Destacado violinista iquiqueño radicado en Europa deslumbró como solista junto a la Orquesta Regional de Tarapacá

Luego de presentarse en el Centro Cultural de Alto Hospicio, el joven músico de 26 años deslumbró como solista al público iquiqueño estrenando una adaptación inédita del concierto para violín N°3 en Do Menor de Edvard Grieg, el cual además vino acompañado de dos obras sinfónicas como la Obertura “La Belle Melusine” de Felix Mendelssohn y la Sinfonía N°7 de Ludwig van Beethoven.

“Estoy muy contento por la orquesta que tiene un ambiente muy bueno, que es como tocar en familia para la familia. Acá tengo muchos amigos, conocidos, y hay un ambiente muy bonito en que dan ganas de hacer música y eso es lo mejor”, comentó el músico iquiqueño, quien no visitaba Chile desde enero de 2019.

En tanto, el director de la agrupación musical, Jonathan Ávila, se mostró muy contento y satisfecho por el repertorio, quien además destacó la interpretación del artista la cual “fue una propuesta que nos hizo Cristóbal y la tomamos como un desafío”.

“Creo que hizo una magnífica interpretación como solista. Cristóbal es un gran músico que tiene mucha experiencia, estudios y es de Iquique que es lo más importante, por lo que estoy muy agradecido de esta oportunidad que tuvimos con la orquesta y haber compartido con él”, expresó.

Por otro lado, la gran convocatoria que tuvo la velada fue sinónimo de una gran ovación al trabajo que viene desarrollando la ORT durante cada concierto en los últimos meses, lo que también se vio reflejado en la presentación del artista iquiqueño quien ha llevado a cabo una importante carrera musical en el viejo continente, principalmente en Bélgica y Polonia.

“Esto es lo que le falta a Iquique, promover su cultura y sus buenos músicos. Creo que se ve un gran esfuerzo detrás de estas presentaciones y hay que saber valorarlas. Además, es bonito ver que hay una orquesta regional y que puedan traer a un iquiqueño que vive en el extranjero y mostrar todo su arte y oficio como es la música. Estoy muy contento, me satisface mucho este tipo de actividades, y espero que se repita y se difunda más lo que hace la orquesta”, manifestó Bob Berkovic, uno de los asistentes al concierto.

Por su parte, para Ana María Lasala contar con la Orquesta Regional de Tarapacá es sinónimo de prestigio y calidad, lo que se ve plasmado en el trabajo que entregan sus miembros en cada uno de los conciertos.

“Me encantó muchísimo porque hubo una linda asistencia, lo que le da un prestigio a la presentación ya que es un espectáculo de lujo. Tener un espectáculo como este en una ciudad es maravilloso, por lo que estoy agradecida enormemente de contar con la Orquesta Regional y hay que darle su lugar como corresponde. Además, se nota que hay un trabajo sumamente acabado y una responsabilidad tanto del director como de los mismos músicos, ya que aman lo que hacen y al ver eso se siente que hay un gran trabajo detrás de toda esa música que entregan”, expresó.

Mientras que para Carlos Díaz, tanto el nivel de la orquesta como la presentación brindada por el violinista iquiqueño fue de las mejores, haciendo énfasis en la complicidad que hubo entre los propios instrumentistas en el escenario.

“Creo que fue un concierto donde se vio el nivel de los músicos que hay y del artista invitado el cual es muy bueno, así como la sonoridad y la acústica del lugar que acompaña y necesita el músico. Además, se escucharon todos los sonidos y se nota el diálogo que se produce entre los instrumentistas. Me pareció un trabajo muy bien hecho por parte del director”, afirmó.

El próximo concierto de gala de la Orquesta Regional de Tarapacá se realizará el próximo 26 de agosto, y contará con la presencia del destacado saxofonista iquiqueño radicado en Austria, Álvaro Collao, quien interpretará una versión en saxo soprano del concierto para oboe y orquesta de cuerdas de Domenico Cimarosa.

Asimismo, el repertorio incluirá una obra compuesta especialmente por el iquiqueño para la ORT, que mezclará diversos colores como la música docta, el jazz y raíces populares, para finalizar con la Sinfonía N°4 de Felix Mendelssohn más conocida como la “Italiana”.