Voluntaria en la visita del Papa Francisco a Chile

Johanka Véliz, voluntaria en visita de Papa Francisco: “La vocación al servicio es lo que impulsa a una persona ponerse en el lugar del otro”

La joven ovallina es coordinadora de los voluntarios de la Arquidiócesis de La Serena a quienes les tocó cumplir con la tarea de resguardar el traslado y  desplazamiento del Pontífice.

“Cuando tengamos hijos, nietos, les vamos a contar que fuimos parte de este hecho histórico, que nos visite un Santo Padre después de 30 años.” Estas son las palabras llenas de emoción  de Johanka Véliz, joven ovallina, feligresa de la Parroquia San Vicente Ferrer,  quien forma parte de los 15 mil voluntarios que se encuentran al servicio de los peregrinos católicos en las distintas actividades programadas durante la visita del Papa Francisco a Chile.

Después de casi 31 años nuestro país recibe nuevamente el viaje apostólico de un Santo Padre, luego de que en el año 1987 nos visitará el Papa Juan Pablo II, un hecho que quedará no sólo en los anales de la comunidad católica sino que en los de nuestro país.

Por ello, Johanka Véliz quiso estar presente y de forma activa en este importante episodio de la historia de la iglesia chilena, sobre todo en un momento en el que asegura que para el mundo laico “es extraño cuando nosotros como jóvenes católicos expresamos nuestra fe a viva voz, para el resto es raro, pero cuando los demás están en la misma sintonía tuya, y vienen a hacer lo mismo que tú, se forma una energía, es algo maravilloso”.

El trabajo de los voluntarios durante visita del Papa Francisco a Chile

voluntarios-arquidiocesis-la-serenaLa joven, que además es estudiante de Técnico en Trabajo Social en el Instituto Santo Tomás de Ovalle, nos comentó que desde el momento que supieron que venía el Papa Francisco a nuestro país, todas las arquidiócesis se organizaron para formar un grupo de voluntarios que estén al servicio de la comunidad, del peregrino y de todas las personas que asisten a las actividades masivas que congrega el Santo Padre.

Johanka asegura que ser voluntaria “es una responsabilidad bastante grande, en un comienzo estaba bastante nerviosa y no le tomaba el peso a lo que esto significaba, pero ahora puedo decir desde el corazón, desde el alma, que esto es algo maravilloso, vamos a ser marcados para toda la vida… Estamos con el corazón repleto porque estamos aquí como dijo Jesús en la última cena, estamos para servir y no ser servidos”.

A los 17 voluntarios de la Arquidiócesis de La Serena, tres de ellos ovallinos, les tocó la función de traslado y desplazamiento, que consiste en proteger el recorrido del papamóvil, ubicándose delante de las vallas papales para resguardar la seguridad de los peregrinos y del Pontífice y así evitar cualquier tipo de accidente.

Una ubicación privilegiada que les permitió ver un poco más de cerca al Santo Padre. “No sabíamos si íbamos a ver al Papa, porque no sabíamos la función, pero si no lo veíamos la satisfacción iba a ser la misma, porque la experiencia es la que vale, ver esa emoción en la gente, cuando te pregunta ‘¿cuándo llega el Papa?, ¿dónde va a estar?, esa inquietud y esa emoción en sus ojos es lo que te marca para toda la vida”, afirmó la joven ovallina.

Estudiante de Trabajo Social de Santo Tomás fue coordinadora de voluntarios durante visita del Papa Francisco

Al preguntarle cómo la marcará esta experiencia, Johanka Véliz dice que se siente orgullosa de ser coordinadora de los voluntarios de su arquidiócesis, pero sobre todo destaca la importancia de estar al servicio de los demás, no sólo como católica, sino que también como futura profesional.

“Soy estudiante de Técnico en Trabajo Social y creo que eso es lo mío, no me cabe duda. La vocación al servicio es lo que impulsa a una persona a ponerse en el lugar del otro”.

Sobre todo, porque comenta que durante las homilías y capacitaciones les advirtieron que el intenso trabajo que realizarían como voluntarios, en algún momento podría hacerles perder la paciencia y sentirse agotados frente a la inquietud de los peregrinos.  “Pero nunca hay que olvidarse que en esa persona está Jesucristo, la clave es comprenderla, ponerse en su lugar y ayudar”.

Condiciones que está segura son indispensables en el desarrollo de su profesión. “Los trabajadores sociales estamos llamados a trabajar para un bien para la sociedad, que podamos solucionarle los problemas a la persona que acude a nosotros y que se sientan acogidos, seguros, acompañados, y esa función es similar a la que realiza un voluntario en la visita papal, si hay una persona al lado contenerla. Esto me marca en mi ámbito profesional porque me motiva aún más al servicio, al servicio público que es lo más maravilloso donde se ven todo tipo de realidades”, concluyó la joven estudiante.