Bárbara Montecinos, de Rapa Nui a Técnico en Educación Parvularia: “Ha sido difícil, pero en Santo Tomás siempre te están apoyando”

La alumna de primer año en la sede Viña del Mar dejó la isla para estudiar y cumplir su sueño de trabajar con niños en el futuro, ojalá en un jardín infantil donde pueda preservar la cultura Rapa Nui.

Bárbara Montecinos Lienqueo nació en el continente, se crió en Rapa Nui y por sus venas corre sangre mapuche. Esa llamativa mezcla ha marcado la vida de esta estudiante de Técnico en Educación Parvularia en Santo Tomás Viña del Mar, que reconoce que el ingreso a la Educación Superior ha sido difícil, sobre todo por estar lejos de su familia, pero no ha mermado sus ganas de trabajar con niños.

“Yo nací acá, pero me fui a los siete años a la isla, así que toda mi vida ha sido allá. Me vine a Quilpué a terminar la enseñanza media porque mis papás no estaban muy conformes con la educación que estaba recibiendo allá, pero aguanté dos años y me devolví. Y ahora que terminé el colegio de nuevo tenía que decidir si volvía al continente o me quedaba allá. Estaba más madura, así que pensé ‘tengo que hacerlo no más’ y me vine”, resume.

Sobre su ascendencia mapuche, confiesa sin culpas que no tiene mayor relación con esa cultura: “lo que pasa es que como antes se discriminaba tanto a los mapuche, mis abuelos prefirieron no inculcarle mucho el tema a mi mamá para que no tuviera problemas. Ahí se cortó el lazo, entonces ella tampoco tenía mucho que enseñarme de ese pueblo. Tengo el apellido, pero no podría decir que sé mucho de la cultura mapuche”.

Al contrario de su primera estadía en la región, ahora Bárbara decidió no quedarse en casa de unos familiares, sino en un hogar en Viña del Mar en el que viven exclusivamente jóvenes de Rapa Nui y Juan Fernández que por estudios se trasladaron al continente: “así no estoy tan sola, todos están en la misma que yo. Nos apoyamos harto en el sentido de que si a uno le cuesta una materia, el que sabe algo le ayuda. O también si hay niños que se quieren ir, conversamos entre todos, nos apoyamos, somos como una pequeña familia. Somos 18 en total, y de esos como 14 somos de la isla… a todos los conocía, al menos de vista”.

 Vocación por la Educación Parvularia

Más allá de los problemas de adaptación y alguna pequeña crisis que la hizo pensar en volver a Rapa Nui, Bárbara dice que sus ganas de estudiar Técnico en Educación Parvularia se mantienen intactas. “Toda mi vida me han gustado los niños y empecé a averiguar por internet y la primera opción que me apareció fue Santo Tomás y con esa me quedé. Han sido difíciles estos meses porque en la isla la educación no es tan exigente, entonces yo no tenía hábitos de estudio y cuando llegué acá me vi llena de trabajos y cosas por hacer. Tuve que nivelarme y todavía me cuesta, pero la carrera me sigue gustando. Ya no tengo dudas, aunque en las vacaciones de invierno viajé y me dieron ganas de quedarme allá”, asegura.

“¿Lo que más me ha gustado de estudiar en Santo Tomás? Siempre te están apoyando. Por ejemplo, como no me fue tan bien en el primer semestre, me dan talleres para reforzar, no dejan que las cosas pasen así no más. Además, mi grupo de amigas es muy bueno, siempre me apoyan, me entienden cuando estoy con días malos, me suben el ánimo y me dicen que sea fuerte, que por algo estoy acá. Nunca me he arrepentido en serio de haberme venido, tengo mis momentos de bajón no más, pero en general siempre ando alegre”.

Respecto al futuro, señala que “mi plan es volver a la isla, pero siempre he dicho que, si se me presenta una oportunidad acá, me quedo. Si me preguntan hoy, la idea es irme. Me gustaría trabajar en un jardín infantil allá, son parecidos a los de acá, pero allá ponen mucho acento en el tema de la lengua. Si pudiera elegir, me gustaría trabajar allá para recalcar más la cultura que se está perdiendo, los papás ya no se preocupan de enseñarla entonces me gustaría ayudar a preservarla”.