Paradojas y brechas de empleo en La Araucanía

En el  ranking anual de desocupación 2015, La Araucanía,  ocupó el lugar 12 entre las 15 regiones del país, superando solo a las regiones de: Tarapacá, Coquimbo y Bío Bío.  El ranking  fue encabezado por la región de Los Lagos con un desempleo promedio anual de 3,1%; mientras que el lugar 15 lo ocupó la región del Bío Bío con una tasa de 7,5%.

El balance laboral 2015 de la región no es bueno, el lugar 12 no es nada oneroso para una región como La Araucanía que presenta desventajas  y rezagos en aspectos sociales y económicos en comparación al contexto nacional.  En este sentido, el empleo es un importante vehículo de movilidad social que ayuda a combatir la pobreza, de ahí la importancia de tener una economía local dinámica, con inversión y generación de empleo.  De hecho, en 2014, la desocupación regional promedio alcanzó un 6,1%;  y la región se ubicó en el lugar 8 entre las 15 regiones en el ranking anual de tasa de desocupación.

El año 2015 anotó en promedio 15,5 mil personas ocupadas menos en la región en relación a 2014.  Esto muestra la debilidad en la generación de empleo local en el último año.  Por su parte, la participación laboral (ocupados más desocupados, expresados como porcentaje de la población en edad de trabajar) en la región, también disminuyó en 2015 en relación al año anterior, cayó de 60,4% a 57,6%.    De los 15,5 mil empleos destruidos en un año, casi 12 mil correspondió a mujeres. En tanto la participación laboral de hombres y mujeres en la región en 2015 llegó al 70,2% y 45,5 % respectivamente.  Lo que evidencia las brechas de género presentes en La Araucanía.

Lo paradójico, sin embargo, es que La Araucanía en 2015 anotó un 4,8% de crecimiento anual del Inacer, es decir, creció más del doble que el promedio país que llego solo al 2,1%. Un escenario que plantea las dudas acerca de que la desocupación regional tendría fundamentos mucho más estructurales, y que el crecimiento económico no estaría siendo suficiente para combatir el desempleo.

En definitiva, a pesar de un buen crecimiento en 2015,  la región no tuvo un buen desempeño en materia laboral, situación que preocupa principalmente en las mujeres, las más afectadas.   No es el peor escenario, pero si un retroceso en relación a años anteriores.  Desde 2010 que la región venia mejorando sus indicadores de empleo, y 2015 rompe la tendencia.  Esperemos que solo sea un tema coyuntural y que se retome la buena senda del empleo en la región que tanto lo necesita.