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Educadores de Santo Tomás fortalecen su formación con Diplomado en Pedagogía para la Educación SuperiorAsí fue la experiencia transformadora del taller de oración “Cara a Cara con Dios” 2024
En la pandemia nos dimos cuenta de cuánto nos ayudaba unirnos, aunque fuera virtualmente, para compartir y socializar. Además. Como una contribución para prevenir dificultades de salud mental, se ofrecieron talleres virtuales de corte psicológico y de ahí surgió la idea de ofrecer también un espacio para acercarse a esa fuente de paz que tenemos tan cerca: la oración y el trato personal con Dios.
Así es como desde la Dirección Nacional de Formación e Identidad se invitó a un taller de oración para redescubrir o, en otros casos, aprender cómo dejarnos mirar por Dios, que nunca nos deja y que siempre está con nosotros. Así empezamos la andadura del Taller de oración que durante 3 años ha reunido cada 15 días a estudiantes y docentes de todo Chile. Esa es la explicación de la actividad, pero lo más impactante es el fruto que deja en quienes participan, algunos de cuyos testimonios compartimos.
“La vorágine del día a día, nos hace olvidar lo realmente importante, nos agobia el tiempo, el trabajo, las trivialidades que empobrecen el alma. Me encontraba en un momento oscuro, con insomnio, cansada, consulte con un siquiatra, psicólogo y no lograba encontrar la paz que necesitaba para trabajar y vivir. Un día decidí participar en la invitación al taller, que lo vi muchas veces y lo dejaba pasar… por tiempo… qué tontera, en realidad ha sido el tiempo más valioso de mi día.
Ingresar al taller significó encontrar a la adolescente dentro de mí que creía y necesitaba de Dios en su vida, de aquellos días cuando tenía tiempo para mi prójimo y para mí, cuando en silencio oraba y le pedía a Dios me diera discernimiento para hacer no hacer daño, para que me diera la fuerza y la fe necesaria para defender mi vocación de servicio, que vibraba en mí permanentemente y nunca agotarme de ella, a medida que me hice adulta lo olvidé, y me fui apagando.
Cada día del taller se encendió mi alma con una pequeña llama, que volvió avivar mi fe, encontré la paz que buscaba, encontré la luz que creí apagada y recordé que nunca estuve sola, que el Señor siempre ha estado conmigo y que en los momentos que creí desfallecer Él me tomaba en sus brazos y me cargaba hasta que volviera a recuperar mis fuerzas, hoy sé que no estoy sola y que no volveré a olvidar lo que realmente es importante, LA PAZ DEL ALMA, y que me esforzare día a día por llenar mi corazón y alma de paz y amor.
Amo ser enfermera, amo ser docente, amo ser yo y ser hija de Dios, y esta responsabilidad que me ha dado de ser parte de la formación de jóvenes, la asumo con amor y hare mi mayor esfuerzo día a día por compartir esta paz y amor que llevo en mi corazón con los jóvenes, para que sean personas de luz, agentes de cambio.
“Le doy gracias a Dios por todo lo que es y representa en mi vida”. “Yo sé que hoy veré a Dios actuar en mi vida y en mis circunstancias y siento gratitud”. “Gracias, Padre Dios, porque con cada nuevo día me concedes nuevas bondades y misericordias. Tu fidelidad no tiene fin ¡Te alabo, Señor!” – Carolina Molina Vega.
Otras personas han comentado su experiencia de manera más sintética pero igualmente valiosa: “Estas instancias ayudan mucho a alimentar el alma”, “Gracias por crear estas instancias de crecimiento espiritual, donde se crea un grupo de apoyo que beneficia a los participantes”, “Saber que podemos acercarnos a Dios por diversos caminos, quien está en todas partes y nos tiende puentes para llegar a Él”, “No perder la esperanza y fe, vamos que se puede”; “Abrir el corazón y dejar los miedos atrás”.
“Es muy bonito que exista este espacio ‘Cara a cara con Dios’, me siento agradecido y bendecido porque todos tenemos experiencias diferentes pero el Señor nos conoce y debemos escucharlo y dejarnos guiar por Él. Yo mismo he tenido últimamente situaciones difíciles personales pero sé que Dios está ahí, y sé que me está dando una nueva oportunidad en mi vida”.
Ante momentos dramáticos, la oración ayuda a encontrar sentido y fuerza, como nos comenta otra persona: Yo quiero agradecer, por este momento, estas semanas han sido caóticas y traumática. Perdí a una persona muy cercana de una manera espantosa y siento que ahora más que nunca he podido apoyarme en Dios, en la oración, lo siento a mi lado. Este momento me ha servido para conectarme en Dios y la virgen, y agradecida por que ayer me acompañó en mi examen de grado. A pesar de una semana muy dolorosa, Dios estuvo a mi lado para salir adelante y dar lo mejor de mí el día de ayer. Gracias a Dios por su hermosa compañía siempre”.
Un sentimiento compartido por todos es el agradecimiento a Dios por la instancia de oración y por la fuerza interior que experimentábamos, como el de esta estudiante que al término del semestre escribía en el chat: “Quiero dar gracias infinitas a Dios a ustedes por la oración ya que me dio fuerzas para asegurar adelante y hoy puedo decir que pase todos mis ramos!!!! ¡Gracias, Señor Jesucristo!!”
Seguiremos adelante con esta actividad que tanto bien nos hace, contando la ayuda del que mueve los corazones y les da su paz y fuerza, para seguir adelante en la peregrinación de esta vida.
Al quedar disponibles las grabaciones de cada sesión, pueden revisarse cuando se tenga tiempo, y eso le da mayor cobertura y llega a más personas. Están en el canal de YouTube de Santo Tomás aquí y en la web del Programa de Bienestar y Salud Mental aquí.