ENTREVISTA

Tomasino de Los Ángeles cuenta su experiencia en México tras la obtención de la Beca Experiencia Internacional

Andrés Puelma, estudiante de Ingeniería en Ejecución Agropecuaria del Instituto Profesional Santo Tomás Los Ángeles, relató parte de su historia personal y cómo logró el sueño de viajar a estudiar al país azteca.

 

Andrés Puelma cursa el último periodo de estudios de la carrera Ingeniería en Ejecución Agropecuaria del Instituto Profesional Santo Tomás Los Ángeles y hace algunas semanas regresó de México, tras la obtención de la Beca Experiencia Internacional de Santo Tomás, que le permitió estudiar durante un semestre en el Instituto Tecnológico Monterrey, campus Querétaro. Para él, sin duda, un sueño de infancia hecho realidad.

Describió cómo había sido su estadía fuera de Chile y junto a ello, descubrimos que este joven pehuenche de 24 años escondía, o más bien atesoraba, un valioso testimonio de vida.

Y es que creció siendo hijo del rigor, porque nada se le dio tan fácil los primeros años; sobre todo por las insufribles incomodidades que le generaban las distancias a pie y que debía desafiar para estudiar cada semana.

Su enseñanza media, la realizó en un establecimiento educacional, ubicado a 7 km de la comuna de Santa Bárbara. Si bien era internado, cada vez que emprendía rumbo a casa, lo hacía con la espalda cubierta de nieve o empapada por la lluvia, porque pertenecía a una de las familias más alejadas del camino público, en la comunidad del Barco ubicada en la localidad rural de Alto Bio Bío.

Sin embargo, así fue como conoció la caridad de sus vecinos, quienes en muchas oportunidades lo hospedaron y acogieron en su trayecto, cuando no había vehículo que se detuviera para acercarlo.

“Ahora me compré un auto y siempre llevo a alguien, porque me acuerdo cuando debía caminar muchos kilómetros y nadie se detenía para ofrecerme un aventón” indicó.

Cuenta que esta realidad fue lo que le motivó a superarse y a querer convertirse en un generador de oportunidades para Alto Bio Bío.

Lo anterior, porque considera que la geografía podría ofrecer gran variedad de proyectos y emprendimientos; principalmente a los jóvenes de esta localidad, a quienes vio crecer sin preparación a nivel intelectual, ni mayores metas o sueños, que trabajar en el campo.

 Beca Experiencia Internacional

Andrés ¿Cómo te enteraste de la beca para ir a México?

Tenía muchas ganas de conocer, viajar, de especializarme más y miraba videos de estudiantes de Santo Tomás que se habían ido antes. Siempre tuve la inquietud, así es que fui a preguntar al jefe de Carrera y él me orientó. También el Director de Asuntos Estudiantiles y todos confiaron en mí, en que yo respondería en la Universidad donde fuera.

Cuando fui seleccionado para la beca fue algo muy importante, porque era un logro que había esperado siempre, desde muy pequeño. Me sentí muy contento y aproveché la experiencia al máximo.

¿Tu familia te apoyó de inmediato?

Si. Estaban muy contentos y a la vez muy tristes, porque me alejaba de ellos, pero sabían de que era lo mejor, para que yo pudiera adquirir otras herramientas.

¿Cómo fue la experiencia? ¿Existe algo que te haya llamado la atención?

Estuve en la ciudad de Querétaro, la cual es muy tranquila, pese a que es una de las ciudades más desarrolladas y más grandes del país azteca. Ahí me hice amigos de inmediato, no me costó adaptarme.

Son muy amigables los mexicanos y en general le buscan siempre el sentido del humor a todo. Son alegres, pueden estar muy atrasados por algo muy importante, pero siempre se dan espacio para ir tranquilos o sacarse una foto, por ejemplo. Generan un ambiente acogedor y amable.

También me llamó la atención la gastronomía, lo picante que es todo (risas).

¿Qué otras ciudades conociste allá?

San Miguel de Allende, Guanajuato, Cuernavaca, el resto sólo alrededores. Era muy turístico y los precios más baratos que en Chile. Un almuerzo chileno allá equivale a dos.

¿Recuerdas alguna anécdota que hayas vivido?

Sólo experiencias diferentes, como fiestas en el techo de una casa; música en vivo en el techo de una casa con bailes. Nunca imaginé que iba estar ahí, pero era un ambiente sano.

¿Cómo era el ambiente académico?

El Tecnológico de Monterrey era una Universidad de muy buen nivel. Me parece excelente que Santo Tomás tenga el convenio con ellos, porque presta un muy buen servicio educacional. Recibe a jóvenes de diferentes países, lo cual genera un ambiente multicultural muy interesante.

Las clases eran muy parecidas a las de acá, pero la forma era diferente. Por ejemplo, allá cada clase era dictada por dos Profesores y se complementaban. Uno no se quedaba dormido en clases largas, porque a mitad de ella la tomaba el otro profesor y era como recibir otra energía.

La biblioteca era muy grande, no había excusa de no poder hacer un trabajo, porque había internet en todos lados y libros disponibles. Ésta permanecía abierta todo el fin de semana.

Los académicos eran renombrados en el ambiente. Por ejemplo, el que hacía Planeación Estratégica era Escritor y sus libros los utilizaban otras universidades de México. Era lo máximo, una eminencia y se daban espacio para compartir el almuerzo con los estudiantes. Era muy cercana la relación con los profesores.

¿Qué mensaje entregarías a los jóvenes de Santo Tomás, respecto a esta beca?

Insto a todos los jóvenes que estudian en Santo Tomás a aprovechar todos los beneficios que la institución ofrece a sus alumnos y especialmente que se atrevan y participen de esta hermosa oportunidad.

Cuesta al principio por los trámites que se deben hacer, pero todo se facilita con el apoyo de los profesores, directores de la sede y DAE. Realmente te enriquece como persona y ofrece un currículum importante, que te puede servir en tu futuro laboral.

De todas maneras, agradezco a Santo Tomás todas las oportunidades y herramientas que me ha brindado. Santo Tomás sacó a la luz lo mejor de mí y así pude descubrirme a mí mismo.

Un joven de esfuerzo

¿Cuál es tu sueño en relación con la comunidad de Alto Bio Bío?

Mi proyecto comienza educando a la gente, preparándola a los cambios, con capacitaciones y asociándome a instituciones que se dediquen a eso. Por ejemplo, está Chile Emprende que presta asesoría gratuita a emprendedores.

Siento que tu capacidad intelectual es alta, lo noto en cómo hablas, cómo te expresas. ¿te consideras diferente al común de los jóvenes de tu edad?

Muchas personas me han dicho eso, es que siento que maduré muy temprano. Me salté muchas etapas de mi vida y lo que hacen los jóvenes hoy día de salir a carretear, yo no lo viví. Me preocupaba de otras cosas, como ayudar en la casa, de investigar cosas, leer. Me gusta mucho leer. También fui Dirigente de comunidades siendo muy niño, entonces eso me ayudó a madurar mucho.

¿Cuántas horas diarias dedicas a tus estudios?

Soy estricto conmigo. Si no hay que estudiar, estudio cualquier otra cosa, pero hay que estudiar. Dedico 45 minutos tres veces al día.

A tu corta edad ¿cuáles consideras que han sido tus mayores logros?

Yo creo que haber trabajado en un programa de desarrollo local. INDAP me dejó a cargo de 60 familias a quienes debíamos ayudar, potenciando sus trabajos y proyectos. En esa época ya había sacado el Técnico Agrícola y Ganadero a Nivel Superior. Muchos jóvenes se quedan con eso nada más, pero yo quería ser más. Tuve que renunciar a mi trabajo para seguir la Ingeniería el 2016, lo cual considero un logro personal muy grande. Después está la experiencia de haber ido a México.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu carrera?

La innovación en temas alimentarios. Me gusta mucho la investigación. Es la base para poder iniciar algo.

¿Hay alguien o hubo alguien importante para ti, a quien agradecerías tu desarrollo como persona y estudiante?

Muchos vecinos que me ayudaron en el camino, cuando me tocaba caminar con lluvia. Las personas me ofrecían su casa para quedarme o a veces me iban a dejar.

Cuando hice la práctica del liceo, la hice en un lugar donde comercializaban quesos. Fue muy duro, nos trataban como empleados y había que hacer mucho trabajo pesado. Ahí hubo gente que me ayudó, por ejemplo, una vecina se ofreció para preparar comida todos los días. No cobró nada.

A ellos agradecería mi desarrollo y cuando salga de la carrera, quiero pasar a llevarles un regalo de recuerdo. Ellos no tienen idea de cómo marcaron mi vida.