Ingeborg Monje acaba de terminar el nivel Básico 3 del idioma y participará del campamento de verano del Instituto Confucio de Santo Tomás, recorriendo Shanghai y la provincia de Anhui.

En el mes de junio del 2017, Ingeborg Monje fue parte del primer grupo de estudiantes que comenzó sus clases de chino mandarín en Santo Tomás Rancagua. Un año más tarde, es capaz de mantener una conversación básica con los ejecutivos chinos que visitan su empresa y está preparando sus maletas para viajar a China.

Además de ser un desafío para diferenciarse profesionalmente, Ingeborg cuenta que aprender este idioma fue una meta personal: “Siempre se ha dicho que el chino es el idioma más difícil de aprender y quería saber si realmente era así”. ¿Cuál es su técnica para lograrlo? Aconseja ser respetuosos con los tiempos y tener mucha paciencia, pues recuerda que aunque en algunas clases se sentía muy perdida, se lo tomaba con calma y se ponía al día. Además, todos los viernes por la tarde repasa en su casa para sus clases de los días sábados. También, menciona que la forma de enseñar de la profesora Wang Yuwei  ha contribuido para que el aprendizaje del idioma sea significativo.

Su manejo del idioma inglés también le ha ayudado para aprender el chino mandarín. Ingeborg es Asistente de Gerencia General de ME Elecmetal Talleres, empresa que también la ha apoyado en este desafío. De hecho, ella visitará la planta chilena de revestimientos de acero que ME Elecmetal posee en la ciudad de Changzhou, una vez terminado el itinerario de su campamento de verano.

Campamento de verano

Este campamento se realiza por sexto año consecutivo y ha dado la posibilidad para que más de 100 estudiantes de chino mandarín del Instituto Confucio Santo Tomás conozcan China y aprendan sobre su cultura en terreno. Por primera vez, un estudiante de la sede Rancagua puede acceder a este beneficio.

“Cuando entré al curso, era sólo para estudiar chino. Pero cuando supe que existía la posibilidad de postular a esta beca para viajar a China, lo tuve en la mente desde un principio”, recuerda Ingeborg, tanto así que estuvo entre los primeros postulantes. Agrega: “No es lo mismo hacer un viaje normal que hacer un viaje en donde vivenciarás la cultura del país junto con sus habitantes, esta experiencia será tremendamente enriquecedora”.

Emocionada, comparte sus impresiones al saber que fue aceptada para el viaje que se realizará entre el 30 de junio y el 25 de julio: “Ahí me di cuenta de que cuando tus metas están claras,  realmente se pueden lograr, con esfuerzo, perseverancia y dedicación. (…) Mi hija de 9 años cuando supo lloraba, yo pensé que porque no podría salir de vacaciones de invierno, pero era  porque estaba feliz y orgullosa de que yo cumpliera mi sueño”.