Alumno Técnico en Enfermería Gineco-Obstétrica y Neonatal

Alumno TEGYN: Esta carrera no es sólo para mujeres

En el colegio estudió técnico de nivel medio en mecánica automotriz; al egresar postuló a la Escuela de Oficiales de Carabineros y finalmente entró a estudiar Técnico en Enfermería Gineco-Obstétrica y Neonatal en Santo Tomás Puente Alto. Diego González es el único hombre de su carrera, actualmente es delegado de curso y a seis meses de su ingreso al CFT, dice haber tomado la decisión correcta.

¿De qué colegio egresaste?

Salí del Colegio Industrial Las Nieves, de la Protectora de la Infancia y ahí estudié mecánica automotriz. Las otras opciones eran telecomunicaciones y electrónica pero me quedé en mecánica porque era a lo que le veía más futuro; aunque finalmente no ejercí y ni siquiera hice la práctica.

Estudié dos años algo que no me gustó… en el colegio se notaba, era el único que trabajaba con guantes; mientras el resto estaban metidos en el auto y cochinos yo me di cuenta de que no era lo mío.

¿Cuáles eran tus planes al salir de cuarto medio?

Estando en cuarto medio – y como tengo familiares en Carabineros- me entró el bichito y postulé a la Escuela de Oficiales; invertí, me preparé y quedé debajo del puntaje de corte, no entré por un punto de diferencia y al parecer no era mi destino.

Al salir de cuarto medio me tomé el año porque quería volver a postular. Finalmente postulé a la Escuela de Suboficiales; quedé y no me presenté porque no era mi sueño.

¿En qué minuto aparece Santo Tomás y la carrera Técnico en Enfermería Gineco-Obstétrica y Neonatal?

Mi polola de ese tiempo tenía una hermana que estudió en Santo Tomás y me mostró la carrera TEGYN, pero en ese mismo momento me dijo “hay un solo problema: no se ven hombres”.

A mi me dio igual, no me pareció un tema importante y como me gustaba el área obstetra era lo más cercano, me acerqué, me matriculé y en ese mismo momento me dijeron que era el primer hombre matriculado en la carrera.

¿Cómo fue el primer día de clases?

Fue una sensación rara… me tocó sacar personalidad porque ya estaba aquí y es lo que hay. Me acuerdo de que el primer día había hombres fuera de la sala y pensé que no sería el único, pero al momento de entrar a la sala me di cuenta de que eran acompañantes de mis compañeras y que era el único hombre en la sala. Ya después, desenvolverse, había que tomar el ritmo y no iba a dejar lo que quería ser y lo que me gusta, por una tontera.

¿Cómo te recibieron tus compañeras y docentes?

Bien, muy bien, soy algo así como el regalón, soy el delegado del curso, me hago cargo de las cosas, todo bien. Con los profesores también, al principio me tiraron la talla, pero en realidad me tienen bien considerado, hay profesores que me dicen que siga estudiando, que ven capacidades en mí, que tengo buen perfil estudiantil y creo que me lo dicen para que no me rinda, entonces bien.

¿Es raro ser el único hombre de la sala?

Al principio sí, pero ahora no, tengo una personalidad muy extrovertida, soy florerito de mesa, tiro la talla, entonces no es raro.

¿Dirías que es una carrera sólo para mujeres?

No, no, porque hay un estereotipo de que el área de salud y anatomía femenina debe ser sólo para mujeres pero creo que los hombres debiera estudiar esta carrera si se quieren acercar a este mundo. Respecto a las asignaturas, tampoco, somos estudiantes, todos iguales y no hay barreras. Yo llevo seis meses y es lo que me gusta, no he tenido problemas porque el que sea hombre no significa que tenga más o menos capacidades, soy un alumno más.

Estás próximo a vivir la primera práctica, ¿qué esperas de esta experiencia?

Espero aprender mucho, vivir experiencias en la realidad, más allá de las salas de simulación y los fantomas, quiero aprender… A mí me gusta lo que hago, me encanta lo que hago y el día de mañana igual me gustaría seguir estudiando, salir de aquí, terminar la carrera y seguir con obstetricia. El sueño es terminar la carrera obstetricia y esa es la meta para la que estoy trabajando.