Semana Santo Tomás 2025: Reflexión sobre inclusión y dignidad desde la perspectiva de Santo Tomás de Aquino

El conversatorio inaugural de la Semana Santo Tomás 2025 abordó la importancia de la inclusión como virtud y reflejo de la dignidad humana, en un análisis que rescata las enseñanzas del patrono de la institución y su visión del ser humano como ser único, racional y libre. La actividad contó con la participación de estudiantes, académicos y autoridades que enfatizaron la necesidad de fortalecer la comunidad universitaria en torno a estos valores.

En el marco de la Semana Santo Tomás de Aquino 2025, la Dirección Nacional de Formación e Identidad llevó a cabo el conversatorio «Incluir no es moda, es virtud. Tomás de Aquino tenía razón«, siendo la primera actividad de esta semana dedicada al patrono de la institución.

La exposición estuvo a cargo de Francisca Ibarra, directora de Formación General de las Instituciones Santo Tomás. Además, contó con la participación de Macarena Lucar, Decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UST Santiago, quien moderó la actividad.

Ibarra comento sobre la inclusión, como concepto moderno, y como este ha adquirido gran relevancia en las últimas décadas. Sin embargo, las ideas fundamentales que la sustentan pueden encontrarse ya en los escritos de pensadores como Santo Tomás de Aquino. Para él, el ser humano es una realidad única, compuesta por cuerpo y alma. El alma, según Santo Tomás, es la parte intangible e inmaterial que nos permite razonar y tomar decisiones. Esto significa que somos capaces de conocer el mundo, entender quiénes somos y dirigir nuestras vidas hacia lo que deseamos.

Además explicó que esta dualidad del ser humano, cuerpo y alma, lo hace un ser especial y diferente a otros seres. Cada persona posee un valor único e irrepetible, lo que implica que, aunque compartimos muchas características como seres humanos, cada individuo tiene algo que lo distingue de los demás. Esto es lo que hace a cada ser humano valioso, no solo por su humanidad, sino también por su libertad y su singularidad.

Santo Tomás no solo habla de justicia al referirse a la dignidad humana. La justicia, para él, es el reconocimiento de este valor y la obligación de respetarlo. Pero también menciona otro concepto fundamental: la caridad. Hoy, solemos entender la caridad como el acto de dar lo que nos sobra a los demás. Sin embargo, Santo Tomás la veía como una forma de amistad social, basada en reconocer al otro como igual a mí, con los mismos derechos y el mismo valor. La caridad, entonces, se funda en el respeto mutuo y el reconocimiento de nuestra humanidad compartida.

Por su parte, la Decana de la Facultad destacó que la inclusión no es un acto solitario, sino algo que ocurre dentro de una comunidad. «La inclusión se da cuando formamos parte activa de una comunidad, no cuando estamos solos«, afirmó. Francisca Ibarra complementó esta idea, señalando que la inclusión es como la justicia: siempre involucra a los demás. La comunidad universitaria, por ejemplo, es lo que es gracias a la participación de todos: colaboradores, profesores y estudiantes. Si faltara uno de esos miembros, la comunidad no sería la misma. Reconocer la riqueza que cada persona aporta a la comunidad es esencial para fortalecerla y hacerla más inclusiva.

En resumen, desde el pensamiento de Santo Tomás, la inclusión no solo se trata de reconocer la dignidad de cada ser humano, sino de ver al otro como un igual en derechos y valor, y participar activamente en una comunidad donde todos son esenciales para su bienestar y desarrollo.

Siguiendo el ejemplo de Santo Tomás, hoy tenemos la oportunidad de vivir este valor en nuestras comunidades. Al abrazar la diversidad y hacer espacio para que cada persona se sienta valorada, estamos construyendo un entorno más justo y humano. Sigamos trabajando juntos, como comunidad, para vivir estos principios, fortalecer nuestras relaciones y construir un mundo donde todos tengamos un lugar, donde la inclusión no sea solo un concepto, sino una práctica diaria.