Vacaciones de verano: ¿cómo entretener a nuestros hijos desde experiencias lúdicas de educación?

La época estival es un momento de encuentro familiar donde tienden a bajar las exigencias y responsabilidades derivadas del contexto educativo. Sin embargo, no debemos pensar que por eso se debe dejar de estimular las habilidades cognitivas de nuestros niños y niñas, al contrario, debemos buscar formas alternativas de seguir trabajando estas habilidades fuera del contexto educativo formal.

Ya lo dicen las investigaciones científicas de los últimos 30 años, que el período más importante para el desarrollo humano es el que comprende desde el nacimiento hasta los 8 años de edad. Y de acuerdo a lo que sostiene la Unicef “durante esos años, el desarrollo de las competencias cognitivas, el bienestar emocional, la competencia social y una buena salud física y mental forma una sólida base para el éxito incluso bien entrada la edad adulta. Aunque el aprendizaje tiene lugar durante toda la vida, en la primera infancia se produce con una rapidez que luego nunca se igualará”.

¿Cómo podemos integrar el juego o las experiencias lúdica dentro de nuestras rutinas familiares? 

Una actividad muy simple pero muy enriquecedora son las salidas y caminatas al aire libre. El entorno nos brinda una infinidad de estímulos que favorecen la interpretación de sensaciones a través de los sentidos.

El lenguaje oral se enriquece mediante la conversación y la descripción de la exploración. La convivencia y desarrollo de habilidades sociales se fortalece tanto con el grupo familiar, como con grupos de amigos cercanos y así muchas habilidades más. Por ejemplo, si luego de la salida, llegamos a casa y hacemos juegos de recordatorios o creación de historias con lo vivido, estaremos trabajando la memoria, la concentración, la temporalización y las habilidades discursivas.

Por otro lado, es muy importante involucrarlos en las actividades diarias de la rutina familiar, donde puedan participar desarrollando habilidades de pensamiento lógico; por ejemplo, resolver situaciones problemáticas que se dan en el día a día, entregar responsabilidades, realizar conteo de elementos, practicar medidas al realizar recetas de cocina, entre otras.

Para finalizar el día, es recomendable mantener conversaciones espontáneas y diversas entre todos los integrantes de la familia, para fortalecer los lazos de amor y con el fin de fortalecer también la capacidad verbal de nuestros niños y niñas. Al ir a dormir, siempre será muy recomendable la lectura de cuentos, pues es una actividad tranquilizadora luego del trajín del día y que además permite a nuestros niños y niñas activar la fantasía y creatividad tan importante a esa edad.

Es importante recordar, que este tipo de experiencias lúdicas compartidas entre padres/tutores e hijos/as, aparte de favorecer ciertas habilidades y competencias sociales y cognitivas en los niños y niñas, permiten fortalecer nuestros vínculos con ellos /as, creando recuerdos de sus momentos de infancia y cimentando las bases para el desarrollo socioemocional de la futura persona adulta.