¡Feliz Día Mamá!

Carolina Jorquera alumna de Prevención de Riesgos: “Si la vida te da pruebas es porque tú las puedes superar”

Mamá, hija, hermana, bombera, corralera y estudiante vespertina del Centro de Formación Técnica Santo Tomás Talca ha debido sortear múltiples obstáculos para alcanzar sus metas, pero nada la detiene y continúa luchando por convertirse en una profesional.

Que en esta vida nada es fácil o que se valora más lo que nos cuesta, son frases grabadas a fuego en la vida de Carolina Jorquera de 27 años, alumna de segundo año de la carrera de Prevención de Riesgos del Centro de Formación Técnica Santo Tomás Talca.

Y es que esta joven oriunda del sector rural de Mariposas en la comuna de San Clemente, cada día entrega una muestra de esfuerzo, sacrificio y dedicación por alcanzar sus metas que no son tan distintas que las de cualquier otro joven: dar un buen futuro a su hijo de 7 años, convertirse en una profesional y ser un aporte para la sociedad.

Tanto así que durante más de un mes debió acudir a clases en jornada vespertina con su hijo, porque no tenía con quién dejarlo. Experiencia que le duele recordar, pero que la enorgullece porque un niño tan pequeño a su manera la apoyó hasta el final manteniendo silencio en clases y sin quejarse ni por un minuto por las largas jornadas que en ocasiones se extendían hasta cerca de la media noche.

¿Nos puedes contar un poco sobre tu familia?

“Vivo en el sector de Mariposas en San Clemente con mi papá, mi hermana de 26 años, mi hermano de 14, mi hijo de 7 y mi sobrino de 5 años. Mi mamá no vive con nosotros, ellos se separaron el año pasado y nos quedamos en la casa con mi papá”.

¿Qué te motivó a ingresar a estudiar a Santo Tomás?

“A mí siempre me decían que tenía que estudiar, pero antes de ser mamá no tenía mayor interés. Después empecé a madurar y mi forma de pensar empezó a ser distinta, así que dije que debía hacer algo porque no me podía quedar como estaba. Tenía que tratar de superarme tal vez no por mí, pero sí por mi hijo para que él viera una mamá más luchadora. Eso me motivó y vinimos los dos a matricularme”.

¿A qué te dedicas durante el día antes de entrar a clases?

“Soy asistente de educación y trabajo en una escuela diferencial con puros niños con capacidades diferentes. Es un trabajo súper hermoso. Antes de entrar a estudiar salía del trabajo y me iba a mi casa a estar con mi hijo, hice un curso de grúa horquilla y por ahí me fui motivando porque también era de noche y pensé que si era capaz de eso podía aspirar a mucho más”.

Vives en un sector rural, trabajas en San Clemente y estudias de noche en Talca. ¿Son muy agotadoras tus jornadas?

“La verdad es que corro todo el día. En la mañana voy a dejar a mi hijo al colegio porque es el único momento del día que tengo para verlo, después en la tarde no lo puedo ir a buscar. Me voy al trabajo hasta las 16:30 y vuelo a mi casa a hacer un poco de aseo y me vengo al CFT a clases”.

Camino cuesta arriba

¿Cómo ha sido la experiencia de estudiar?

“Súper complicado. El año pasado tuve una experiencia que para mí fue decirme que me debía superar sí o sí. No tenía quien me cuidara a mi hijo y estuve un mes viniendo a clases con él todos los días. Ahí pensé que no iba a poder seguir, que me tendría que retirar. Tenía tanta rabia porque decía por qué si yo tengo las ganas de estudiar, pero no tenía quién me lo cuidara”.

¿Qué decían tus profesores de esta situación con tu hijo en clases?

“Nunca me pusieron ningún problema, siempre me apoyaron e incluso le hacían tareas para mantenerlo ocupado mientras estábamos en clases. Y él se portaba como un grande, siempre tranquilito y si quería ir al baño me lo decía despacito sin molestar a nadie. Estábamos hasta tarde y fue un sacrificio para los dos. En ese momento me cuestioné mucho si seguir o no, pero gracias a Dios pude encontrar una solución y conseguí quien me lo cuidara, pero fue muy difícil”.

¿Qué fue lo fundamental de este período tan complejo?

“Que mi hijo me apoyó siempre. Nos coordinábamos súper bien porque siempre hemos tenido una muy buena relación. Lo iba a buscar al colegio, le daba de comer y él solito subía a la camioneta y sabía que tenía que aprovechar ese tiempo para dormir. Mientras él dormía en el trayecto yo lloraba de impotencia porque decía: pensar que hay gente que se le da todo y no aprovechan las oportunidades y yo que tenía todas las ganas no entendía por qué era tan difícil, por qué me tenía que costar tanto”.

Mamá a toda prueba

¿Haces muchas otras cosas aparte de estudiar y ser mamá?

“Sí, soy bombera y me encantan los rodeos así que también practico eso con mi papá. Me gustan las motos. Tengo todos mis tiempos súper ocupados, pero me hago espacio para todo. Se me ha hecho complicado, pero digo siempre si ya estoy aquí voy a seguir hasta el final aunque me cueste sacar la carrera voy a seguir igual”.

¿Todos estos obstáculos han sido una motivación para seguir luchando?

“Sí, de hecho también tuve el apoyo de mis compañeros que me insistían en que no debía rendirme. Ahora tengo el apoyo de la abuela de mi hijo que lo cuida mientras vengo a clases, pero la verdad es que en un momento me vi muy sobrepasada, pero ahí es cuando uno dice si la vida te da pruebas es porque tú las puedes superar. Y aquí estoy”.

¿Es muy agotador ser mamá a veces?

“La verdad es que para mí Agustín es un regalo de Dios, él me apoya cien por ciento. Si yo ando a caballo, él anda a caballo conmigo, si ando en moto él también. Todo lo que yo hago él lo hace. Un día me dijo algo que me quedó grabado, dijo ‘Yo quiero ser como tú mamá’ y cuando le pregunté por qué me dijo que él quería trabajar, estudiar y ser bombero. Entonces tal vez es poquito el tiempo que lo veo, pero sentir que me admira no tiene precio”.

Sin duda Carolina Jorquera tendrá una especial celebración del Día de la Mamá, obteniendo de todo el amor que le entrega su hijo, las energías necesarias para seguir adelante, sin rendirse y poniendo todo su esfuerzo por convertirse en la mejor Prevencionista de Riesgos, porque es lo único que le falta, ya que el título de súper mamá lo tiene ganado hace mucho tiempo.