• Conoce cómo Tamara Córdova fusionó sus pasiones por el remo y la salud mental, encontrando su vocación en la Psicología Deportiva.

En 2013, la Organización de las Naciones Unidas estableció el 6 de abril como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, con el fin de destacar el impacto de la actividad física como motor de cambios positivos, superación de barreras e intercambio intercultural.

Mientras que, en Chile, se registró una participación de más de 700 mil personas en las más de 670 actividades gratuitas realizadas en el marco de esta efeméride este año.

En otra latitud del país, a más de mil kilómetros de distancia que separan a Santiago de Puerto Montt, se encuentra Tamara Córdova. Esta joven profesional es egresada de la carrera  de Psicología de la UST y una representante deportiva de la zona en remo, disciplina que le apasiona desde hace más de 10 años. Su preparación para las regatas de 2.000 metros, no solo contemplan preparación física, sino que  requieren un desarrollo permanente a nivel mental y emocional. Para lograr compatibilizar el mundo académico, laboral y deportivo necesitó bastante disciplina  y esfuerzo.

Un día normal en la vida de Tamara contempla una serie de actividades que comienzan desde muy temprano en la mañana, con el entrenamiento en el Club de Remo. Luego, se dirige a revisar, evaluar y planificar pautas e instrumentos de Psicología Deportiva, para que, una vez adentrada la tarde, pueda tener todo preparado para dedicarse a entrenar a niñas y niños que ingresan al club en el primer nivel formativo.  Aquí enseña principalmente las bases del deporte y por supuesto, a remar. Finaliza su ardua jornada con la asesoría y atención de Psicología Deportiva a otros miembros del recinto para sus categorías competitivas.

Para lograrlo todo esto, la psicóloga de la ciudad de Puerto Montt considera que tiene un factor a su favor, su actitud proactiva. En todos los lugares en los que ha estado siempre busca cosas por hacer, en aportar.

El descubrimiento de su vocación

 El camino para titularse y continuar con su pasión por el remo no estuvo libre de obstáculos y sacrificios. Cuando ingresó a estudiar Psicología en Santo Tomás no tenía contemplada la especialidad de psicología deportiva, fue algo que descubrió en el transcurso de la carrera. “Yo pensaba en una psicología clínica bien tradicional. Sin embargo, como mi deporte continuó primando en mi vida, me di cuenta de que había  una especie de unión entre ambos. Aquí, en el remo, existe algo que escucho desde que entré; siempre se decía que a los deportistas les faltaba cabeza. ¿Y qué sería esta falta de cabeza? Principalmente miedo, ansiedad, falta de confianza en el trabajo que se ha hecho”.

Tamara nos cuenta que, en esta disciplina acuática, que consiste en propulsar una embarcación con la fuerza de los músculos, existe una máquina de control de rendimiento llamada remoergómetro, que se realiza cada tres o cuatro meses para ver el rendimiento del deportista.

Durante esas pruebas, conocidas por su exigencia, suelen salir comentarios como “le falta cabeza, falló solamente la cabecita”.

En esos momentos tensos, Tamara se percató de tener resultados distintos cuando era ella quién los medía. “Cuando tomaba los controles a algunos de los deportistas, a veces mejoraban su tiempo y lo distinto era que yo reforzaba su confianza. Respetaba esta especie de falla que podía ocurrir en medio del control, me refiero a que hicieran menos fuerza. Validaba eso, sin embargo, los invitaba a retomar después, como un espacio de descanso, lo que llevó a muchos deportistas a mejorar sus tiempos. Y en base a eso es que empecé a investigar y me encontré con la psicología deportiva”.

Ahí comenzó su camino de especialización, donde entendió que factores como la motivación, el estrés, la ansiedad y la autoconfianza, son abordables en sesiones y es una función que requiere mucho trabajo. “Por dar un ejemplo, en este minuto estoy trabajando con un deportista que tiene como principal dificultad la concentración. Hemos logrado hacer avances mediante ejercicios del tipo cognitivo-conductuales”.

El aporte de Clínica Psicológica a su formación

Para llegar a comprender y visualizar las mejores formas de asesoramiento deportivo desde su especialidad, la egresada comentó que fue gracias a los aprendizajes que obtuvo por medio de la práctica en psicología clínica y en el Centro de Atención Psicológica, enmarcado dentro del programa de Vinculación con el Medio de la Facultad de Ciencias Sociales, Clínica Psicológica que llegó a descubrir estas técnicas. “Hay profesores que se especializan en líneas de terapia, como la cognitivo conductual. Y en lo que fue defensas de caso para titularme, yo me incliné por esa y recibí muy buena retroalimentación de los docentes, validaron mi decisión y me llevó a incursionar en este tipo de técnicas, que complementa ahora mi trabajo con la psicología deportiva”.

 “Ser parte de Clínica Psicológica fue una experiencia enriquecedora. Aprendí muchísimo, tuve la oportunidad de trabajar con niños, niñas, adolescentes, apoderados, personas mayores y descubrí que realmente es algo que me gusta”.

En su paso por el programa de VcM, pudo comprender que sí tenía vocación y amor por la salud mental. “Desde mi postura como estudiante yo estaba muy cerrada al trabajo, siempre pensé enfocarme en un público bastante adulto, pero con las intervenciones que se realizaron en este lugar, me di cuenta de esta creencia en la que solo yo me limitaba, por eso fue tan enriquecedor”.

Hoy, ya como profesional, Tamara Córdoba se siente feliz y con energía. El deporte nunca dejó de ser parte de su vida, le dedica de 2 a 3 horas al entrenamiento de la disciplina que le apasiona,  asesora a otros deportistas para ayudarlos a mejorar su rendimiento desde su especialidad, psicología deportiva y les traspasa a nuevas generaciones el amor por el remo y la actividad física.

 

Alcance del programa Clínica Psicológica en 2024

Clínica Psicológica es un programa de Vinculación con el Medio, liderado por la Facultad de Ciencias Sociales UST, que busca contribuir a la calidad de vida de las comunidades en los que los Centros de Atención Psicológica (CAPs) se insertan, a través de la prestación de servicios en salud mental, por medio de una docencia vinculada desde distintas áreas de la psicología, y generar conocimiento situado sobre las necesidades de salud mental en los territorios a partir de los servicios entregados.

En 2024, este programa registró un total de 1.424 estudiantes, 162 académicos(as) de la carrera de Psicología, 3.157 beneficiarias(os) y 162 socios comunitarios. Durante ese periodo, se realizaron 20.954 atenciones.

Clínica Psicológica se imparte en las sedes de: Arica, Iquique, Antofagasta, La Serena, Viña del Mar, Santiago, Talca, Concepción, Los Ángeles, Temuco, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.

Conoce más sobre el programa VcM aquí.