Regina Elton, académica de la Escuela de Psicología de Universidad Santo Tomás Viña del Mar, se refiere a este instrumento desarrollado por el Instituto Brazelton, el cual ella pretende difundir en nuestro país.

Si usted le habla a una guagua de dos meses, seguramente piensa que no le va a entender. Y de seguro también cree que si pone música fuerte o una luz muy intensa mientras la guagua trata de dormir, a ella no le va a molestar porque es muy chica. Bueno, de acuerdo al Newborn Behavioral Observations, NBO, instrumento desarrollado en el Instituto Brazelton de la Universidad de Harvard, usted está muy equivocado.

Regina Elton, académica de la Escuela de Psicología de Universidad Santo Tomás Viña del Mar, intenta ser lo más didáctica posible para explicar qué son el Newborn Behavioral Observations (NBO) y el Neonatal Behavionral Assessment Scale (NBAS). Y con esos ejemplos concretos lo logra. “Un ejercicio simple es decirle a los papás que se pongan detrás del bebé y lo llamen por su nombre. La guagua va a voltear la cabeza porque reacciona frente a los estímulos”, dice.

“La filosofía del instituto es ir descubriendo cómo es tu hijo y no imponer cómo quieres que sea tu hijo. Entonces, si le gusta dormir con la luz prendida, está bien; si le gusta que lo tomen en brazos, también. Lo básico es entender que las guaguas son seres humanos, iguales a nosotros, pero con menos recursos emocionales”, agrega.

A partir de ahí, se puede comprender que los bebés no son inmunes a los estímulos, mucho menos a los negativos. “Así como algunos adultos tienen el sueño sensible, a las guaguas también les pasa lo mismo. Entonces la creencia popular dice que los niños se acostumbran a dormir con ruido y no es así, ¡lo pasan pésimo!”.

Otro ejemplo de conductas incorrectas: pensar que los niños son “malcriados” porque quieren que los tomen en brazos. “Obvio que no les gusta estar acostados todo el día, necesitan ver el mundo de otra perspectiva. Si a uno mismo le incomoda estar mucho tiempo acostado cuando está enfermo, para ellos es igual. Lo que pasa es que esta sociedad además es muy adultocentrista. Piensa en los móviles que se ponen en las cunas ¿Qué ven las guaguas? El trasero de los monitos y las etiquetas, no las caras. Los móviles están hechos para que los vean los adultos”.

beneficios del NBO

Según cuenta, la aplicación del NBO tiene como principal beneficio un aumento en la sensibilidad parental. “Yo como papá logro visualizar cuáles son las necesidades que tiene mi hijo, logro verlo como una persona al ver que reacciona igual que un adulto”, explica, añadiendo que “al ver esto, los papás reaccionan de distinta manera. A veces dicen ‘yo ya sabía que mi hijo puede hacer eso’ o hay otros que quedan muy asombrados. Hay millones de reacciones, pero en general a todos los padres les gusta porque van descubriendo cosas de sus guaguas que no sabían y entienden que ellas son iguales a uno, pero más chiquititos”.

“La gracia de estos instrumentos es que los adultos entiendan que las guaguas también son personas, que no son cosas que se transforman en seres humanos recién cuando aprenden a hablar”, insiste.

En ese sentido, la académica explica que el NBO no es un instrumento de evaluación, sino de intervención. “De acá no sale un diagnóstico, sino que uno va descubriendo junto a los papás cómo reacciona la guagua. Uno le va mostrando a los papás cómo los niños van reaccionando al ambiente, por eso es importante aplicarlo dentro de los primeros dos meses de vida, ya que después se van habituando a ciertas cosas, como a dejar de llorar con un chupete, sus reacciones ya no son tan naturales”.

Latinoamericanas en encuentro del Instituto Brazelton

Regina Elton comenta que en Chile estos instrumentos (NBO y NBAS) son muy poco conocidos. De hecho, hace unos meses viajó al Instituto Brazelton, dependiente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, al “NBO and NBAS International Trainers Meeting”, encuentro en el que ella era la única latinoamericana de habla hispana. “Había unas pediatras brasileñas y el resto era un popurrí de nacionalidades, noruegos, chinos, australianos, sudafricanos, de todo”.

“Estuvimos con el doctor Thomas Berry Brazelton  y el doctor Kevin Nugent, quienes organizaron este encuentro porque quieren entregar el relevo a las generaciones nuevas para que esto no desaparezca cuando ellos no estén. Quieren que esos instrumentos sean manejados por especialistas de diferentes áreas de la salud, pediatras, psicólogos, porque la visión que entrega es muy amplia”, cuenta.

Su idea es poder certificarse como instructora de NBO, ya que en estos momentos está facultada para aplicarlo, pero no para enseñarlo.

“En Chile nadie está capacitado para hacerlo, entonces mi intención es que si en el futuro alguien quiere aprender este instrumento, se lo pueda enseñar yo sin que esa persona tenga que ir a Harvard”.

Sin embargo, para lograrlo debe certificarse también en NBAS, que sí es un instrumento de evaluación, proceso que ya inició y que espera terminar en los próximos meses.

NBO y difusión en Chile

En el mencionado encuentro, la docente de Santo Tomás Viña del Mar tuvo que exponer sobre su experiencia en NBO y sus planes para expandir su utilización en Chile. En ese sentido, asegura que ve mucho potencial, ya que los instrumentos que se utilizan en nuestro país no son adecuados.

Acá en el sistema Chile Crece Contigo se usa una escala que se llama Massie Campbell, se aplica en todos los consultorios, pero pésimo. Pasa que por un tema de recursos no todos los que la aplican pueden ir a las capacitaciones, entonces la información se va distorsionando. Al final resulta que según esta escala en Chile tenemos una tasa altísima de apego seguro, que casi rompe los récords mundiales. Y no, eso es falso”.

Y si bien se manifiesta optimista porque la primera infancia es un tema que se ha puesto de moda en nuestra sociedad, reclama que “se ha distorsionado mucho”. “Para mí es terrible escuchar a colegas diciendo que es bueno aplicar ’mano dura’ y meter a los niños a una ducha fría para que aprendan. Ni siquiera es que yo no comparta esa visión, es que simplemente quien promueve eso no ha leído nada. Si alguien viene y me dice que someter a los niños a esos niveles de estrés es positivo, le pediría por favor que me muestre un estudio que lo respalde. No hay nada, todas las investigaciones apuntan a lo contrario”.