La investigación: pilar fundamental para Tarapacá

En instituciones de educación superior, la formación académica es una misión esencial, pues dota a los estudiantes de los conocimientos y herramientas que forjarán su futuro. Sin embargo, la academia debe ir más allá: debe ser un motor de innovación, emprendimiento, liderazgo y por supuesto, un agente clave en la investigación aplicada al desarrollo del territorio donde está inserta.
En el caso de la Región de Tarapacá, esto cobra una relevancia fundamental, ya que la investigación en estudios superiores no se limita a la generación de nuevos productos, servicios o procedimientos. Sino que también implica a la adaptación de conocimientos desarrollados en otras latitudes, adecuándolos a la realidad local. Este proceso debe estar marcado por la impronta regional, asegurando que el conocimiento generado tenga una aplicabilidad real en Tarapacá y contribuya a su crecimiento.
A través de la investigación aplicada, las casas de estudios pueden abordar problemáticas específicas del territorio, como el cuidado de la biodiversidad, la gestión sustentable de los recursos hídricos o la optimización de procesos productivos que fortalezcan la economía regional.
Además, el impulso a la investigación fomenta en los estudiantes y docentes una cultura de análisis crítico, creatividad y resolución de problemas, habilidades indispensables en un mundo en constante transformación. Cuestionar, explorar y proponer soluciones innovadoras son ejercicios que fortalecen el pensamiento estratégico y la capacidad de adaptación.
No basta con que los resultados de las investigaciones se limiten a la publicación de artículos científicos sin impacto tangible. Por el contrario, deben traducirse en un real aporte a la sociedad, conectando a la academia con el sector productivo, el sector público y la comunidad. Solo así se generará un ecosistema de colaboración que impulse el desarrollo sostenible de Tarapacá y de Chile.