Académicas de Derecho y Psicología de UST Viña del Mar exponen en conversatorio sobre la Ley de Identidad de Género

  • Constanza Mondaca y Regina Elton analizaron la ley 21.120 a un año de su entrada en vigencia. Ambas destacan que ha sido un aporte y que su sola existencia permite seguir avanzando en el debate sobre la temática.

Constanza Mondaca y Regina Elton, académicas de las carreras de Derecho y Psicología, respectivamente, de Universidad Santo Tomás sede Viña del Mar, participaron como expositoras en el conversatorio interdisciplinario “Reflexiones en torno a la ley 21.120 sobre identidad de género a un año de su vigencia” organizado por Constanza Astudillo, jefa de la carrera de Derecho en UST Antofagasta.

La presentación de la jefa de carrera de la jornada diurna de Derecho se centró en las definiciones de derecho a la identidad y derecho a la identidad de género. “Toda persona es titular de ambos derechos cualquiera sea su sexo condición, raza, etnia, y por supuesto, edad”, dice, especificando que la Corte Interamericana de Derechos Humanos establece que “los niños son titulares de los mismos derechos que los adultos, entre ellos la identidad de género”.

La diferencia entre mayores y menores de edad

¿Por qué hace referencia a esto? Porque la ley 21.120 establece diferencias en los procedimientos de rectificación de nombre y sexo registral: hay uno para los mayores de 18 años y otro para los mayores de 14 y menores de 18. “El primero es un procedimiento administrativo, muy simple, mientras que el segundo es de carácter judicial. Además, la ley deja fuera a los menores de 14 años. La pregunta es qué parámetro se usó para establecer el corte a esa edad”, cuestiona Constanza Mondaca.

Otro punto que se ha criticado es que, si un adolescente entre 14 y 18 años quiere solicitar la rectificación de su nombre y sexo registral, la solicitud debe ser presentada por uno de sus representantes legales. “¿Qué pasa si el adolescente no cuenta con el apoyo de sus representantes legales, algo que ocurre muchas veces? Es complejo porque estamos hablando de un derecho de carácter personalísimo y además porque los adolescentes tienen cada vez más autonomía para hacer valer sus derechos”, insiste la académica.

Constanza Mondaca concluye que “la Corte Interamericana y muchos instrumentos internacionales reconocen el derecho a la identidad de género y ninguno hace distinción entre menores y mayores de edad. Hay normas que obligan a los Estados a establecer y reconocer el derecho a la identidad de género a todos los seres humanos y en Chile, además, a nivel de Derecho Interno existen normas que entregan autonomía a los menores de edad, entonces la ley es un poco contradictoria en ese sentido”.

Apoyo frente a necesidades emocionales

Por su parte, Regina Elton se refirió a la necesidad de establecer un “lenguaje común” al momento de hablar de identidad de género, a la necesidad de educar respecto al tema más allá de las “orientaciones técnicas” y, por sobre todo, recalcó que todos los niños, niñas y adolescentes requieren apoyo de su entorno frente a sus necesidades emocionales, ya sea que estén transitando un proceso de cambio de género o no.

“Yo quise recalcar la normalidad del hecho, que todos los niños, niñas y adolescentes requieren de nuestro apoyo como sociedad frente a sus necesidades emocionales. Todos los estudios internacionales apuntan a que no es mayor la diferencia entre lo que necesita quien está en proceso de cambio de género y lo que necesita cualquier adolescente o niño, es decir, el factor protector de su familia, círculo cercano, amigos, colegio. Obviamente a nivel individual hay procesos terapéuticos que se desarrollan como en cualquier acompañamiento especializado, pero yo quise apuntar a que no hay que hacer una gran diferenciación, finalmente son niños y adolescentes que necesitan el apoyo y respeto de la sociedad”, explica.

Por lo mismo, dice que, desde el punto de vista psicológico, el “corte” que establece la ley a los 14 años de edad no es tan relevante porque “el tema es que, si la ley deja afuera a los menores de 14 años, eso no significa que ellos psicológicamente no puedan recibir apoyo. Si no está ese apoyo y ese acompañamiento de un psicólogo especialista en el área, después van a venir las secuelas emocionales”.

Finalmente, insiste en que “es muy importante que todos hablemos el mismo idioma. No sacamos nada con hacer seminarios y charlas, si no educamos. Existen muchos protocolos, leyes, orientaciones técnicas y políticas de no discriminación, pero esa información debe circular de forma constante. Hay que hablar del tema, esto ya no es tabú”.

“La ley 21.120 es un avance”

A pesar de las observaciones, ambas académicas coinciden en que la sola existencia de esta ley es un gran aporte para la sociedad chilena. “No hay que desconocer que hubo un avance en materia de identidad de género, donde antes había un vacío importante. En el fondo, esta regulación permite cuestionar, permite dudar. Es un reflejo de nuestra sociedad, si bien estamos atrasados en relación a otros países, también es cierto que otros países tienen leyes más conservadoras”, dice la académica de Derecho.

Regina Elton complementa señalando que “si existe la ley ya es un paso adelante porque significa que el tema está instalado, se puede hablar de él. Quizás hace 10 años era impensado hacer un conversatorio. Hay mucha gente que ya está entendiendo de qué se trata esto, quizás no todos, pero prefiero ver el vaso medio lleno. Si estamos cuestionando, es porque al menos existe una ley. Creo que se puede pelear, hay que criticar, pero siempre avanzando en el proceso”.