Risa + actitud = calidad de vida

Odiamos los lunes. Los problemas nos agobian. Todo sale mal. ¿Quién nos puede ayudar cuando todo se torna gris? No hay recetas infalibles ni superhéroes. Todo recae en la actitud. Y en la risa. Sobre todo, en la risa.

Bajo esta premisa se desarrolló el seminario “Ser más Quijote y menos quejote”, organizado por la Dirección de Admisión y Comunicaciones de Santo Tomás La Serena, evento dirigido a orientadores y representantes de diversos colegios de la zona.

En la actividad, y bajo una atmósfera lúdica, el conferencista de la jornada, Pablo Zamora, el recordado Profesor Salomón de la TV, enfatizó la importancia de enfrentar los problemas bajo otro prisma: con entusiasmo, motivación y empatía, a fin de conseguir una mejor calidad de vida laboral y familiar.

Una cuestión de actitud

Al respecto, cuando se hacen las cosas involucrando emociones positivas, dice Pablo, se obtienen repercusiones como un trabajo más eficiente, “lo que tiene también un impacto a nivel de equipo: mejora el clima laboral, la confianza, la disposición, etc.; lo que permite también descubrir la pasión que mueve tu vida, no sólo en el trabajo, sino que en la vida misma”.

“(…) yo utilizo un diario de gratitud, una aplicación que bajé al teléfono donde escribo y leo ideas de gratitud y positivas que leo al iniciar o terminar el día, o cuando lo recuerdo. Allí doy gracias por las cosas buenas, la salud mía y de mi familia, por tener trabajo y trabajar en lo que me gusta, etc. Así parto el día con buena vibra”. Pablo Zamora.

En definitiva, es la actitud lo que te va a definir, afirma, principalmente en lo que respecta a cómo se enfrenta el trabajo, “porque con una cara larga el día se hace eterno y nadie se te acerca, pero si le echas hacia adelante y te enfocas más en la solución que en el problema, las cosas resultan de mejor manera. Por ello, siempre digo <hay que hacer de cada momento una experiencia memorable>”.

¿Cómo mantener una actitud positiva? ¿Existen fórmulas? Pablo sostiene que existen muchas vías, como la meditación, la introspección o el yoga, por ejemplo, o bien, la utilización de afirmaciones positivas que ayuden a enfocarse cuando las cosas no van bien, “y mejor si están escritas. Por ejemplo, yo utilizo un diario de gratitud, una aplicación que bajé al teléfono donde escribo y leo ideas de gratitud y positivas que leo al iniciar o terminar el día, o cuando lo recuerdo. Allí doy gracias por las cosas buenas, la salud mía y de mi familia, por tener trabajo y trabajar en lo que me gusta, etc. Así parto el día con buena vibra”, afirma.

«Gefe» en vez de Jefe

Tanto en el ámbito laboral, educacional o en la organización social a la que se pertenezca, existen líderes. Personas que encabezan grupos que generalmente se les denomina Jefes, y que cumplen un rol trascendente para quienes deben seguirlos, ya sea por obligación o elección.

Con el paso de los siglos, ¿han cambiado estos liderazgos? La respuesta es positiva, pues la presencia de la psicología laboral y otras disciplinas en las organizaciones han redundado en un cambio de enfoque, donde aparece el concepto de “Gefe”, citado por Zamora en su charla, y que alude a un Generador de felicidad.

“Para ser un Gefe es fundamental potenciar la actitud. Potenciar lo bueno que tiene cada persona”, resalta, además de recalcar que se debe observar a las personas y descubrir y resaltar sus habilidades y potencialidades, “tratando de dejar que se desenvuelvan en lo que realmente hacen bien, al margen de lo impuesto por el deber ser”.

“(…) el cerebro humano no distingue entra la risa real y la fingida. Por ejemplo, la risoterapia hace reír con técnicas de respiración, pero tú puedes reír de cualquier manera, por ejemplo, fingir una risa en un momento complicado, y eso te puede ayudar a salir de un estado emocional que te puede perjudicar. Porque el desgaste de energía de hacer suposiciones o ver todo negro no te ayuda en nada”. Pablo Zamora.

La clave del gesto

Somos series sociales. Dependemos de las relaciones humanas. Un instinto gregario que debe ser alimentado día a día por una interacción dinámica y cordial, donde un simple gesto como el saludo a los otros posee un valor gigantesco, y que en estos días, tiende a desaparecer en medio del acceso a la tecnología, el individualismo y la vida acelerada que lleva adelante la sociedad chilena y mundial.

Al respecto, Pablo recuerda que constantemente buscamos aceptación en los demás, porque se trabaja mejor en equipo. “Y muchas personas tienden a hacer historias de todo lo que les pasa; por ejemplo, si una persona no saluda a alguien, se puede generar una historia errónea de esa persona que no saluda y que puede dificultar el trabajo, donde surgen frases como <oye, aquí nadie me saluda. Soy invisible en este trabajo, esta pega me hace sentir mal. Ese tipo no me saluda y es pesado, no lo voy a saludar más tampoco>. En definitiva, una chimuchina de la que nadie se hace cargo”, señala.

“Aquí surge el miedo, un miedo que nos inmoviliza”, afirma el comediante, ante lo cual se debe ser más frontales, sostiene, “pero en el sentido de afrontar las cosas y de lo que pensamos, partiendo por hablar con el otro y decirle, <hola, me gustaría saber por qué no me saludas o si hay algún problema conmigo. Conversemos>”.

Finalmente, Zamora subraya la importancia de siempre hacerse un espacio para reír, “porque reírte te ayuda a liberar toda la mala onda”, indica. “Fíjate que el cerebro humano no distingue entra la risa real y la fingida. Por ejemplo, la risoterapia hace reír con técnicas de respiración, pero tú puedes reír de cualquier manera, por ejemplo, fingir una risa en un momento complicado, y eso te puede ayudar a salir de un estado emocional que te puede perjudicar. Porque el desgaste de energía de hacer suposiciones o ver todo negro no te ayuda en nada”, recalca.