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“Mediante una actividad física constante se pueden aminorar los efectos del envejecimiento”Casa de la Familia
“La comunidad ha hecho que nuestro trabajo perdure en el tiempo”
Contenta por la labor realizada hasta el momento y a la espera de seguir ayudando a lo que más lo necesitan, está Evangelina Musante, docente de Santo Tomás y directora de la Casa de La Familia de Padre las Casas.
Durante un poco más de una década, el programa de Responsabilidad Social Universitaria Casa de la Familia de la Municipalidad de Padre las Casas y Santo Tomás Temuco, ha sido una instancia de servicio a los sectores vulnerables de la comuna, otorgando espacio para la atención y la realización de actividades destinadas a cubrir las necesidades de quienes así lo requieren.
En un trabajo conjunto con la comuna, en sus casi 11 años de existencia, ha entregado más de 50 mil prestaciones y servicios, a través de un trabajo multidisciplinario en el que intervienen docentes y estudiantes de las diferentes carreras de la sede, además de funcionarios de Departamentos y Unidades Municipales.
Su accionar ha convertido a la Casa de La Familia, desde lo institucional, en el espacio emblemático de vinculación con el medio en lo que a aprendizaje-servicio se refiere. Así, los habitantes de la comuna se han beneficiado con atención social de promoción y prevención en todas las áreas educacionales que imparte Santo Tomás Temuco, con talleres para personas de todas las edades.
Quien ha liderado desde Santo Tomás Temuco esta labor es la tecnólogo médico, docente y directora de la Casa de la Familia, Evangelina Musante. Su experiencia en aplicar la metodología pedagógica conocida como aprendizaje-servicio, definida como “el servicio solidario desarrollado por los estudiantes, destinado a cubrir necesidades reales de una comunidad, planificado institucionalmente en forma integrada con el curriculum, en función del aprendizaje de los estudiantes”, ha sido un desafío que enfrenta cada día y del que tiene mucho que decir.
¿Cómo nace la Casa de la Familia en Padre Las Casas y cómo se proyectó inicialmente?
La Casa de La Familia es una idea que nació en la comuna de Lo Barnechea en la región Metropolitana, el municipio de Padre las Casas lo trajo a la región y lo ofreció a las universidades locales pensando en que así sus beneficios tendrían más cobertura. Fue ahí que Santo Tomás decidió tomar el desafío por un período de tres meses, pero una vez que comenzó y dada la buena recepción que tuvo, se solicitó que se fuera extendiendo en el tiempo, y ya han pasado 11 años desde que se está realizando esta labor.
En un principio intervinieron pocas carreras, específicamente de la universidad con las áreas de Salud, Educación, Social y Humanista. Posteriormente se fueron incluyendo carreras del Centro de Formación Técnica y del Instituto Profesional.
¿Cuáles cree usted que son las fortalezas o competencias que adquieren los estudiantes que participan de esta metodología pedagógica de aprendizaje-servicio?
Son varias las fortalezas y competencias que pueden adquirir los estudiantes que participan en la Casa de La Familia y en eso se basa esta metodología. Los estudiantes se desarrollan como personas, adquieren valores y principalmente van creciendo en el ejercicio de sus propias profesiones, relacionándose con el contexto.
El alumno que trabaja con los distintos sectores sociales en el marco de las intervenciones que se realizan, tiene la capacidad de conocer las realidades en terreno y no por referencias, entonces la gran fortaleza es que ellos comienzan a trabajar en el lugar que demanda un servicio, que es el que posteriormente tendrán que ejecutar cuando comiencen a intervenir en el mundo laboral.
¿Cómo evalúa usted que ha sido percibido el aporte a la comunidad tras esta década de trabajo conjunto?
La mejor señal de lo realizado es la buena aceptación que hemos tenido de la comunidad. Nosotros en un principio ejecutaríamos durante tres meses este proyecto y por cómo hemos trabajado esto ha perdurado en el tiempo. La gente valora nuestras intervenciones porque más allá de trabajar algo específico, nosotros dejamos un legado en las instituciones y hacemos el seguimiento. Por ejemplo, hacemos muchos talleres de prevención y promoción en colegios y estos se siguen desarrollando en el tiempo, y nosotros mantenemos el contacto para saber cuál ha sido el impacto y eso lo avalúan como un aporte.
¿En qué se ha inspirado, desde lo profesional y personal para llevar a cabo esta importante labor?
Yo soy tecnólogo médico de profesión y trabajé siempre en el área clínica, en Medicina Transfusional en el Hospital de Temuco, por lo cual siempre estuve en contacto con la gente y no en el laboratorio donde la labor es otra, entonces desarrollé el rol social desde otra perspectiva que es la que me tiene trabajando en la Casa de La Familia, donde estamos relacionándonos día a día con las personas.
Cuando se ven las realidades y se sabe del rol social que tenemos como formadores de educación superior, se reflexiona desde la práctica, trabajando en terreno y ayudando a los que más lo necesitan; esa ha sido nuestra inspiración para ya estar 11 años en esta labor.
¿Cómo mejoraría la extraordinaria labor que hoy impulsa la Casa de La Familia?
Ampliando el accionar a más sectores. Hay muchos lugares donde nos han llamado para trabajar, pero muchas veces por su ubicación geográfica y los recursos disponibles, no podemos ir donde nos requieren.
Hay alumnos que están entusiasmados con la labor y estas limitaciones son un desafío. Eso sería lo que nos gustaría más para abarcar con nuestra ayuda a una mayor cantidad de la población.
¿Por último cuál es la actividad que más recuerda usted del tiempo que lleva como encargada de la Casa de La Familia?
En el año 2007 trabajamos con población penal que estaba con libertad vigilada y realizamos talleres donde los hombres aprendieron repostería y las mujeres manualidades. Ellos aprendieron a elaborar comida rápida (sopaipillas, dulces y sándwich) y administrar sus ganancias; el fin fue reinsertarlos en la sociedad. Se les entregó carros para que pudieran comercializar sus productos y muchos siguen en esto hasta el día de hoy, entonces el saber que queda un legado es reconfortante, para todos quienes de algún modo participamos en este programa.