Docente UST Puerto Montt: La intervención nutricional es muy importante en pacientes con cáncer

Luz Ortiz, de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, destaca que “la intervención nutricional juega un rol muy importante, contribuyendo a la atención integral del paciente”.

El cáncer es una enfermedad de constante crecimiento a nivel mundial, siendo en Chile la principal causa de muerte. Sin embargo, en la actualidad existen formas de prevenirlo, detectarlo y tratarlo oportunamente, donde la alimentación cumple un factor fundamental en su prevención y, también, en su tratamiento. Así lo destaca Luz Ortiz, Docente de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, señalando que “la intervención nutricional juega un rol muy importante, contribuyendo a la atención integral del paciente”.

“Una persona que sea diagnosticada de cáncer, pero con una composición corporal adecuada tendrá muchas más posibilidades de que su tratamiento sea efectivo y genere menos complicaciones. Por lo tanto, la atención nutricional adecuada y oportuna es una necesidad prioritaria”, afirma la especialista en nutrición oncológica.

¿Qué recomendaciones generales alimentarias podría entregar?

Eliminar la creencia de “nunca más podré comer lo que me gusta”, “no podré ir a eventos familiares ni de amigos por la comida”. Acá la relación paciente y nutricionista es muy importante, debemos establecer confianza y una alianza, modificar las recomendaciones alimentarias al contexto, realidad y preferencias de la persona. Solo de esta forma se logrará un adecuado manejo nutricional y adherencia, logrando reforzar o mantener el estado nutricional, ya que impacta directamente en los resultados clínicos. El último consenso europeo hace referencia a la perspectiva en oncología donde se enfatiza, precisamente, que la atención nutricional sea una parte integral de la atención médica centrada en el paciente.

¿Existe una alimentación especial para personas con cáncer?

Hay una infinidad de información al respecto, muchas dietas especiales, alimentos naturales, entre otros. Pero, el enfoque nutricional debe estar basado en facilitar la alimentación durante el tratamiento y transcurso de esta enfermedad, con el objetivo principal de aliviar los síntomas secundarios por la ingesta de medicamentos, que repercuten en la composición corporal de la persona (peso, musculatura. otros).

Existen algunos tipos de cáncer que tienen restricciones específicas. Por ejemplo, pacientes con cáncer de pulmón se busca restringir la ingesta de carbohidratos simples, como los productos de pastelería, galletas, tortas y todo lo que contenga sacarosa o azúcar blanca. La restricción de sacarosa o azúcar blanca se debe a que este tipo de azúcar requiere de un mayor consumo y trabajo respiratorio para ser degradada. Entonces, al existir en estos pacientes una capacidad respiratoria disminuida, no es buen aliado.

¿Las personas con cáncer pueden tener una alimentación tradicional?

Pueden alimentarse de una manera equilibrada, es decir todo tipo de alimentos, pero en preparaciones modificadas. Si hablamos de porciones alimentarias, podrían incluso recomendarse más cantidades de alimentos, pensando en que son pacientes con un gasto energético elevado debido al propio estrés que genera la patología en el organismo.

La alimentación, además, va a depender del proceso en el que el paciente se encuentre. Pudiendo estar en remisión (ausencia de cáncer) o frente a una recidiva (aparición de cáncer). Aquí, sin duda, el manejo que se realiza en el contexto alimentario es complementar y apoyar, es decir, normalizar la alimentación adecuándola a cada contexto económico y clínico, apoyando desde la nutrición y alimentación la prevención de pérdida de peso, mantener la musculatura, consumo de grasas de buena calidad, entre otros.

¿Es recomendable que participen y degusten asados, por ejemplo?

Sin duda, permitido. En este contexto, el apoyo de la familia y amigos es fundamental en el proceso de cáncer y estas instancias de compartir con otros, son valiosas. Quizás, el paciente sólo podrá conversar y sentirse acompañado, ya que probablemente el consumo de asado sea mínimo, producto del propio rechazo alimentario del paciente. Destacar además que consumir 50 gramos de pollo asado no aumentará la progresión de cáncer. Es importante el tipo de calor que se usará, es decir, lo importante es no consumir carne quemada, si no que cocida en la parrilla. Los alimentos quemados liberan acrilamida, sustancia que se clasifica carcinogénica en humanos, información declarada por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer.

¿Por qué se restringen alimentos crudos?

El riesgo de poder contraer una enfermedad gastrointestinal o intoxicación alimentaria es alta y esto puede ser mortal en un paciente con cáncer. Tienen mayor riesgo de infecciones, debido a que su sistema inmune es mucho más débil que el de una persona sin esta patología. Cuando los pacientes están en ciclo de quimioterapia, muchas veces por tolerancia no consumen alimentos crudos, sin embargo, en el periodo de un ciclo a otro, considerando que son 15 ó 21 días, la idea es poder nutrirlo y prepararlo, entonces el consumo de verduras y frutas crudas no debiese restringirse, siempre priorizando la correcta manipulación. No así el consumo de pescados y carnes rojas crudas, los cuales se restringen de manera absoluta porque el riesgo es más alto y menos controlable.

Ante la poca tolerancia a la comida por síntomas ¿qué se recomienda beber o comer que los mantenga sin peligro de deshidratación?

Sin duda, los mejores aliados son los suplementos nutricionales y sales de rehidratación, dentro de la alta gama de suplementos nutricionales, encontramos Supportan y Fresubin 2 kcal HP que vienen en formato líquido, o bien Fresubin creme 2 kcal (formato flan). Por otro lado, para evitar deshidratación, es importante iniciar rápido el consumo de líquidos con electrolitos o bien sales de rehidratación, previo a la indicación del profesional de salud.

Además, es importante desacelerar la aparición de síntomas, como vómitos, náuseas, inapetencia y rechazos a algunos alimentos específicos. Antes de comenzar un primer ciclo de quimioterapia o radioterapia, se recomienda, por ejemplo: disminuir volúmenes de comidas, evitar preparaciones muy condimentadas, preferir alimentos que sean de una consistencia más blanda, buscando adaptar cualquier modificación a las características y sintomatología individual de cada paciente.