El Presidente del  Consejo Nacional de Educación expuso sobre los alcances de la Reforma a la Educación Superior en una Conferencia organizada por la Dirección Académica de la Universidad Santo Tomás Talca.

El actual Presidente del Consejo Nacional de Educación y Ex Subsecretario de Educación hizo un análisis de los aspectos conocidos hasta hoy de la Reforma, principalmente respecto a la Educación Superior, planteando una serie de inquietudes respecto a cómo se materializará por ejemplo, la promesa de la gratuidad.

¿Cuál es su opinión sobre es el estado actual de la Reforma a la Educación superior?
“Todavía lo que hay es un boceto muy general con algunos titulares y algún detalle respecto de lo que se busca hacer que es bastante ambicioso e integral. Lo más noticioso podría ser la gratuidad, qué va a pasar con eso y cómo va a operar”

¿La gratuidad sería el foco de la reforma en estos momentos?
“Es probable por la urgencia porque como se hizo el compromiso de iniciar la gratuidad el año 2016, tendrán que legislar muy pronto y eso obliga a resolver cosas de diseño que son bastante complejas en lo inmediato. Hay que pensar que en la agenda de educación superior se incluyen reformas al marco regulatorio de la educación superior, a las políticas de acceso a la educación superior (los sistemas, PSU, etc), lo tercero es el aseguramiento de la calidad, y cuarto está el tema del financiamiento y ahí viene el cómo vas a asegurar la gratuidad”.

¿Es el financiamiento lo más complejo?
“Es que viene el cómo vas a asegurar la gratuidad. Supongamos que pudiera financiarse porque se supone que a futuro la gratuidad será un derecho de todos los estudiantes. En este sentido no da lo mismo un sistema completamente financiado con instituciones que son autónomas por ejemplo para determinar si pueden aumentar carreras o cupos en cada carrera, porque eso significaría más recursos. Cómo fijarán los aranceles. O sea la cantidad de complejidad ahí es enorme”.

¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la Reforma a la Educación Superior?
“Todavía conocemos poco de esta reforma, sólo tenemos estos titulares y algún detalle entonces para poder enjuiciar vamos a necesitar más de lo que hay. Es ambiciosa (la reforma) porque cubre el conjunto de problemáticas de la educación superior. Y posiblemente lo que va a debutar será la gratuidad que es una aspiración país, pero no es sencillo. Para poder anticipar fortalezas y debilidad tendríamos que conocer el proyecto en su totalidad y eso no lo tenemos hoy día. El tema del financiamiento más que ser una debilidad es la complejidad de armar un sistema justo y que opere, no sé si eso se logre y tendrá que ver con el texto mismo que se proponga y ahí se tendrá que evaluar”.

El tema de la desconfianza es un tema país. Se ha instalado esa idea y hay encuesta y estudios de opinión que muestran que ese es un problema nacional. El problema es que los países que se desarrollan requieren de confianza porque la confianza tiene que ver con que yo puedo hacer promesas y esas promesas se cumplen, no pongo en duda eso.

¿Esa ambición se puede calificar como fortaleza?
“Puede terminar convertida en debilidad en la medida que es irrealizable. Hay que considerar que en los últimos 25 años se ha podido hacer una reforma importante en educación superior y que es muy criticada que es la ley de aseguramiento de la calidad que creó el sistema de acreditación que salió muy trabado porque los intereses que están en juego son importantes y hubo mucha disputa al legislar sobre ello y en esta reforma quieren legislar sobre todo”.

Como experto en el tema ¿Cómo podría evaluar la confianza de la ciudadanía respecto a la reforma?
“El tema de la desconfianza es un tema país. Se ha instalado esa idea y hay encuesta y estudios de opinión que muestran que ese es un problema nacional. El problema es que los países que se desarrollan requieren de confianza porque la confianza tiene que ver con que yo puedo hacer promesas y esas promesas se cumplen, no pongo en duda eso. El verdadero desarrollo es cuando los compromisos que yo asumo los cumplo, cuando declaro lo que hago, cuando las cosas funcionan en respeto de los otros. Ahí es donde tenemos que hacer una profunda introspección los chilenos porque creo hay un problema con la confianza en las instituciones que vienen a la baja. Las personas tenemos que recuperar la confianza porque este clima de desconfianza genera un clima de queja más que de proactividad para resolver los problemas y eso a la larga te produce depresión”.

¿Cree ha existido un diálogo ciudadano que ha reforzado las propuesta políticas de la reforma?
“Esa es una buena pregunta porque yo puedo hablar de diálogos ciudadanos, pero pueden ser bien mentirosos también. Una cosa son los ritos y otra son las cosas de que verdad ocurren. Yo puedo hacer un rito y convoco a los ciudadanos a una jornada donde todos hablan y opinan, pero después yo sigo haciendo lo mismo que pensaba al principio. Pero el diálogo para que sea creíble requiere de un requisito que es que los interlocutores que entran a esa conversación perciban que el que tomó decisiones escuchó algo de lo que dijo”.

¿Cuáles son sus propuestas sobre la reforma para destrabar la incertidumbre en torno al tema?
“Probablemente se van a lograr varios de los propósitos, pero eso es lo primero que hay que clarificar, la agenda efectiva, qué es lo que vas a poder hacer de verdad. Porque probablemente por la forma en que se calibró esto no es factible. Estamos llegando al segundo año de gobierno y es un gobierno de cuatro. En algún momento el gobierno tiene que administrar, tiene que consolidar lo que se propuso. Si va a estar hasta el cuarto año haciendo transformaciones puede que venga otro y le cambie todo. Y eso es lo que debe quedar claro para el conjunto de actores que están en la toma de decisiones. La incertidumbre se desarma con certezas, por ejemplo quiénes tienen claro lo que puede pasar en los próximos años si todo se cumple de acuerdo a lo que se acordó son los colegios particulares subvencionados porque ya tienen la ley. Ahora lo que tienen que aclarar es cómo va a pasar, pero hay otros que están con la incertidumbre en el qué y esos son los que tienen más problemas como la educación superior”.
Por ahora sólo queda esperar que comiencen la discusión en el parlamento para conocer no sólo los detalles de este proyecto emblemático del Gobierno, sino también para saber el alcance que tendrá, quiénes serán los beneficiados y que pasará con el sistema que conocemos hasta hoy.