¿Chile está preparado para incrementar el teletrabajo?

Uno de los mayores problemas que existieron posteriores al estallido social, fue el transporte y la seguridad de los trabajadores, por lo que muchas empresas consideraron que, por el resguardo de sus empleados y la salud mental por los prolongados tiempos de desplazamiento, era una opción usar el trabajo en casa, trabajo a distancia, teletrabajo o como muchos le llaman el “home office”.

En nuestro país se conjugan múltiples factores para hacer el home office sea una realidad, la tecnología y la hiper conectividad de estos tiempos -según la Subtel en términos de penetración de telefonía móvil, Chile posee 91,9 conexiones móviles por cada 100 habitantes a junio de 2018-, la disposición de sistemas en la nube, como el almacenamiento y la disponibilidad de servicios para realizar video conferencias (Zoom, Skype o Teams) permiten trabajar desde la comodidad de nuestro propio hogar.

¿Los beneficios?

Un empleador reduce los costos del uso propio de la oficina, elimina los accidentes de trayecto, puede también disminuir los tamaños de las oficinas que se utilizan o trasladarse a sectores que sean más económicos por metro cuadrado de terreno, se puede contratar al mejor profesional, indistintamente de en qué parte del país se encuentre. También se fomenta el BYOD (del inglés «trae tu propio dispositivo»), es decir, trabajar con el computador personal, tableta o teléfono móvil y conectarse a las redes corporativas con ellos (otro ahorro para las empresas en infraestructura), además con esta modalidad disminuyen mucho los factores externos que pueden impedir la realización del trabajo acordado.

Para los empleados también genera beneficios, ellos eliminan los tiempos muertos de trayecto. Según CASEN 2017 el tiempo medio de viaje en transporte público al lugar de trabajo depende de la comuna de origen, llegando al extremo de 120 minutos para comunas como Lo Espejo o La Pintana en las horas punta. El hecho de no salir de casa cuando existe mal clima es un beneficio que a cualquier persona la agrada o el usar pijama por todo el día. Incluso no es necesario estar en el hogar, se puede ir a un café o un espacio colaborativo para aquellas personas que no les gusta pasar todo el día en casa o necesitan salir de las cuatro paredes que los rodean para darse un respiro.

¿Qué dicen las cifras?

La única evidencia real de un estudio serio acerca del trabajo en casa (WFH por su sigla en inglés) es un experimento realizado en China y publicado por la Universidad de Standford, en el cual por nueve meses se realizó trabajo desde casa por un grupo de call center y el resultado fue un 13% más de productividad, de los cuales un 9% correspondía a menos tiempo desperdiciado y un 4% a responder más llamadas. Además de que los empleados estaban satisfechos con su trabajo.

Entonces, ¿por qué no?

Lamentablemente no todos los trabajos se pueden hacer a distancia (principalmente lo ligados a empresas productivas) y no todas las personas están preparadas para trabajar en forma de un home office, se requiere ser ordenado, disciplinado en lo que se realiza, asignar los tiempos y tener la capacidad de ser evaluado por objetivos y resultados (algo que llega a ser muy frustrante para algunas personas. En este tipo de empleo no basta con llegar a la hora o trabajar 10 horas al día, se debe cumplir con las metas de productividad que los empleadores fijan, no hay escusas ni justificaciones.

Sin embargo, la principal tranca en Chile para que aumente este formato laboral es la parte legislativa. Si bien hoy se cuenta con un proyecto de ley para introducir el contrato de trabajo a distancia como contrato especial en el Código del Trabajo, aun no hay una regulación para este tipo de trabajo, pero el día que se normalice, el Home Office beneficiará a los trabajadores con responsabilidades familiares, estudiantes, personas con discapacidad, adultos mayores o que tengan cualquier otra necesidad especial, además de la reducción de tiempos de traslado y mejoramiento de la calidad de vida.