Por Denissa Donaire Rousseau, Psicóloga, Magister en Psicología Clínica. 

Universidad Santo Tomás Sede Arica

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha señalado que, la pandemia que hemos vivenciado desde el 2020 por el COVID-19 “ha creado una crisis mundial para la salud mental, alimentando el estrés a corto y largo plazo y socavando la salud mental de millones de personas”.

El Ministerio de Salud estableció que nuestro país avanzó a la fase de «apertura» prácticamente en todo Chile desde el 1 de octubre, por lo que las medidas de mitigación para prevenir contagios se flexibilizaron y, por tanto, hoy nos encontramos retornando a una etapa de “nueva normalidad”.

En este nuevo escenario, ¿cómo nos encontramos para enfrentar esta etapa?, ¿hay temores, ansiedades, preocupaciones por dejar el uso de la mascarilla? A pesar de que las personas nos señalan que han recuperado los espacios de convivencia, los profesionales de la salud mental nos encontramos con más y nuevos desafíos, colaborando activamente en atender no sólo las secuelas de la crisis sanitaria señalada por la OMS, sino también, en prevenir que estas se agudicen y que las personas puedan volver a adaptarse a esta nueva normalidad, de modo de mejorar su calidad de vida.

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