Las historias de los tres titulados de Viña del Mar que recibieron el “Premio Santo Tomás”

Juan Antonio Rojas (Centro de Formación Técnica), Paulina Vargas (Instituto Profesional) y Miguel Ángel Riquelme (Universidad) fueron premiados por su compromiso con los valores e ideales de la institución.

Aunque la alegría era desbordante en medio de las ceremonias de titulación de Santo Tomás Viña del Mar, había tres egresados que tenían un motivo adicional para estar felices: Juan Antonio Rojas, Paulina Vargas y Miguel Ángel Riquelme recibieron el “Premio Santo Tomás”, que se otorga a los titulados que en su paso por la Educación Superior hayan representado fielmente los valores institucionales.

Pertenecientes a distintas carreras, los tres se reconocieron emocionados y sorprendidos con la distinción que recibieron de manos del rector José Weinborn del Villar, aunque asumieron que las virtudes demostradas lo largo de sus carreras habían sido precisamente destacar por el compañerismo, liderazgo y compromiso.

Juan Antonio Rojas: un hombre rodeado de mujeres

Juan Antonio Rojas, titulado de Técnico en Educación Especial, recibió el “Premio Santo Tomás” correspondiente al Centro de Formación Técnica. Al designarlo se consideraron varios atributos, como su responsabilidad y buena disposición, a los que él agrega otra característica que lo distinguía: era el único hombre en la carrera.

“Al principio fue frustrante, pero a la larga me sirvió para hacerme conocido y terminé transformándome en un apoyo para mis compañeras. Partió como algo complejo, pero al final se convirtió en algo positivo”, señala, agregando que la presencia de varones es muy necesaria en su ámbito laboral: “uno es la figura masculina dentro de la sala. Los niños se están recién formando, entonces sirve tener hombres dentro de la sala porque te ven como una figura de apoyo y protección. Mis compañeras de trabajo también me dicen que se sienten más seguras al tener un hombre que las acompañe”.

Respecto al mejor recuerdo que guarda de su paso por Santo Tomás, no duda en decir que “poder entablar conversaciones y sentirte apoyado por tus profesores es algo súper importante. No en todas las casas de estudios se da esa posibilidad y acá yo logré generar instancias y redes de apoyo. Siempre me sentí apoyado en el ámbito académico y personal”.

Paulina Vargas: partir de cero una vez más

Por el Instituto Profesional, el premio recayó en Paulina Vargas, titulada de Técnico en Diseño Gráfico. Cuenta que a medida que nombraban sus atributos se dio cuenta que ella era la elegida: “nombraron el festival FEDAXV, pero varios compañeros habían enviado videos, así que todavía no estaba segura que era yo. Después mencionaron la participación en ‘Las seis caras del Rubik’ y ahí no me quedaron dudas. No lo podía creer”.

Paulina señala que el destino puso a prueba su voluntad de manera trágica mientras estudiaba en Santo Tomás. “A mí se me quemó la casa en el incendio de Valparaíso el año 2014. Creí que iba a ser difícil retomar los estudios, de hecho, pensé en hacer una pausa, pero todos me decían que no, que yo podía. Gracias al apoyo de mi curso, de los profesores y todos, pude volver”, asegura.

Claro que el regreso implicó varios problemas. “Reprobé un ramo, algo que no me había pasado antes, y tuve que sacar solo la carrera técnica aunque mis planes eran estudiar más años. Nos cambiamos de casa y eso implicó poner a mi hija menor en un colegio donde no la podían tener tantas horas, entonces yo no podía ir a clases por quedarme con ella. A pesar de todo salí adelante y por eso quise venir a la titulación con mi familia, porque ellos me ayudaron en todo el proceso”, dice.

Miguel Ángel Riquelme: la importancia de la amistad

Finalmente, en la Universidad se premió a Miguel Ángel Riquelme, titulado de Kinesiología, quien destacó no solo por su carácter, sino también como seleccionado de atletismo en diferentes competencias deportivas de Educación Superior. “Es reconfortante saber que tu universidad te considera y premia el esfuerzo constante que pones en el nivel académico y en otras actividades paralelas”, indica.

“¿Lo mejor de estos años? Quedan las amistades que se forjan a lo largo de la carrera. Yo creo que eso es lo más importante de la etapa universitaria. Y lo más difícil fueron los dos primeros años porque ahí uno va tanteando el terreno, viviendo el proceso de pasar del colegio a la universidad. Hartas veces me dieron ganas de mandar todo a la punta del cerro, pero por eso mismo recalco la importancia de las amistades y el apoyo de la familia”, sostiene.

Por último, Miguel Ángel asevera que participar de la selección de atletismo también fue una grata experiencia: “no nos podemos comparar con las universidades más grandes, pero igual logramos destacar y conseguir algunos resultados importantes”.