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Voluntarios de Santo Tomás dejaron una huella imborrable en Yerbas Buenas
Cercanía con las comunidades a las que ayudaron no sólo se tradujeron en agradecimiento de los beneficiados, sino que además permitieron que los estudiantes vivieran una experiencia que ellos mismos calificaron de inolvidable.
Orgullo y emoción son las palabras que mejor definen el término de los Trabajos Voluntarios de Invierno realizados en la comuna de Yerbas Buenas, donde participaron más de 70 alumnos de las Sedes Los Ángeles, Concepción y Talca.
Y es que no sólo se trató de una semana full de trabajo donde los voluntarios se comprometieron a mejorar, ampliar y arreglar, las sedes sociales de los sectores de Fuster, Maitencillo Adentro, el Esfuerzo y Santa Elena, también fue una oportunidad única para que los jóvenes vieran en terreno el alcance que tiene una iniciativa solidaria de esta naturaleza y lo que puede llegar a significar en la vida de personas vulnerables.
Al mismo tiempo fue la oportunidad para que los alumnos demostraran toda su creatividad y disposición para sobreponerse a cualquier obstáculo durante el desarrollo de los trabajos voluntarios, superando con creces las expectativas que se habían creado al inicio del voluntariado.
“Tuvimos un pequeño retraso en la llegada de algunos materiales, sin embargo los alumnos nos sorprendieron gratamente al ingeniárselas para aprovechar su tiempo en ayudar a sus comunidades. Planificaron, buscaron materiales reciclables e inventaron nuevas actividades. Sedes que sólo debían ser ampliadas, terminaron con una huerta y una limpieza profunda de su entorno”, comentó la Directora de Asuntos Estudiantiles, Lorena Castro.
Solidaridad a toda prueba
Por lo mismo al finalizar la semana, las lágrimas de emoción y agradecimiento fueron la tónica cuando los voluntarios hicieron entrega oficial del trabajo terminado. Sedes nuevamente habilitadas para las distintas comunidades y espacios invaluables para adultos mayores que no tienen otro lugar donde reunirse.
“En esta semana pudimos ver cómo aparecieron todos los talentos de jóvenes realmente comprometidos. Esto fue más que construir una casa o limpiar un terreno, nuestros alumnos por sus propios medios sacaron lo mejor de sí mismos y de sus conocimientos académicos para generar actividades en beneficio de las comunidades”, agregó la DAE.
Al respecto, el voluntario de la carrera de Kinesiología de la Sede Los Ángeles, Juan Sepúlveda, dijo estar muy contento y satisfecho por la labor realizada, más aun tratándose de la tercera vez que tiene la oportunidad de formar parte de estas iniciativas.
“Me voy con el corazón lleno y con mucha alegría porque siento que el trabajo que hemos realizado acá fue muy bueno tanto en la construcción como en lo social. La gente está muy contenta y agradecida de nuestro trabajo y de todas las actividades que realizamos durante esta semana”, indicó.
Sin duda una experiencia inolvidable, como la calificó Víctor Segura, alumno de segundo año de Trabajo Social de la sede Concepción.
“Acá aprendemos valores y responsabilidad, y también las experiencias de vida de las personas con las que trabajamos. Es una actividad que es inolvidable para nuestras vidas, ya que nos llevamos el corazón lleno de alegría y satisfacción de poder ayudar a la gente que más lo necesita. Y orgulloso de ser tomasino y poder vivir esta tan linda experiencia”, concluyó.