A TRAVÉS DEL PREMIO ALUMNO SELLO 2018

Santo Tomás Los Ángeles reconoce la calidad humana de sus estudiantes y entrega importante beca

Se trata de Bárbara Navarrete, estudiante de segundo año de Trabajo Social de la Universidad Santo Tomás (UST); Hans Solorza, quien cursa segundo año de Educación Especial del Centro de Formación Técnica Santo Tomás (CFT) y David Contreras, alumno de tercer año de Ingeniería de Ejecución en Administración del Instituto Profesional Santo Tomás (IP).

Acompañados de sus seres queridos, tres estudiantes de Santo Tomás Los Ángeles fueron invitados a participar de un especial encuentro de camaradería con sus autoridades académicas; un desayuno dispuesto por las direcciones de Asuntos estudiantiles y de Formación e Identidad de la Institución, para celebrar el nombramiento de los Premios Sello 2018. Un reconocimiento que es entregado a los estudiantes que logran encarnar el espíritu y los valores de la institución, los cuales se encuentran fundados en el valor de cada persona; esto es amor a la verdad, excelencia y esfuerzo, fraternidad y solidaridad.

Un tanto tímidos, pero a la vez felices, en la ocasión agradecieron a la casa de estudios por la entrega de esta distinción, señalando lo difícil que es para ellos asimilarlo, porque no lo esperaban. Y es que este premio involucra la obtención de una beca del 100% del arancel de la carrera durante este 2018.

Tomasinos con espíritu de servicio

El Premio Sello busca galardonar a quienes han honrado a la casa de estudios superiores con sus actitudes y valores.

En este caso, los tres jóvenes destacaron durante el 2017 no sólo en el ámbito de estudios, sino que además en su participación como líderes sociales, preocupados por generar condiciones de buen clima estudiantil, fomentar el trabajo de equipo, apoyar al prójimo y principalmente, a los más necesitados.

En esta línea, algunos llevaron a cabo significativas actividades, tanto en el voluntariado que lidera la Dirección de Asuntos Estudiantiles, como en el grupo de Debate de la sede. También aportando en el gobierno estudiantil o ayudando al reforzamiento de ciertas asignaturas.

“Este es el premio más importante que entrega Santo Tomás a sus estudiantes, primero desde el punto de vista económico y segundo, porque nos interesa formar excelentes Técnicos y profesionales, que encarnen los valores de la institución” manifestó Roger Sepúlveda, Rector de Santo Tomás Los Ángeles.

La autoridad de la casa de estudios superiores subrayó, además, que los estudiantes que se han adjudicado este premio son valiosos tanto para la institución, como para el país, agregando que “en general los estudiantes Sello, no sólo nos da satisfacciones ahora, sino que también una vez titulados, porque siempre estamos sabiendo de lo bien evaluados que son en los lugares donde trabajan. Mis felicitaciones para ustedes y sus familias, porque realmente son un ejemplo para sus compañeros y un reflejo de lo que queremos proyectar como institución” finalizó.

TESTIMONIOS

Bárbara Navarrete Condell, «Una joven filátropa de nacimiento»

Bárbara tiene 20 años y es oriunda de Huépil, ciudad de la región del Bío Bío que está ubicada a 45 km de Los Ángeles, desde donde viaja todos los días a estudiar.

Según manifestó Pilar Condell, mamá de Bárbara, “Ella una niña muy traviesa y regalona, especialmente de sus hermanos mayores” con quienes tiene dieciocho y quince años de diferencia.

Desde pequeña quiso estudiar Trabajo Social, siempre amó esa carrera por las ciencias que involucra y porque asegura que, en casa, permanentemente le inculcaron el amor hacia las personas. Por estas razones es que continuamente se le ve participar, en las diferentes actividades universitarias de carácter sociocultural.

¿Cómo recibes este nombramiento y beneficio económico?

Feliz, porque mi hermana me apoya para financiar una parte los estudios, entonces igual es una gratificación para mi familia.  Fue una tremenda sorpresa. Había escuchado sobre el alumno sello, pero nada más.

Los estudiantes Sello representan los valores de la institución y el premio involucra un reconocimiento a la calidad humana de la persona, ¿qué te ha dicho tu familia al respecto?

Están felices y honrados, porque son los valores con los que me han formado, entonces se concreta a través de un premio.

¿Hay algo que te gustaría destacar de tu paso por la Universidad, en estos dos años de carrera?

Me siento orgullosa de mi institución, porque a diferencia de otras instituciones de educación superior, Santo Tomás se preocupa de los futuros profesionales. De entregarles herramientas de capacitación e impartir asignaturas, que formen a todos quienes no han desarrollado un pensamiento reflexivo de la sociedad.

Están también los talleres de debate, que nos enseñan a hablar en público, otros cursos sobre cómo hacer un currículum y couching abiertos a todos los alumnos. Así también las charlas TEDx, que pocas Universidades del país han implementado, entonces todo eso me llena de satisfacción y gratitud hacia mi Alma Mater y profesores, que siempre están dispuestos a recibir nuevas ideas. Eso en otros lugares no se ve, porque por lo general el alumno no se conoce con la Jefa de Carrera, ni con su Director.

La Universidad me ha dado muchas oportunidades. He participado por ejemplo en el taller de debate, en escuelas de líderes y continuamente estoy invitando a mis compañeros a los voluntariados, porque son actividades que nos nutren a todos y dejan atrás el individualismo y la competencia de unos contras otros. En estas situaciones, uno entrega, pero también gana de la interacción, de construir ideas y del conocimiento de las otras personas.

En general felicitar a la institución que reconoce a las personas, porque es un incentivo para los estudiantes a ser mejores cada día.

Hans Solorza Sotomayor, «De Chiloé a Los Ángeles»

Este joven de 28 años, oriundo de la ciudad de Quellón, es estudiante de segundo año de la carrera Técnico en Educación Especial, que imparte el Centro de Formación Técnica Santo Tomás Los Ángeles.

El amor por el prójimo corre por sus venas. Siempre fue así, pero con mayor preocupación y entusiasmo, luego de que lo perdiera todo, en un incendio que siniestró la vivienda de su familia. Así, convirtiéndose en hijo del rigor, salió adelante gracias al apoyo de sus vecinos y la convicción de que debía continuar estudios superiores. Pasado el tiempo, por acuerdo con su polola llegaron a vivir a Los Ángeles y hoy se perfecciona en lo que lo hace feliz.

Respecto al premio Estudiante Sello, comentó que al principio no lo podía creer y que sin duda lo ayuda, porque financia sus estudios trabajando en un supermercado los fines de semana.

¿Cómo asumes este reconocimiento?

No pensé que iba a ganar el premio, aún estoy sorprendido. Fue un bonito gesto, que no esperaba. En general los papás hacen muchos sacrificios para que sus hijos estudien, entonces esto es un apoyo complementario para esa situación. Siempre una ayuda nos hace bien a todos.

Estoy muy agradecido por el premio, por los valores que se entregan en la universidad y la disposición que permanentemente tienen las autoridades académicas, para ayudar a los estudiantes.

¿Cómo nace tu agudo sentido de solidaridad?

Cuando a uno le falta, obviamente quieres que te ayuden, pero también hay que saber devolver la mano; esa es la ideología que tengo ahora y siempre que pueda ayudar lo voy a hacer, porque uno nunca está libre de nada. De repente en la vida puedes tenerlo todo y de la noche a la mañana quedar sin nada.

El 2016 se quemó mi casa, pero gracias a Dios pudimos volver a ponernos en pie. Entonces que te digan, “te premiamos porque siempre estás disponible para ayudar a las personas”, realmente me emociona, no lo esperaba. Siempre me ha gustado estar presente, por ejemplo, hay compañeros que a veces no tienen la ayuda de nadie y ahí es importante tender la mano, ayudándolos con las materias, juntándose a estudiar y compartiendo conocimientos.

Me gusta participar en las actividades sociales y de la carrera. En el caso de la DAE, aporto con un granito de arena en voluntariados de vacaciones de invierno, Comedor Solidario y Ruta Calle, junto con el Hogar de Cristo.

¿Te gustaría entregar algún mensaje a la comunidad Santo Tomás?

Estoy muy contento. Me siento orgulloso de Santo Tomás, porque no nos deja solos. Doy muchas gracias a las autoridades y en especial a mi Jefa de Carrera, quien siempre está disponible para cualquier eventualidad; ella se pone en el lugar del otro, se nota que tiene vocación y que le gusta el trabajo. Hace años que dejé los estudios y decidí continuar, por ello puedo asegurar que es cierto lo que dice Santo Tomás en su slogan “Tú puedes”, porque realmente uno puede y así ha sido para mí.

David Contreras Flores, «El reflejo de su padre»

Su entorno lo reconoce como una persona carismática, sociable y acogedora con las personas. Tiene 28 años, es Profesor de Matemáticas y actualmente cursa el tercer año de Ingeniería de Ejecución en administración en el Instituto Profesional Santo Tomás.

En este andar notó la falta de unidad entre sus compañeros y fue así como en 2017 decidió ser Presidente del Centro de Alumnos de su carrera. Tras generar algunas iniciativas de apoyo, se motivó además a ayudar a los jóvenes de cursos inferiores, quienes tenían dificultades en las asignaturas del área de Administración.

David, hoy es parte de los Estudiantes Sello 2018, por ser reflejo de lo que Santo Tomás busca proyectar hacia la comunidad.

¿Te sorprendió el premio?

Que te reconozcan ciertos valores es muy gratificante. Estoy feliz, no me esperaba algo así. Las actividades que realicé, las hice por iniciativa personal, porque me interesaba, pero no porque yo esperara un premio. Cuando me avisaron estaba en un almuerzo con mi jefe de práctica en Impuestos Internos, así es que por dentro estaba super feliz, pero no podía exteriorizarlo (ríe).

Para mi familia también fue sorpresa, pero lo creyeron de inmediato, porque están conscientes de los valores y virtudes que desde chico me inculcaron. Con este premio se ve reflejado todo el trabajo que hicieron nuestros padres. Tengo la escuela de esfuerzo de mi padre. Cuando pequeño él vivió en la extrema pobreza, a tal punto que mi abuelita le cocinaba cardos, para comer. Él se educó sólo, porque los papás lo hacían trabajar, entonces venir de ahí es algo impresionante y sería mal agradecido si derrochara todo lo que él me ha enseñado.

¿De qué manera has proyectado estos valores en la comunidad?

En la carrera a muchos les cuesta la matemática, entonces como antes estudié pedagogía en matemática, me ofrecí voluntariamente para ayudarles de manera personalizada, sin pensar en recibir algo a cambio, solamente para que aprendieran.

También postulé para ser Presidente del Centro de Alumnos de la carrera, porque los cursos no se conocían y al cruzarse en los pasillos nadie se saludaba.

Según tu experiencia de vida, ¿Cuál crees que es el ingrediente necesario, para que una persona encuentre el éxito?

Yo creo que más allá de ser un buen alumno, son los valores lo que te lleva lejos. Si, tienes que esforzarte en tu trabajo y estudios, pero más allá, en ser una buena persona.

Creo que lo que caracteriza a los tomasinos, en general, es su espíritu solidario. Esto se ve en las actividades extra programáticas o sociales que hacemos, como ir a una comunidad a ayudar a los niños o a construir. Creo que eso es lo que nos diferencia de otras universidades.