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Niños de la Villa El Talhuén de Ovalle pudieron adquirir conocimientos básicos de programación de computadores.
Durante dos jornadas, 10 niños de la Villa El Talhuén de Ovalle tuvieron la oportunidad de aprender de forma lúdica, las nociones básicas de la informática. Los pequeños fueron beneficiados por el proyecto “La Magia de Programar” realizado por el Instituto Santo Tomás.
Esta es una iniciativa que busca facilitar el acceso a la tecnología de grupos de personas con capacidades distintas, o de sectores que no cuentan con los medios para interactuar con ella de forma habitual. Un proyecto exitoso que ya cuenta con dos versiones anteriores en las que participaron alumnos de escuelas especiales.
En esta ocasión, los beneficiados fueron un grupo de niños entre los 4 y los 13 años, quienes disfrutaron de esta oportunidad de aprender jugando en los computadores, guiados por estudiantes de las carreras de Técnico en Educación Especial y Analista Programador.
Alfabetización digital y nuevas oportunidades
Jaime Castillo, jefe de carrera Técnico en Educación Especial, se refirió al proyecto diciendo que este busca incluir a las personas con menos oportunidades en la alfabetización digital. “Hemos querido darle otro sentido, estamos con chiquillos con un alto índice de vulnerabilidad y con un par de mamás, porque queremos integrar a las familias en la alfabetización digital, para que sea una puerta de entrada a conocer el mundo desde la nueva perspectiva de la informática, de lo virtual”.
Un aspecto destacado también por el padre Osvaldo Briceño Heredia, párroco del Santísimo Redentor de la población José Tomás Ovalle quién coordinó al grupo de niños que participaron en la actividad. El sacerdote valoró la iniciativa diciendo que gracias a esta
“se trabaja con niños de alta vulnerabilidad y se les muestra otro mundo, que les permita soñar y proyectarse, que puedan ver un laboratorio de computación, una casa de estudios bonitas, eso también les da otra visión y se les saca del mundo en el que viven. Además de mostrarles la computación como una herramienta útil para el conocimiento, para crecer intelectualmente. El taller permitió hacerlos pensar, jugar y trabajar la creatividad”.
Por su parte, Constanza García, una de las niñas que participó de “La Magia de Programar” y quién tuvo un destacado desempeño, comentó que para ella “esta experiencia fue muy bonita, divertida y aprendí a programar y fue muy rápido para mí. Tengo un computador en la casa que me ha servido mucho y con esto me ayudó mucho más”. Además, Constanza contó que luego de esta experiencia considera dentro de sus opciones estudiar una carrera relacionada con la informática, sobre todo porque en Santo Tomás ya la han invitado a asistir a nuevas clases de programación.
Uniendo generaciones
Gracias a la realización de esta nueva versión de «La Magia de Programar, fue posible también que más de una generación aprendiera de la informática ya que algunas madres acompañaron a los niños.
Este es el caso de Teresa Romero, quien asistió con su hijo y dos nietas. Para ella esta experiencia fue muy interesante porque fue la primera vez que tuvo la oportunidad de usar un computador.
“El juego es un poco complicado pero igual se aprende, y lo interesante es conocer los peligros que tiene la internet, porque pueden robar fotos o la identidad. Mis nietas y mi hijo no tenían idea de lo que es un computador, ahora vienen recién a aprender, es buena esta posibilidad porque se aprende harto”.
En tanto, Yasni Zamorano, acompañó a su hijo a la actividad y terminó participando en el taller con el mismo entusiasmo que él. Con respecto a la iniciativa ella dijo que “toda experiencia es buena y hay que aprovecharla si se da la oportunidad. Es importante para que los niños aprendan y se desarrollen, y aprendan cosas que el colegio a veces no entienden, como hacer una página, usar un Word, cosas que a veces uno tampoco entiende y no puede explicarles porque no sabe.
Además, ella manifestó su interés de que este tipo de iniciativas se extiendan a grupos de mujeres y adultos mayores, “porque hay veces que no saben, gente que le falta conocimiento en el computador, para hacer un trámite, las personas de muy bajos recursos están muy lejos de acceder, de hacer un curso, hacer un correo, una página, son cosas elementales y que a veces uno tiene idea, pero que hay que tenerlos porque hoy día uno no puede hacer nada sin internet, menos sin correo”.
Responsabilidad social y desafíos futuros
Luego de concluida esta tercera versión de «La “Magia de Programar”, los docentes la evaluaron positivamente y se refirieron a los desafíos que se plantean a futuro.
Jaime Castillo señaló al respecto que “ha sido una experiencia bastante grata porque tenemos niños de distintas edades y distintos intereses, lo que nos plantea desafíos para ir mejorando en esto y hacernos cargo de nuestra responsabilidad social al momento de formar los niños y los jóvenes”.
En tanto, Jorge Ponce, jefe de carrera Analista Programador, valoró la participación de los estudiantes que trabajaron como monitores. “Los alumnos están de vacaciones pero las interrumpieron y vinieron al momento que los llamamos y les contamos lo que íbamos a hacer, encantados de trabajar con nosotros y los niños. Creo que deberíamos ir mejorando esta actividad porque hoy les abrimos una ventana a niños que muchas veces se les cierran, que están olvidados. Que vengan al instituto para ellos creo que fue una nueva experiencia que espero que les sirva a futuro”.