Diez estudiantes de Santo Tomás participaron de este programa interdisciplinario de formación junto a emprendedores, que este año se realizó en cuatro localidades de la Región del Maule.

“Me tocó conocer una historia de vida muy potente, que me marcó muchísimo. Hasta el día de hoy sigo en contacto con Fany, mi emprendedora. Ella tiene una fortaleza muy grande en su corazón”, recuerda muy emocionada Joselyn Bravo, estudiante de primer año de Técnico en Enfermería Gineco – Obstétrica y Neonatal del Centro de Formación Técnica Santo Tomás, sede Puente Alto.

La estudiante fue uno de los 10 alumnos de Santo Tomás que participaron en julio pasado en Balloon Latam, programa interdisciplinario de formación de agentes de cambio en el que estudiantes de diferentes universidades del país, alrededor de 90 en esta versión, viven una experiencia transformadora de aprendizaje en terreno mediante un trabajo intensivo junto a emprendedores de diversas localidades de la Región del Maule.

Pese a tener que convivir solo por 10 días junto a emprendedores de localidades como Iloca, Vichuquén, Hualañé o Licantén, los estudiantes afirman que la experiencia vivida es altamente enriquecedora, pues se generan estrechos vínculos -entre los mismos alumnos y también entre estudiantes y emprendedores- que se mantienen hasta el día de hoy.

Más allá del aporte desde lo académico que los estudiantes realizan para la prosperidad de los proyectos de cada emprendedor, la iniciativa “permite instancias de mucha confianza, donde los emprendedores te terminan confesando aspectos íntimos de su vida y eso también es un aprendizaje, no académico, pero sí de vida. Y eso marca demasiado”, agrega Joselyn, quien admite que, al igual que el resto de sus compañeros, supo de Balloon Latam a través del Departamento de Asuntos Estudiantiles (DAE) de su institución.

Aporte concreto

Sin embargo, además de intercambiar experiencias de vida, los alumnos de Santo Tomás aportaron con aspectos concretos para que cada emprendedor pudiera encaminar su proyecto hacia la consolidación.

Es el caso de Jeremy Cabello, alumno de cuarto año de Ingeniería Comercial de la UST de La Serena. “Me tocó trabajar con Marcelo, de Hualañé. Él tiene un emprendimiento social: recuperar el Río Mataquito que actualmente es utilizado como una especie de basural por los habitantes y las empresas de la zona”, explica.

Agregó que “desde lo que he aprendido en estos cuatro años de carrera, mi aporte fue entregarle una lista con el paso a paso de lo que necesita para poder constituir la personalidad jurídica de su organización no gubernamental (ONG) y así poder consolidar lo que hoy es su emprendimiento”.

Contagiado con el mismo espíritu que sus compañeros, Jeremy confiesa que la experiencia vivida en la Región del Maule, donde además conoció a otros cinco emprendedores, “me marcó porque activó en mí el cuidado que tenemos que tener con el medioambiente. Es fundamental que los profesionales que egresen sepan que hay que cuidar el hábitat. Además, la metodología Balloon ayuda mucho a que el grupo se cohesione. Ahí no existen los miedos ni las vergüenzas, se puede hablar libremente y así es como se generan lazos potentes”, enfatizó.

Por su parte Carlos Pineda, estudiante de tercer año de Ingeniería Agrícola en el Instituto Profesional Santo Tomás de Arica, reveló también que tuvo que trabajar con emprendedores de la localidad de Vichuquén “y mi aporte fue darles nociones básicas de planes de negocios. Les enseñé sobre el Modelo Canvas para que pudieran surgir con sus proyectos”, sostuvo.

Tanto Jeremy como Carlos coinciden en que la experiencia vivida junto a comunidades del Maule les sirvió para conocer realidades diametralmente opuestas a lo que están acostumbrados. “Esta es una experiencia que otros también deberían vivir. Les aseguro que les va a cambiar la vida, la visión de las cosas. A mí me la cambió totalmente. Ahora tengo ganas de hacer muchas más cosas y de aplicar todo lo aprendido en mi propia sede”, aseguró Pineda.

Carrera idónea

El caso de Claudia Cárdenas es bastante especial. A sus 53 años estudia el octavo semestre de la Carrera de Servicio Social en el Instituto Profesional (IP) Santo Tomás de Punta Arenas. “Y es la primera vez que alguien de un instituto y del extremo del país participa en Balloon Latam”, reconoció.

Claudia asegura que apenas se enteró de la iniciativa quiso participar, pues dice que está en su ADN el ayudar a otros. “Por eso estudio Trabajo Social. Me encanta el vínculo con las personas, el poder aportar a sus comunidades”, manifestó.

Y eso es lo que más rescata de su participación en Balloon Latam. “El vínculo que se genera con las personas es fabuloso. Independientemente de que nosotros seamos adultos, tú aprendes día a día y los emprendedores también aprenden de ti. Había dos personas que les costaba mucho escribir, pero nosotros los ayudamos para se sintieran integrados y acogidos. Ellos agradecieron que este grupo le diera mucha confianza para poder aprender y que se atrevieran a preguntar. No hay que olvidar que nosotros también estamos en proceso de aprendizaje”, sostuvo.

Similar opinión tuvo Jacqueline Bajas, también estudiante de Servicio Social de la sede Temuco. “Queda una cantidad de enseñanzas increíble. Yo no era muy cercana a lo que es el trabajo comunitario y esta experiencia me acercó muchísimo porque va de la mano con los emprendedores, capital social y comunidad.  Se generan vínculos increíbles. Hasta el día de hoy habló con mis emprendedores, es súper especial”, dijo.

Jacqueline asegura que la experiencia Balloon “cambia la percepción de las cosas, del individualismo que rompe la sociedad y genera vínculos para la generación de redes. Porque sin redes no somos nada”, sentenció.