Columna de Opinión: Octubre: un mes para reconocer la experiencia y formar con sentido

Por Rosemarie Junge Raby

Rectora Santo Tomás Temuco

Octubre, mes en que celebramos a las personas mayores, nos invita a reflexionar sobre el valor de la experiencia y la sabiduría acumulada. En Santo Tomás, este reconocimiento se vive desde la acción, como parte de nuestra misión de formar personas con las competencias para transformar sus vidas e impactar positivamente en sus entornos.

La Experiencia Tomasina representa justamente ese sello formativo que integra el conocimiento académico con el compromiso social. Buscamos que nuestros estudiantes aprendan en el aula y también en contacto directo con la comunidad, desarrollando empatía, responsabilidad y sentido de propósito. En este camino, la Vinculación con el Medio es una función esencial y transversal, que refleja el compromiso de nuestra institución por contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad.

A través de un proceso participativo, Santo Tomás definió sus entornos relevantes, aquellos sectores donde nuestras capacidades, experiencia y conocimiento pueden generar un impacto significativo. Entre ellos, las personas mayores ocupan un lugar central.

Este compromiso se concreta día a día mediante nuestras clínicas docentes, en los operativos comunitarios, en los programas de Vinculación con el Medio y en el voluntariado. Además, nuestros investigadores están fuertemente enfocados en el estudio del envejecimiento saludable y en la búsqueda de soluciones para el combate de enfermedades neurodegenerativas, contribuyendo desde la ciencia al bienestar y la calidad de vida de las personas mayores.

Estas acciones reflejan nuestros valores institucionales —Amor a la Verdad, Excelencia y Esfuerzo, Fraternidad y Solidaridad, Respeto e Inclusión—, que guían la formación de profesionales íntegros, capaces de mirar al otro con empatía y compromiso.

En este mes dedicado a las personas mayores, reafirmamos que formar con sentido es también construir una sociedad que reconoce, respeta y aprende de quienes han contribuido con su esfuerzo a forjar nuestro presente. La Experiencia Tomasina se vive plenamente cuando el conocimiento se convierte en servicio y la educación en un acto de amor al prójimo.