Ideas e innovación

Emprendimiento: un espíritu impulsado por el árbol genealógico y la convicción

Aunque sorprenda, los antecedentes familiares tienen mucho que ver con la motivación de un emprendedor, además de la convicción personal, las redes de contacto y la perseverancia para llevar a buen puerto una idea.

Emprender. Empresa. Genialidad y fama. Desde la óptica de un ciudadano común, que gran parte del día consume contenidos a través de redes sociales-internet y/o la televisión, el emprendimiento se entiende muchas veces como historias personales que entremezclan una simple ecuación de fracasos, esfuerzo, inventiva y éxito económico.

Pero el emprendimiento, concepto importante en toda sociedad moderna que alienta el crecimiento y bienestar de sus ciudadanos, conlleva una definición y/o concepción que va mucho más allá de convertirse en Marck Zuckerberg o Steve Jobs de la noche a la mañana.

“El emprendimiento no se circunscribe sólo a la creación de empresas, sino que tiene que ver con un espíritu emprendedor, que está presente por varias generaciones en algunas familias y es lo que impulsa a ciertas personas a emprender” Gabriela Vargas I.

Aunque suene sorprendente, muchos de los emprendedores exitosos tienen en su historial personal un antecedente familiar: un abuelo(a) o bisabuelo(a) que, por ejemplo, al ejercer un oficio o realizar una actividad que buscaba solucionar un problema en su momento, fueron auténticos emprendedores quizá sin saberlo, en épocas en que aún no se comprendía aún a este concepto como hoy en día.

 

Estudiante colabora con el trabajo de una emprendedora.

En la familia puede estar la semilla del emprendimiento.

Espíritu emprendedor en la familia

“El emprendimiento no se circunscribe sólo a la creación de empresas, sino que tiene que ver con un espíritu emprendedor, que está presente por varias generaciones en algunas familias y es lo que impulsa a ciertas personas a emprender”, afirma al respecto la Directora de la Carrera de Diseño Gráfico del Instituto Profesional Santo Tomás de La Serena, Gabriela Vargas Isasmendi.

La académica cuenta con una nutrida experiencia al respecto trabajando en innovación y emprendimiento con el alumnado de la carrera, formando parte de “Mentoris”, primera Red de Mentores de la Región de Coquimbo (Programa E-Startup Coquimbo), y actualmente, integrando el NODO “Productos con Diseño de Autor”, iniciativa que busca desarrollar y fortalecer la competitividad de empresas con identidad y generación de productos innovadores a emprendedores de la provincia de Elqui.

Con esta experiencia, señala al respecto que en muchas de las actividades con jóvenes emprendedores se han encontrado antecedentes familiares respecto de ese “espíritu emprendedor” en los llamados antiguos “oficios”: talabarteros, hojalateros, agricultores, “incluyendo el lavado de <ropa ajena> o el rico pan amasado que vendía la abuelita, dando a entender que la iniciativa emprendedora de una persona no es fruto del azar”, recalca.

«El involucramiento con expertos es fundamental para orientar un emprendimiento, puesto que muchas veces el emprendimiento puede estar errado: tienes una idea, por ejemplo, del grupo objetivo al que apuntas, pero si no tienes contacto con esas personas puede que ese diagnóstico que realizaste esté equivocado».Gabriela Vargas I.

Sin embargo, ¿sin antecedentes en la familia, se puede emprender? “Claro que sí”, afirma la docente, “pues siempre existe un inicio para todo, pero desde mi experiencia en educación, cuando los estudiantes descubren ese espíritu en su familia, se plantean los desafíos de otra manera, dándose una especie de re-encuentro con ese hilo conductor anterior”.

Es importante, entonces, para todas aquellas personas que quieran o estén emprendiendo, realizar una búsqueda personal, “pues para realizar cualquier tarea o acción emprendedora se debe estar convencido al respecto y ese antecedente familiar en muchos casos viene a contribuir a aquello”, recalca.

 

Estudiante de diseño trabaja con dos emprendedoras.

La asesoría es crucial para un emprendimiento.

Apoyarse es fundamental

¿Se puede emprender solo? La respuesta es sí, pero según indica la experta, es muy importante tomar contacto con entidades que están ligadas a la temática, instancia que dentro de la formación profesional se realiza, “como parte de una metodología, donde hacemos que el estudiante conozca y se contacte con el ecosistema de personas, instituciones y organizaciones involucradas en el emprendimiento, ya sea mediante charlas o entrevistas con las personas involucradas”.

Este involucramiento con expertos en el tema, a juicio de la académica, es fundamental para orientar un emprendimiento, “puesto que muchas veces el emprendimiento puede estar errado: tienes una idea, por ejemplo, del grupo objetivo al que apuntas, pero si no tienes contacto con esas personas, puede que ese diagnóstico que realizaste esté equivocado. Por ello, lo más importante es dialogar con esos potenciales usuarios, con las instituciones u organizaciones involucradas, y con los expertos en la materia”, resalta.

«Espíritu emprendedor es algo que tú tienes o no, y cuando lo logras tener no lo dejas nunca más, pues puede que una idea o una empresa que creaste, falle, pero ese espíritu emprendedor siempre hará que vuelvas a dar forma a otros nuevos desafíos” Gabriela Vargas I.

La virtud de la paciencia

Una vez “afinada” y analizadas todas las variables involucradas en la idea, comenta, se debe tener una alta cuota de paciencia, pues el tiempo que puede pasar entre que se concibe y se concreta un emprendimiento es indeterminado, “puede demorar, inclusive, toda la vida”, afirma.

“Ya que un emprendimiento no es necesariamente un negocio”, subraya la docente, y recalca que “uno puede ser un emprendedor en la vida, por ejemplo, en los estudios, estudiando una carrera técnica, luego una profesional, una universitaria y luego post grados”.

Por ello, sentencia finalmente, el emprendimiento no obedece a algo comercial en un periodo determinado, “y por ello yo hablo de espíritu emprendedor: es algo que tú tienes o no, y cuando lo logras tener no lo dejas nunca más, pues puede que una idea o una empresa que creaste, falle, pero ese espíritu emprendedor siempre hará que vuelvas a dar forma a otros nuevos desafíos”.