El Ministerio de Salud informó durante esta semana la administración de vacuna Pfizer a hombres menores de 45 años, que previamente habían sido inoculados en primera dosis con AstraZeneca, fundamentado en un número importantes de reacciones adversas en este grupo etario. Es una noticia que no deja indiferente a nadie, pues es una pandemia que se ha generado en la época de las comunicaciones y las noticias van a mayor velocidad que el acceso a la información científica.

Durante la actual pandemia se han realizado esfuerzos mancomunados entre diferentes actores de la investigación a nivel mundial, dando origen a la búsqueda activa de vacunas seguras para las personas, cada una de ellas con sus respectivos riesgos asociados, tal como ocurre en el caso de cualquier otro medicamento y que para la vacuna AstraZeneca, son riesgos principalmente de enfermedades de tipo tromboembólicas.

La decisión tomada a nivel país no es aislada o al azar, pues en otros países como España ya están trabajando sobre programas de vacunas combinadas entre AstraZeneca y Pfizer, con buenos resultados. Los investigadores han enfocado sus estudios en esta terapia combinada, logrando tener conclusiones tempranas sobre un aumento de la capacidad inmunológica al utilizar como segunda dosis la vacuna Pfizer, con efectos adversos esperados de carácter leve o moderado y enfocados en los primeros 2-3 días post-vacuna, donde ninguno de ellos derivó en hospitalización. Además, lograron analizar que hay un aumento importante en la generación de anticuerpos y estos son eficaces para proteger del SARS-CoV-2.

Para finalizar, es importante aclarar que los más grandes científicos del día de hoy, han enfocado sus energías en la búsqueda de soluciones frente a esta pandemia, llegando a resultados inimaginables en poco tiempo. Esto no significa que los resultados sean de menor calidad, pues se han destinado muchos recursos para acelerar los procesos; pero más importante que la creación de una vacuna, es el autocuidado y la responsabilidad social.