienen movilidad acorde a una cancha normal de tenis, jugamos con las mismas reglas del tenis común”, explica el estudiante oriundo de La Ligua, aclarando que “el problema es que entre mis rivales no hay ninguno al que le falten los dos brazos como a mí. A la mayoría le falta una pierna o las dos, entonces para ellos la dificultad es que les cuesta correr, pero tienen un buen servicio y eso me complica, ahí me sacan ventajas”.

En todo caso, Nicolás asegura que eso no lo amilana porque “yo voy de igual a igual. Empecé jugando campeonatos contra personas que no tenían ninguna capacidad diferente, entonces estaba acostumbrado a un nivel más alto, a que me sacaran fuerte. Ahora sé que cuando sacan tengo que esperar más atrás para que la pelota baje y poder pegarle”.

Respecto a su técnica, el alumno de Santo Tomás Viña del Mar afirma que la ha desarrollado con la práctica. “Por ejemplo, al principio yo solo le pegaba de un lado, del derecho. Si me tiraban al revés no había caso, no le pegaba o no pasaba la malla porque tengo que girar mucho el cuerpo y no veo la pelota cuando le pego de revés. Entonces lo que hago es que escucho el bote y le pego. Ahora ya no fallo”, dice.

Capacidades diferentes y deporte

¿Por qué una persona con capacidades diferentes decide dedicarse al deporte? Nicolás no tiene una respuesta concreta, solo recuerda que no tener brazos jamás le impidió interesarse en estas actividades.

“En el colegio estuve en todas las selecciones, juego hándbol, vóleibol, básquetbol, fútbol. El tenis fue uno de los primeros deportes que jugué, siempre me llamó la atención porque era el más difícil. Cuando empecé la directora del colegio no quería que jugara porque decía que me podía caer o que me podía pasar algo, pero mi mamá le dijo ‘déjelo, él se las va a arreglar, pásenle una raqueta y que juegue’”, señala.

Otro hecho que lo motivó a dedicarle más tiempo al tenis fue que el año 2002, tras aparecer en la Teletón, fue apadrinado por Fernando González: “Ahí me regaló una raqueta y después me siguió apoyando, me mandaba a buscar a La Ligua para que viniera al ATP de Viña, cuando llegaron de los Juegos Olímpicos de Atenas me llevó a una exhibición que hicieron en Talcahuano y ahora en el torneo de Santiago también estaba él”, explica.

Respecto al financiamiento de su participación en los torneos, el alumno de Santo Tomás Viña del Mar dice que ha contado con algunos auspicios, pero que siguen siendo insuficientes. “Todavía estoy pagando los pasajes para ir a Argentina. Me ayudaron algunos auspiciadores de La Ligua y eso me sirvió para pagar la estadía y los gastos, pero todavía falta”, se queja.

Y dado que Nicolás practica varios deportes, no es extraño que revele que estuvo muy cerca de representar a Chile en los Juegos Parapanamericanos de Toronto, pero en la disciplina de tenis de mesa. “El problema es que me cambiaron la modalidad de juego, me pusieron la paleta amarrada al brazo y no podía pegarle bien, el brazo me quedaba morado porque no estoy acostumbrado a jugar así. Así que no pude ir, me quedé con las ganas, pero justo viajé a Argentina y eso me subió un poco el ánimo”, se consuela.

Finalmente, el estudiante de 23 años de edad agradece a todos quienes le han ayudado para dedicarse al tenis. “A mi entrenadora Carolina Martínez, del club donde entreno y trabajo, y a María Antonieta Acevedo, jefa de carrera de Preparador Físico, que también me motiva y acompaña”, cierra.