En el Día Mundial sin Tabaco, sepa por qué hay que dejarlo

Si su producto matara 8 millones de personas al año, usted también buscaría una nueva generación de clientes. En un nuevo Día Mundial sin Tabaco, la Organización Mundial de la Salud enfoca su campaña en proteger a los jóvenes de la manipulación de la industria y evitar que consuman tabaco y nicotina. Hoy, estas empresas se están enfocando en los jóvenes, por lo que es necesario que ellos adquieran capacidad de acción y decisión, para evitar este hábito.

En nuestro país existe libertad de venta de sabores atractivos en tabaco, pipas de agua y cigarrillos electrónicos. Afortunadamente no tenemos promoción de productos, distribución de muestras gratuitas, anuncios y exhibición de productos de tabaco en películas, televisión o redes sociales con influenciadores, como sí existe en otros países. De igual forma, se requieren intervenciones normativas eficaces con las que se pueda reducir la demanda.

El tabaco, es un producto de origen vegetal, elaborado a partir de la planta nicotiniana tabacum, caracterizada por tener hojas con un alto contenido de nicotina. Su historia está descrita desde los años 1500, donde era considerada una planta medicinal de inhalación nasal. Pero es en 1920 cuando se publican los primeros estudios científicos sobre su peligrosa relación con la salud. Con posterioridad y hasta el día de hoy, hay una evidente asociación causal entre el consumo de tabaco y exposición a su humo, con el desarrollo de enfermedad y muerte.

¿Cómo afecta a nuestro organismo?

El tabaco mata en el mundo a más de ocho millones de personas por año, siete millones de esas muertes se deben a consumo directo y un millón al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores. Afortunadamente, nuestra ley protege gran parte de los espacios, pero vemos en algunos lugares espacios adaptados para el fumador, lo que no contribuye a que todos tengamos la oportunidad de respirar aire sin humo.

Fumar tabaco es un factor de riesgo de diversas enfermedades respiratorias, con mayor probabilidad de complicaciones. Hoy, en tiempos de COVID, también existe evidencia de que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves ante esta infección en comparación con los no fumadores. El consumo del tabaco es además considerado un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. También incide en otras complicaciones del embarazo, como bajo peso del recién nacido y aumento del riesgo de muerte súbita del lactante.

¿Qué contiene un cigarro, además de tabaco, que lo hace tan dañino?

Los cigarrillos o puros se elaboran de hojas secas del tabaco, a lo que se adicionan sustancias para dar sabor. El humo se transforma en una mezcla de químicos por la combustión del tabaco y estos aditivos. La nicotina – ingrediente principal – es el que produce la adicción, y a ella se suman ácido cianhídrico, formaldehído, plomo, arsénico, amoniaco, benceno, entre otros.

La Asociación Americana del Cáncer considera importante reconocer, que los materiales que se encuentran en las hojas del tabaco también provienen de la tierra y los fertilizantes que se han usado durante el crecimiento son residuales y altamente tóxicos. En algunos casos, se realiza un proceso de añejamiento, adquiriendo altas concentraciones de nitrógeno (nitratos y nitritos). En el caso del tabaco fermentado, el proceso permite mayor humedad y ayuda a disminuir el amonio, mejorando el sabor, la calidad, blandura y aroma, sin embargo, es el proceso donde se producen las sustancias cancerígenas más potentes, como las nitrosaminas.

Está descrito que ciertos aditivos tendrían efectos broncodilatadores para facilitar la inspiración del humo, saborizantes para hacerlos más atractivos (en especial a los jóvenes) y mentol como refrescante, reductor de la irritación y los hace más suaves (entre un 66% y 40% de los fumadores prefiere con mentol, siendo mayor en los menores de 18 años). También contienen ácido levulínico para un idéntico efecto del mentol, pero también es un apoyo a que la nicotina se adhiera a los receptores neuronales, facilitando la adicción.

Cigarros electrónicos o vapeadores contienen propilenglicol, con o sin glicerina, y algunos aromatizantes. Para los jóvenes este tipo de dispositivo puede ser el primer escalafón al tabaquismo.

¿Como es nuestro marco regulatorio del Tabaco?

La primera regulación data del año 1981, con Decreto 106 que incluía la advertencia: “El Tabaco es dañino para la salud”. En 1987 se modifica el mensaje: “El Tabaco puede producir Cáncer”. La Ley 19.419 en 1995 regula el consumo, la venta y la publicidad. El año 2003 se crea el Convenio marco para el Control del Tabaco – primer tratado internacional negociado bajo de la OMS – que reafirma el derecho de las personas al máximo nivel de salud posible e indica estrategias que los países deben implementar paulatinamente. Diez años más tarde se implementa la Ley 20.660 (Nueva Ley del Tabaco) que agrega ambientes libres de humo de tabaco. El año 2018, a través del Decreto 65, se regula la advertencia sanitaria para envases.

Existe una ley en trámite que busca medidas de reducción de la demanda relativas a la dependencia y al abandono del tabaco (qué hacemos con quienes desean dejar de fumar); la conformación de una Comisión del Control del Tabaco, aumentar gravamen tributario, ajustar medidas destinadas a proteger a los menores y regulación de la comercialización e internación al territorio nacional de productos. También se requiere implementar más reglas tendientes a alcanzar los estándares dispuestos por el Convenio Marco, dentro de estos están la prohibición en la exhibición de productos de Tabaco, uso de empaquetado genérico de productos y prohibición uso de aditivos.

Está comprobado que el humo ajeno mata, los consumidores necesitan ayuda para abandonar el tabaquismo, las advertencias de salud gráficas sí funcionan y la prohibición de la publicidad reduce su consumo.