Cuidar la maternidad: por una crianza protegida en postnatal

Llevar a cabo el periodo de postnatal es una parte fundamental para la salud y planificación familiar. Dentro de esta, se trabaja con los derechos a los descansos, a los subsidios y a los fueros que deben tener las  trabajadoras embarazadas, así como también los padres trabajadores. Así, la extensión del postnatal de emergencia, es una herramienta para que el Estado resguarde a las y los padres en este nuevo contexto de salubridad, sobretodo en el proceso de cuidar y proteger, ligado a los derechos de los recién nacidos.

Este nuevo beneficio de la crianza protegida presentado durante el 2021, permite el prolongamiento del postnatal de emergencia, asociado a una suspensión temporal del contrato de trabajo, recibiendo un subsidio estatal por incapacidad laboral a quienes trabajen y cuiden de un recién nacido durante 30, 60 e incluso 90 días de protección, dependiendo del estado de catástrofe que tengamos actualmente a nivel constitucional, extendiéndose como plazo límite hasta el 30 de septiembre de este año.

Una política con exitosos resultados, puesto que primero protege tanto a la madre como a su bebé del contagio por COVID19, y además asegura los beneficios maternos de una lactancia y cuidado frecuente del recién nacido. A su vez, ha demostrado ser un beneficio biopsicosocial, donde se privilegia el proceso de recuperación biológica durante el puerperio, ya que las adaptaciones del cuerpo requieren paciencia, tiempo y cuidados, permitiendo tener un óptimo progreso de adaptación.

Inclusive, el reciente avance en el Plan Paso a Paso del Ministerio de Salud, permitiría que puedan acceder a su red de apoyo, junto a su familia, seres queridos y amistades, potenciando la crianza protegida de recién nacidos que, de cierta forma resultan privilegiados, de poder pasar más tiempo con sus cuidadores, asegurando un inicio de vida con mayor atención a sus necesidades y tiempo para desarrollar apego.

En ese sentido, proteger la nueva crianza es un proceso que también está permitiendo un aumento positivo en la escala de natalidad de forma responsable, dada la protección de las personas y su planificación familiar. Puesto que entrega la oportunidad a quienes deseen engendrar, de tener un resguardo a nivel laboral y económico, entregando mejores condiciones de vida al mismo recién nacido en su asistencia.

Esta iniciativa que busca proteger la infancia, debiera tener la posibilidad de extenderse sin importar la condición sanitaria, estando a cargo de la Comisión de Mujer de la Cámara y personal profesional de la salud, ya que es un proceso bastante flexible y va en línea junto al código del trabajo y a los permisos médicos en su certificación. Considerar el plazo límite como el 30 de septiembre sería perjudicial para muchas familias que necesitan de una red de apoyo y contención, en conjunto al resguardo estatal económico que ciertamente, ha demostrado ser un verdadero avance para los derechos parentales y de recién nacidos.