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Académica de Kinesiología de UST Viña del Mar expone sobre uso de EPP en el combate contra el Covid-19Egresado en primera línea con el Covid-19
Jorge Silva Osses, Kinesiólogo Intensivo: «Cada día es un poco más estresante que el anterior, los brazos no caen.”
El joven penquista se tituló a principios de año del 2011 en la UST, y desde el 2012, es docente en Santo Tomás Concepción en el área cardiorespiratoria adulto y Kinesiólogo de la Unidad Crítica Intensiva Cardioquirúrgica del Hospital Regional de Concepción.
Con una rápida y exitosa trayectoria en ascenso, el kinesiólogo de 32 años relata que por contacto con paciente con Covid-19 tuvo que hacer cuarentena preventiva por dos semanas. Sin saber si tenía o no la enfermedad, menciona que pudo haber sido un caso asintomático” y que, según datos del Ministerio de Salud, corresponde al 10% de los contagios en Chile.
Sin embargo, su compromiso y amor por su profesión fue más grande que cualquier obstáculo, con 12 camas críticas bajo su responsabilidad cuenta que el recinto hospitalario decidió minimizar las entradas y salidas del equipo de salud -con jornadas intensas de trabajo de hasta 24 horas- para evitar brotes en el personal sanitario.
Una especialidad esencial
Sin descanso y sin contacto con familiares, en medio de una pandemia que ha afectado a más de 5 millones de personas en todo el mundo, afirma que ahora más que nunca su trabajo como especialista en kinesiología intensiva, es vital para la recuperación de pacientes ingresados a ventilación mecánica por complicaciones respiratorias.
“Como profesionales actuamos en tres grandes fases, la fase aguda no crítica (intervención preventiva), fase aguda crítica y la fase subaguda o de recuperación. En las dos últimas fases, nuestro rol es fundamental, porque somos los encargados de hacer continua higiene bronquial para mantener una vía aérea permeable, mejorar la expansión pulmonar, manejo de la vía aérea artificial, mejorar el intercambio gaseoso y manejo de la terapia ventilatoria para prevenir complicaciones asociadas al reposo prolongado de nuestros pacientes, los cuales han tenido estadías de hasta 28 días, según algunos reportes nacionales”, destaca el joven profesional.
Si bien el estrés y estado de alerta es constante para él, apunta que, la preocupación por quienes lo esperan en el hogar; su esposa e hijo, le dan fuerzas para continuar y seguir apoyando a quienes más lo necesitan en el hospital. “Es complejo pero se puede, mi esposa ha podido estar con nuestro bebé 24/7, como familia nos extrañamos en esas 24 hrs, sin embargo nos mantenemos en contacto frecuente a través de videollamadas”.
Compromiso con la salud pública
A todo esto suma el agotamiento físico por el cambio de jornadas y una gran carga mental llena de preocupaciones e incertidumbre, que según cuenta, son cada vez más exigentes y agudas por la complejidad de los cuadros clínicos de los pacientes que tiene bajo su responsabilidad. “Al final del día esta carga mental y física se alivia muy levemente con un sueño medio reparador, porque hasta para dormir le sigo dando vuelta a algunas ideas y proyecciones a lo que todo esto significa. Cada día es un poco más estresante que el anterior, los brazos no caen”.
Aunque las labores de Jorge se centran en la Unidad de Cuidados Intensivos, destaca que en su caso particular trabaja desde una UCI específica, atendiendo principalmente a usuarios cardioquirúrgicos, insuficiencias cardíacas graves e infartos severos, y que los pacientes en condición de Covid-19 positivo no llegan todavía a su unidad.
“El Hospital Regional de Concepción posee otra UCI que actualmente está funcionando como unidad de cohorte para recibir a este tipo de pacientes, mientras tanto, nosotros nos modificamos como unidades críticas polivalentes, con la disposición, capacidad técnica y profesional para eventualmente recibir pacientes Covid-19 positivos, si la demanda por camas críticas sigue elevándose, como es la tendencia actual”.
Todos capacitados y a disposición
Y así, mientras muchos profesionales viven momentos de incertidumbre laboral a causa del aislamiento preventivo como estrategia para minimizar los casos de coronavirus en el país, a muchos otros los transformó en una pieza determinante en la recuperación de la capacidad pulmonar de las personas afectadas. Bajo este contexto, el académico expone que junto a sus colegas se han visto en la necesidad de desarrollar algunas directrices y guías que puedan brindar el apoyo teórico y secuencial de las acciones a tomar en los usuarios Covid-19.
“La preparación es continua y día a día estamos estudiando las posibilidades de cambio hacia una UCI polivalente y/o capaz de recibir y manejar de la mejor manera a los pacientes contagiados de gravedad. El equipo multidisciplinario con el que trabajamos los kinesiólogos de unidades críticas, está en constante conversación y actualización de las guías, protocolos y propuestas para el manejo de una patología que creemos conocer, pero que cada minuto que avanza, genera cambios y deterioro, principalmente, en el sistema respiratorio de los pacientes, con graves consecuencias. El elemento crucial es saber cuando y cómo actuar para no retrasar algunos procedimientos”, reflexiona.
Formación académica
Sobre su paso por la Universidad Santo Tomás, sede Concepción, cuenta que antes de egresar fue uno de los estudiantes que se vio afectado por el terremoto del 27 de febrero del año 2010, el cual causó un retraso en sus internados, y con ello, su titulación como Kinesiólogo; logrando esta meta finalmente en marzo de 2011.
Asimismo, relata que comenzó su carrera de docente en la misma casa de estudios en el año 2012, incursionando desde ese tiempo al área cardiorrespiratoria. “Recuerdo las clases que las hacíamos en conjunto con mi esposa (Norma Garrido), quien también es Kinesióloga en unidad de paciente crítico (UPC). Un par de años más tarde, dejé la docencia, pero solo por un año calendario, para volver nuevamente a hacerme cargo del ramo “Tratamiento Kinésico en paciente crítico”, que en la actualidad continúo junto a la asignatura “Cardiorespitario adulto”.
Explica que pese a no ser docente de profesión, intenta brindar el mejor de los aprendizajes basados en la realidad clínica que vive, “no concibo la idea de dedicarme solo a la docencia, sin tener la capacidad de actualización y rose continuo con lo que la realidad clínica me enseña cada día, eso no lo dejaría jamas, y los alumnos creo que lo agradecen, de momento en que uno los ve fascinados viendo los videos o contándoles historias de lo que uno vive diariamente en la realidad sanitaria, como es mi caso, en una UCI”, finaliza el académico.