Columna de opinión:

¿Y si no me lavo los dientes en cuarentena?

por: Natalia Chabur Padilla
Coordinadora de Carrera Técnico en Odontología (s) Santo Tomás Los Ángeles

Hace más de 1 año estamos en diferentes tipos de encierro con todos los cambios en nuestros hábitos que eso significa. Antes, al levantarnos temprano para iniciar nuestras labores diarias cumplíamos ciertos parámetros de higiene. Hoy, la pregunta que aparece fácilmente es: y si no me lavo los dientes y lengua hoy, ¿ocurrirá algo?

Resulta que los hábitos, son sostenidos y continuos en el tiempo, considerando que de naturaleza no hacemos un eficiente cepillado en forma y frecuencia, además, juega un papel importante la alimentación y enfermedades sistémicas que cualquier persona pudiese tener. Entonces ¿Cómo lo solucionamos?

Primero entender que la higiene bucodental es un hábito que debemos formar desde muy pequeños, dedicar el tiempo suficiente dentro de nuestra rutina para lograr que en el futuro se realice de manera espontánea, y el segundo paso es ser conscientes que la falta de higiene oral es el factor número uno de todas las enfermedades que pueden afectar la cavidad bucodental.

El equipo odontológico está formado por cirujano dentista, o dentista a secas, y el técnico en odontología, este último tomando un papel importante y fundamental en las educaciones. El también conocido como TONS (técnico en odontología de nivel superior) o TOHD (Técnico en odontología- higienista dental) es quien trabaja directamente en la conexión con el paciente.

Durante la pandemia, muchas personas han evitado ir al dentista por la inseguridad que eso les produce e incluso han evitado realizar procesos tan importantes como la higiene bucal.

No es extraño pensar que alguno de ustedes podría considerar como no necesaria la higiene porque “no me verán los dientes” o “no me sentirán el mal olor”, pero recordemos que el autocuidado va mucho más allá de la apariencia o de la recepción del otro al acercarnos.

La importancia de esto es que la prevención es mucho más amigable con nuestros bolsillos que enfrentarnos a costosos tratamientos, lentos e incómodos en su mayoría. ¿Por qué no pensamos en cuánto tiempo me ahorraré o cuánto dinero podría invertir en mi nuevo proyecto?

Para realizar una buena higiene el cepillo debe tener cerdas ordenadas y tener una antigüedad menor a 3 meses, la pasta debe contener flúor (1400ppm idealmente o según lo indique el dentista), el hilo dental debe usarse siempre en los espacios que el cepillo no pueda ingresar en niños y adultos.

Debemos reconocer que la cuarentena a todos nos ha cambiado, pero hay algunos problemas que vienen de mucho antes, no se trata de solo perder un diente, se trata de que es un efecto dominó y cada perdida induce a otra, lo que nos lleva a no poder comer como antes o a no poder hablar con naturalidad.

La mayoría de los adultos que debe usar prótesis o se ve con su autoestima afectada por la ausencia de dientes, fue un niño que le quitó la importancia al hábito de la higiene bucodental. Hoy, ¿le diremos a nuestros niños no importa lávate los dientes otro día?

Finalmente, es importante recalcar que nuestro trabajo a pesar de ser indispensable para el área de la salud ya sea en el sistema público o privado, no resuelve completamente el problema. Se necesita que el paciente vea una necesidad de cambio, dando la importancia que amerita.

Tanto niños, niñas y adolescentes necesitan de un círculo que los apoye para promover estos nuevos hábitos que se espera sean para siempre, mantener un sistema en la misma sintonía donde haya menos mimos y más conciencia. Si logramos cambiar este modo de pensar, tendremos adultos con buena salud bucodental y que no sentirán tanto miedo o ansiedad al ir al dentista.