“La medalla de plata en la final nacional fue apenas el primer escalón. Ahora tengo que seguir subiendo”

Camila Barría, estudiante de Nutrición y Dietética de UST Viña del Mar, se refiere al segundo lugar logrado en el taekwondo de las Ligas Deportivas de la Educación Superior.

“Camila podría llegar a una eventual final”. El optimismo mesurado que el entrenador Carlos Liebig manifestaba semanas antes de las finales nacionales de las Ligas Deportivas de la Educación Superior (LDES) se vio refrendado con el resultado conseguido por Camila Barría en la competencia de taekwondo. La alumna de Santo Tomás Viña del Mar obtuvo la medalla de plata al perder ajustadamente la final frente a una representante de Santiago.

Después de ser la única deportista de la sede Viña del Mar clasificada a las finales, la estudiante de Nutrición y Dietética apostaba por una medalla. “Tenía que estar sí o sí en el podio, por tantos años de sacrificio, tantos entrenamientos… Si perdía hubiese sido mucha la frustración, además que el torneo era por eliminación directa, con una derrota quedabas afuera y eso habría sido demasiada decepción”, comenta.

En todo caso, obtener este resultado no fue sencillo. De hecho, en los dos combates previos a la final tuvo que remontar el marcador en los segundos finales del último round. Carlos Liebig recuerda que “iba perdiendo por cinco o seis puntos y logró dar vuelta los combates y eso no es fácil. Por eso valoro más la parte actitudinal… las medallas vienen y van, pero la actitud es la esencia del deporte”. Camila concuerda con su entrenador: “lo mejor fue que nunca me rendí, nunca me entregué. Yo también valoro más la actitud, uno aprende de eso más que de una medalla”.

Y así como los primeros combates fueron complicados, la final mantuvo la tónica. En el tercer round estaba dos puntos abajo a cinco segundos del final, empató y forzó un cuarto round, que se definió por punto de oro a favor de su contrincante. “Es casi azar. Puede pasar que las dos personas metan el golpe al mismo tiempo, pero por milésimas de segundo un sensor marca antes que el otro. O puedes ganar incluso con un golpe mal ejecutado”, explica.

Las conclusiones de la medalla de plata

Pasados los días tras la competencia, la alumna de Nutrición y Dietética reconoce que el enojo por la derrota le duró poco, aunque al revisar los videos de los combates quedó con la sensación de que podría haberlo hecho mejor. “Fueron errores míos porque estoy acostumbrada a un tipo de pelea, a entrenar con las mismas personas, entonces eso afecta porque ya vas conociendo sus debilidades, su estilo de combate. Al enfrentar a rivales nuevos tienes que descifrar su estilo, ir cambiando la estrategia segundo a segundo”, señala.

Liebig concuerda con el análisis de su dirigida, aunque advierte que la falta de competencia es un mal común en el taekwondo universitario: “hay muy pocos torneos que sirvan de entrenamiento para esta liga, que es donde todos se juegan sus cartas”.

Más allá del resultado, otra conclusión positiva para Camila es que comprobó que tiene el nivel para pelear los primeros lugares. “Ella sabe que estuvo ahí, que la medalla de oro se puede lograr. Ahora estuvo a solo un punto, pero hay que seguir entrenando y ver dónde podemos competir un poco más”, sostiene el exnúmero siete del ranking mundial de taekwondo.

“El próximo año tengo que volver a las finales nacionales. Me queda un año aún para seguir representando a la universidad porque si bien estoy egresada, ahora estoy haciendo la tesis”, sostiene Camila, para quien la medalla de plata representa un paso más dentro de su desarrollo deportivo: “no siento que con este resultado haya cerrado un ciclo, para nada. Esta era mi primera competencia fuerte y cumplí una meta, pero es solo la primera meta. Esto fue apenas un escalón y hay que seguir subiendo”.

Si tengo que definir este resultado en una palabra, es satisfacción. Porque no todos hacen lo que yo hice, no a todos les gusta agarrase a patadas y no todo se atreven a ir a competencias. Algunos practican por gusto, pero jamás irían a un torneo. Probarse a nivel nacional es otra cosa”, asegura.

Por último, Carlos Liebig sostiene que, a nivel grupal, el objetivo para el próximo año es lograr clasificar a más alumnos a la final nacional LDES (“hubo varios que ahora estuvieron cerca de conseguirlo”). Además, espera que el resultado obtenido por Camila Barría incentive la práctica del taekwondo en Santo Tomás Viña del Mar. “Tenemos un buen grupo, pero si se integra más gente, mucho mejor. Estamos conformes con el apoyo que nos da la Dirección de Asuntos Estudiantiles, pero siempre se puede mejorar. Y si es por pedir algo, sumar un día más de entrenamiento sería ideal”, sentencia.