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Santo Tomás y Servicio Local de Educación Pública firman convenio de cooperaciónSeminario revisó la participación femenina en la minería
Con la participación de un amplio panel de mujeres profesionales, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Santo Tomás y la Federación de Sindicatos de Antofagasta Minerals (FESAM) realizaron el seminario «Miradas desde la perspectiva de género: Mujer e Ingeniería».
El seminario Miradas desde la perspectiva de género: Mujer e Ingeniería, organizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Santo Tomás y la Federación de Sindicatos de Antofagasta Minerals (FESAM), reunió a siete mujeres, profesionales de distintos ámbitos, para reflexionar sobre el avance en participación femenina en carreras e industrias masculinizadas, como son la Ingeniería y la minería.
“Hoy las universidades estamos pensando en cómo atraer talento femenino a profesiones que han sido malamente masculinizadas, porque no tienen nada que las mujeres no podamos hacer”, planteó la rectora nacional de la Universidad Santo Tomás María Olivia Recart al comienzo de la actividad.
Según expuso la rectora Recart, junto al decano Juan José Negroni de la Facultad de Ingeniería UST han estado conversando e ideando estrategias para aumentar la participación femenina en carreras denominadas STEM (por sus siglas en inglés), que son Ciencias, Tecnologías, Matemáticas e Ingeniería.
“En una carrera que está tan masculinizada no puedes solo atraer, tienes que incluir. Y para incluir tienes que trabajar con la cultura y con la gente que está en la mina; tienes que trabajar con los que ya trabajan en la industria”, agregó la rectora.
Desde el ámbito laboral, Mitzy Valenzuela, tesorera de la Federación de Sindicatos de Antofagasta Minerals (FESAM), reconoció y valoró el avance que ha tenido la participación femenina en la industria minera.
Específicamente sobre la participación sindical, Valenzuela señaló: “No ha sido sencillo, pero hemos ido abriendo puertas. Hoy podemos decir con orgullo que fuimos la primera federación minera en tener como presidenta a una mujer, lo que nos ha permitido dar una perspectiva de género en los temas que tratamos”.
“Esperamos que la incorporación de la mujer en esta industria sea una constante y que podamos profundizar el camino que ya pudimos abrir”, agregó al término de su intervención.
La mirada institucional
El primer bloque del seminario estuvo dedicado a revisar la mirada institucional de la inclusión de mujeres en la industria minera y contó con la participación de la abogada y máster en Género y Derecho, Fernanda Flores, y la Senadora de la República por la Región de Coquimbo, Adriana Muñoz.
La abogada Fernanda Flores expuso los aspectos prácticos y jurídicos de la incorporación de mujeres en la industria de la minería, destacando la importancia del derecho a la no discriminación.
“Las mujeres pueden ser víctimas de cualquier tipo de discriminación, pero la discriminación por razón de sexo es una discriminación especial. Es una discriminación que se configura en la estructura social; que no afecta a las mujeres solo en el trabajo, sino que viene en la matriz de la sociedad”, planteó.
En la búsqueda de la no discriminación y del respeto del derecho que tienen las niñas, las jóvenes y las mujeres del país a ser incluidas en los distintos ámbitos de la vida pública, la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género es un gran avance y logro.
«Es el único instrumento legislativo que intenta describir qué es la equidad de género y la discriminación, y que en su artículo 1º contempla la ausencia de cualquier tipo de discriminación a la mujer por ser tal”, afirmó la abogada y máster en Género.
La senadora Adriana Muñoz complementó la presentación de Fernanda Flores a partir de su experiencia como legisladora de la nación, completando el primer bloque del seminario dedicado a la mirada institucional.
“El gran desafío es de qué manera se empieza a resolver esta complejidad entre lo que significa la instalación de las mujeres en el trabajo minero y la particularidad de la organización de estos trabajos. Si no apuntamos a un cambio cultural profundo, cualquier legislación que hagamos no cambiará las situaciones”, señaló la senadora.
La mirada práctica
En el segundo bloque, dedicado a la mirada práctica de la inclusión femenina en la industria minera, presentaron Claudia Orellana, presidenta Federación de Sindicados Antofagasta Minerals, y Pamela Caro Molina, académica de la Universidad Santo Tomás y directora del centro Cielo UST.
“La inclusión de género resulta un proceso deseable para cualquier organización. Las empresas mineras se han visto beneficiadas en productividad y generación de innovación al contar con equipos mixtos, porque en ellos la creatividad es mucho mayor”, señaló Claudia Orellana, a partir de su experiencia como líder sindical.
Por el beneficio que ha obtenido la industria minera desde la incorporación de mujeres en sus distintas áreas, Orellana confía en que es necesario seguir avanzando en inclusión y continuar abriendo caminos. Y en esto, para ella, la minería tiene un rol importante.
“Es importante definir como un rol estratégico de las industrias avanzar en igualdad. La industria minera tiene la capacidad de influir y ser un referente público para todo el país en términos de romper las barreras de género. El tema del género en las empresas mineras es una barrera cultural y estructural, llena de paradigmas y sesgos”, planteó.
A partir de estudios realizados por el centro CIELO UST, la académica Pamela Caro aseguró: “La inclusión laboral hoy día es frágil. Todavía hay una puerta giratoria: hay mujeres que entran a la industria y que no logran permanecer. No solo en minería, también en construcción, transporte y energía”.
“Hoy el bienestar laboral de las mujeres en minería es precario. La igualdad de género todavía no está en el corazón del negocio. Hay un contexto que sigue siendo hostil. En la industria todavía operan rasgos masculinos y todavía hay débiles medidas de conciliación”, agregó la investigadora.
El seminario terminó con el testimonio de Andrea Ortiz, estudiante de quinto año de Ingeniería Civil Industrial de la UST, sede Antofagasta. Andrea, además de futura ingeniera, es madre. Fue madre antes de ingresar a la universidad, de hecho, y esa situación generó en su entorno cierta reticencia ante la idea de estudiar una carrera tan compleja y larga como Ingeniería.
“Por ser madre incluso me cuestionaron la idea de estudiar. Para qué iba a estudiar si mi pareja tenía un trabajo estable”, compartió la estudiante.
A pesar de los comentarios, Andrea perseveró en la idea de formarse y ser profesional, y supo encontrar el apoyo que necesitaba. Encontró también una institución que la recibió e impulsó, que le hizo saber que podía.
“Me sentí insuficiente, me sentí incapaz. Y muchas veces no fue por algo mío, sino algo que me hicieron creer los demás. Pero fui yo la que comenzó a dejar de lado las expectativas que otros ponían en mis hombros. Tiene que haber también un cambio interno en nosotras, en la herencia que nos dejaron. Empecé a forjar el camino que quería seguir, de la mano de las personas correctas”, contó Andrea.
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