Patricia Ladino, alumna Sello 2018 de Talca: “Con haber llegado a la selección del premio me sentía pagada, pero Dios quiso algo más grande y bienvenido sea”

Patricia Ladino es alumna de tercer año de la carrera de Servicio Social del Instituto Profesional Santo Tomás Talca, merecedora de este importante reconocimiento por su esfuerzo y calidad humana.

Ser merecedor del Premio Sello Santo Tomás no solo implica una ayuda económica para los estudiantes merecedores del reconocimiento, sino también una relevante inyección motivacional para jóvenes que realizan un esfuerzo extra para cumplir con sus obligaciones académicas sin dejar de lado su calidad humana que se traduce en un aporte permanente para quienes los rodean dentro y fuera de las paredes de su casa de estudios.

Cumpliendo con todos estos requisitos es que Patricia Ladino Sanzana, alumna de la carrera de Servicio Social del Instituto Profesional Santo Tomás Talca, fue una de las tres beneficiadas con el Premio Sello Santo Tomás 2018.

A sus 28 años, Patricia cursa el tercer año de su carrera y vive en la ciudad de Talca junto a su marido y sus dos hijos de 9 y 3 años con quienes se trasladó desde Talcahuano por motivos familiares. Alumna de excelencia, delegada de su curso, se caracteriza por estar siempre disponible para ayudar a sus compañeros y aunque el tiempo no es lo que más abunda, también deja un espacio para cumplir con labores de voluntariado.

Alumna Sello Santo Tomás 2018

¿Qué significado tiene haber sido elegida como alumna sello?

“Más que un premio es como un reconocimiento al esfuerzo, al sacrificio y una oportunidad para mí para seguir estudiando, ya que económicamente a todos se nos dificulta un poco. Es en cierta forma un premio por todos los sacrificios”.

¿Cómo fue el proceso de postulación a este premio?

“Mi jefe de carrera me postuló y un día me llamaron para avisarme que estaba postulando y al llegar a la entrevista uno se da cuenta que son varios los que están a veces en la misma situación que uno. No sé qué habré hecho para que las personas que estaban eligiendo hayan visto algo distinto en mí, pero creo que más que nada fue por el sacrificio de ser mamá y estudiar además de trabajar es bien complicado. Saber equilibrar los horarios y que también te vaya bien en tus clases no es fácil. Fue un proceso bonito y ya con haber llegado a la selección del premio me sentía pagada con eso pero Dios quiso algo más grande y bienvenido sea”.

¿Qué opinó tu familia de todo esto?

“Mis hijos felices, yo le había contado a la mayor que tiene 9 años y esto es una motivación para ella porque siempre le digo que todas las cosas se consiguen con esfuerzo. Ella veía que yo trasnochaba porque era mi único horario para estudiar, al otro día temprano los iba a dejar al colegio y todo lo que conlleva ser mamá. Por eso le decía que esto era un reconocimiento al sacrificio y la buena voluntad que yo he tenido porque a veces me tenía que quedar fuera de horario de clases para las reuniones de delegados, ayudar a compañeros”.

¿Qué fue lo que te motivó a estudiar?

“Mi mamá tenía una enfermedad que la mantenía postrada y la asistente social siempre iba a la casa. El trabajo que ellos hacen es notable porque es muy humano. De ahí nació mi interés y obviamente el deseo de estudiar y crecer como persona. Siento que en esta carrera uno trabaja con público la mayor parte del tiempo y eso me gusta. Me di cuenta que necesitaba estudiar esto porque era lo único que llenaba mi corazón”.