Investigador de CiiCC-UST integra Red de Observación de la Biodiversidad del Suelo a nivel planetario

Dr. César Marín cuenta que, en Chile, el proyecto se llevará a cabo en 7 sitios, ubicados desde el Desierto de Atacama hasta el Cabo Froward, Región de Magallanes. La importancia de esta investigación global radica en que “los suelos de todo el planeta se encuentran en una enorme crisis”.

La Red de Observación de la Biodiversidad del Suelo pretende, a escala global y en mil parcelas en más de 90 países, monitorear los cambios en la biodiversidad y servicios ecosistémicos del suelo, comparando áreas protegidas y no protegidas, mediante un muestreo cada 3 años, por un total de 12 años. Es un proyecto con una gran escala espacial y temporal”. Así describe la importancia del proyecto de investigación internacional del que forma parte el Dr. César Marín, del Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático de la Universidad Santo Tomás (CiiCC-UST).

El investigador, Doctor en Ciencias – Ecología y Evolución que se integró este año al equipo científico de CiiCC-UST, cuenta que se trata de un trabajo que “empezamos a construir desde el 2018, liderado por Carlos A. Guerra, en Alemania, y Diana H. Wall, en Estados Unidos, junto a una veintena de científicos, donde soy el único latinoamericano”.

Explica que, “por décadas, la comunidad científica ha conocido la pérdida de la biodiversidad de organismos como plantas, mamíferos, aves, entre otros. Sin embargo, no sabemos nada de cómo están cambiando los organismos del suelo».

«Comprenden aproximadamente el 25% de toda la biodiversidad del planeta y, además, hay aún cientos de miles o millones de especies de hongos, bacterias y otros que no hemos descrito. Entonces no sabemos ni siquiera lo que existe, ni a qué escala y dónde se está perdiendo”.

Estos organismos del suelo proveen un gran número de servicios ecosistémicos: ciclos de nutrientes, infiltración de agua, descomposición y, por supuesto, productividad vegetal, incluyendo los cultivos, de los que depende más del 90% de la alimentación humana. Estos cultivos dependen altamente de estos organismos del suelo para su productividad”, agrega el Dr. Marín.

El investigador de CiiCC-UST detalla que el proyecto debería iniciar su etapa de muestreo en los próximos meses y se llevará a cabo en “7 sitios (2 parcelas por sitio), desde el desierto de Atacama hasta el Cabo Froward, el punto continental más al sur de Chile, en la Región de Magallanes”. Su importancia radica, afirma Marín, en que, “por primera vez, podremos saber cómo cambia la biodiversidad y servicios ecosistémicos del suelo en un escenario de cambios globales y de un planeta cada vez más caliente y seco. Sabremos qué se pierde, qué y cómo se transforma”.

Ecología del suelo y de micorrizas  

El Dr. César Marín describe que su trabajo de investigación “se basa, principalmente, en la ecología del suelo y de micorrizas” en Chile, América del Sur y Europa, lo cual considera le “ayudan a complementar el foco, quizás más acuático de CiiCC-UST, hacia ecosistemas terrestres, particularmente el suelo”.

“Creo que siempre es bueno tener una mirada holística de todos los componentes vivos y ambientales del planeta. Especialmente cuando, desde la biogeoquímica, conocemos bastante bien la conexión de nuestros sistemas. Por ejemplo, la nutrición del suelo y las plantas de la Cordillera de la Costa, en Chile, específicamente su nutrición de cationes, depende altamente de los gases y sales del Océano Pacífico”, añade.

Y es en esa conexión donde radica la importancia de “las micorrizas”, que el investigador las describe como “una asociación simbiótica entre las raíces de, aproximadamente, el 92% de las plantas terrestres y hongos ampliamente distribuidos en todos los continentes y hábitats. Por medio de esta simbiosis, el hongo obtiene energía producto de la fotosíntesis y la planta obtiene agua y nutrientes que, de otra forma, no podría obtener, además de protección contra contaminación, metales, sequía, entre otros”.

Todos sus proyectos van en la misma línea de trabajo, centrándose “en el suelo en general y en dicha simbiosis en particular: Por ejemplo, en mi proyecto de Instalación en la Academia estudio cómo estos hongos (y bacterias) del suelo cambian a través de gradientes de altitud y precipitación en Magallanes, incluyendo su estudio en un ecosistema de alto interés, como son las turberas; en un proyecto Fondecyt Regular, donde soy co-investigador, estamos investigando cómo utilizar dichos hongos simbiontes para la implementación de la viticultura en el sur de nuestro país, para ayudar a la vid a tolerar estas condiciones; finalmente, soy investigador asociado en un cuarto proyecto para realizar un mapa global de estos hongos micorrícicos, apoyando el muestreo en Chile”.

Los suelos de todo el planeta están en crisis

Si bien el trabajo que realizan los científicos de CiiCC-UST es importante para la lucha contra el Cambio Climático, el Dr. Marín asegura que se necesitan “muchísimas más personas investigándolo, más acción política e incentivar más al público a tomar acción».

«Sin suelos no hay vida como la conocemos, comida como la conocemos. Y, las bacterias, hongos y otros organismos del suelo son fundamentales para su persistencia, por lo que el estudio de estos organismos es fundamental”.

El investigador es enfático en recalcar que “los suelos de todo el planeta se encuentran en una enorme crisis, muchas veces invisible. Un cuarto de los suelos del planeta podría simplemente perderse en las próximas décadas, podría dejar de existir, y toma hasta cientos de años formar 1 cm de suelo. Otra buena proporción está en riesgo de desertificación, otra de salinización y otra de erosión. La urbanización supone una presión y daño tremendos a nuestros suelos. Así como malas prácticas agrícolas y forestales, además de los cada vez más recurrentes incendios. Esto es una crisis de tan o más magnitud que todas las que más aparecen en las noticias constantemente”.

Y es tal la importancia por dar a conocer el impacto de la crisis que afecta al planeta, que el Dr. Marín también lo plasmará en el aula, ya que se acaba de adjudicar un Proyecto ANID para el “Fortalecimiento en docencia e investigación del Doctorado en Conservación y Gestión de la Biodiversidad y de la Facultad de Ciencias, Universidad Santo Tomás, en el estudio de suelos australes, su biodiversidad, y servicios ecosistémicos”.