Día Universal del Niño: Un día para reflexionar

Naciones Unidas celebra cada 20 de noviembre, el Día Internacional del Niño en honor a la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y a la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.

El objetivo del Día Universal del Niño es recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable y que  tienen derecho a: la vida, ser sujetos de protección especial,  no participar en una guerra o conflicto, no ser maltratados, salud,  educación, identidad cultural, identidad sexual o de género, entre otros.

Sin embargo, Unicef publicó el año 2018 que unos 250 millones de niños viven en zonas afectadas por guerras y conflictos armados y que 1 de cada 200 menores es refugiado, por lo que sufren de desnutrición, violencia y falta de  servicios básicos.

Aunque Chile también ratificó esta Convención, hace  30 años, aún falta por hacer.  Por ejemplo, un informe del Ministerio de Desarrollo Social, año 2019, dice que se observa una mayor incidencia de pobreza en niños de 0 a 3 años y de 4 a 17 años: entre los niños y niñas de 0 a 3 años el 15% se encuentran en situación de pobreza y un 4,3% en pobreza extrema.

Durante el año 2017, según el Ministerio del Trabajo más de 219 mil niños y adolescentes trabajan, una dura realidad si consideramos que casi 198 mil de ellos realizan trabajos peligrosos o de riesgo.

UNESCO publicó en 2019 un estudio en el cual 1 de cada 3 estudiantes de todo el mundo declaró ser víctima de acoso durante el mes anterior. En este mismo contexto, en Chile el año 2018 la primera Encuesta Nacional de Polivictimización de niños y niñas adolescentes dice que  1 niño(a) o adolescente polivíctima en promedio ha sufrido 14 victimizaciones a lo largo de su corta vida y a eso debe agregarse el  alto riesgo de desarrollar consecuencias negativas debido a que se encuentran precisamente en pleno desarrollo afectivo, cognitivo y social.

Por eso, es imprescindible un liderazgo político – social; la determinación de los gobiernos de innovar en mejoras de políticas públicas, además de estimular iniciativas, el compromiso de las entidades sociales y de las empresas, entre otros con el fin de proteger a nuestros conciudadanos más vulnerables, los niños.