“Nuestro paradigma mental se ha ido adaptando y cada vez nos sorprendemos menos con los acelerados cambios que se están produciendo en las tecnologías y en la Sociedad… es más los estamos esperando”.

En la actual Sociedad del Conocimiento pareciera que la única constante es el cambio y la velocidad de cambio que aumenta cada día de forma exponencial, tanto en los ámbitos científicos, tecnológicos y por ende también en los sociales.

Por mencionar algunos de estos avances vertiginosos, a saber, en Bioingeniería, con el desarrollo de órganos artificiales para trasplantes. En Medicina con big-data se ha acelerado el conocimiento en la secuenciación genética, modelando miles de proteínas a la vez, con sus interacciones bioquímicas, reduciendo el tiempo de experimentación. La inteligencia artificial ha invadido todos los sectores desde los financieros a los médicos, analizando patrones de conducta y realizando simulaciones.  Hoy hay más 4 mil millones de seres humanos conectados en redes sociales…

El escenario anterior crea, para una sola Generación, una Sociedad menos sólida, menos rotunda, un mundo más precario, efímero, ansioso de invenciones y, con frecuencia, agotador. Es por ello que el Sociólogo Bauman, ya a fines del Siglo pasado, acuñó el concepto de Sociedad Líquida, que como una solución líquida va adoptando las formas que lo contienen. La definió como aquella Sociedad donde las condiciones de actuación de sus miembros deben cambiar antes de que las formas puedan consolidarse en unos hábitos y en una rutina determinada.

En este Mundo donde la única certeza es la certeza de la incertidumbre, una de las competencias que se insta a desarrollar en los Seres Humanos es ser flexible o tener mentalidad plástica.  ¿Qué significa?  Sería estar dispuesto para absorber cambios tecnológicos y sociales, no resistirse a las transformaciones… No está claro si todos podemos adoptar esta capacidad con celeridad y menos aún las secuelas emocionales sobre los individuos.

Descarga de Archivos