Una educación basada en el respeto y empatía

El movimiento social que vivimos hoy en nuestro país, es el resultado de un descontento generalizado que ha estado subyacente por muchos años y en este despertar la comunidad se manifiesta en las calles por justicia y equidad, siendo estas proclamaciones legítimas en busca de un horizonte para un Chile con menos desigualdad.

Miles de personas marchan por las calles en forma pacífica expresando su malestar por un bien común, hay unos pocos que buscan la violencia y los destrozos para expresar su descontento o más bien se aprovechan de esta coyuntura para causar desmanes, situación que como corporación de educación superior rechazamos profundamente.

Por otra parte, la era digital se ha tomado este movimiento. Existen día a día miles de interacciones a través de los dispositivos tecnológicos, siendo las redes sociales el canal más habitual; ahora qué información trasmitimos, somos responsables en verificar la información que compartimos, cuál debe ser la entonación de nuestros comentarios.

Se nos ha olvidado las palabras respeto y empatía; palabras que cumplen una labor fundamental para contribuir al desarrollo de una sociedad donde todos podamos emitir una opinión sin sentir miedo ni tampoco ser bombardeado de insultos por pensar diferente.

Es aquí donde la educación cumple un gran papel, donde profesores, docentes y académicos deben velar por enseñar en sus aulas el pensamiento crítico, la capacidad de escuchar, la comprensión, el ponerse en el lugar de otro. Sin estás orientaciones a nuestros estudiantes nos volveremos una sociedad poco tolerante sin respeto por el otro y que no nos permitirá generar cambios positivos en nuestra vida y entorno.

Debemos aprovechar este momento y transformarlo en una gran oportunidad para reflexionar y dialogar junto a nuestros estudiantes, académicos y comunidad educativa respecto de este momento histórico que estamos viviendo y seamos capaces, como instituciones de educación superior, de ser actores activos en la construcción de un país más justo y fraterno.