Con el propósito de responder a una necesidad detectada en el territorio, estudiantes de la carrera Psicopedagogía del Instituto Profesional Santo Tomás, en sede Rancagua, dieron vida al Centro Psicopedagógico IPST. Durante el segundo semestre académico, este proyecto brindó apoyo gratuito a 52 niños, niñas y adolescentes de la comuna de Graneros, provenientes de siete establecimientos educacionales: Colegios Sixto Méndez Parada, Villa La Compañía, Hernán Olguín, Tuniche, Antonio Trdan, María Escobillano Guzmán y Misael Lobos Monrroy.

La iniciativa surgió a partir de una realidad observada por docentes y estudiantes en práctica: un número importante de niños, niñas y adolescentes que no acceden al Programa de Integración Escolar (PIE) presenta brechas significativas en lectoescritura, habilidades operatorias básicas y competencias socioafectivas, lo que incrementa el riesgo de frustración y fracaso escolar. Frente a ello, el proyecto buscó crear un espacio seguro y especializado que permitiera fortalecer aprendizajes y apoyar el desarrollo integral.

Acompañamiento integral

El cierre del proyecto estuvo cargado de emoción y gratitud por parte de los equipos participantes. Valeria Núñez, estudiante en práctica, destacó el rol protagónico de los niños, niñas y adolescentes: “Cada uno aportó algo único. Gracias a su energía, cariño y ganas de aprender, este centro cobró sentido… Nunca olviden creer en ustedes mismos. Estamos muy orgullosos de su proceso”.

Por su parte, la docente supervisora Catalina Astudillo valoró el crecimiento de los estudiantes y el impacto en la formación de las futuras profesionales: “Este tiempo ha sido un regalo. Cada niño llegó con una historia distinta y verlos avanzar ha sido una de las experiencias más hermosas. Cuando un niño se siente acompañado, florece. La educación hecha con amor deja huellas que no se borran”.

El Centro Psicopedagógico IPST implementó un modelo de trabajo centrado en tres líneas: fortalecimiento de procesos cognitivos y funciones ejecutivas; nivelación de contenidos según las bases curriculares, y entrega de herramientas socioafectivas que favorecen la autonomía, la autoestima académica y el bienestar emocional.

Para ello se aplicaron baterías estandarizadas e informales, se diseñaron planes de intervención individuales y grupales, y se realizó una reevaluación final que permitió medir avances en cada área.