Estudio de alumnas de Trabajo Social de UST La Serena

“Los crianceros llevan mucho tiempo abriendo la puerta de sus casas y viendo que la tierra está seca”

Mediante un enfoque cualitativo, y gracias al apoyo de la Fundación Superación de la Pobreza, tres estudiantes están indagando cómo la desertificación ha impactado en la actividad caprina de las zonas rurales de la región.

La sequía es un visitante amplio y silencioso en la región de Coquimbo, y amiga muy cercana al cambio climático. Los habitantes de la zona, que han aumentado su cuantía en la última década, no la perciben y menos toman conciencia respecto a ella y el valor del agua. Ello, porque los datos son sólo cuantitativos y apuntan, en su mayoría a la temperatura y la mayor o menor ocurrencia de precipitaciones.

Sin embargo, desde la academia, y en específico desde la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Santo Tomás de La Serena, se ha intentado abordar la situación desde otra perspectiva, donde la persona es el centro de las consecuencias de este fenómeno.

El seminario “Impacto Social de la desertificación” fue la vitrina para dar a conocer a la comunidad distintas aproximaciones al tema, tanto de la historia, el testimonio de quienes la perciben a diario, y especialmente de quienes han indagado al respecto: las estudiantes Jireh Yañez Jorquera, Natalia Peña Rojas y Yasmina Muñoz Castillo, quienes han desarrollado la tesis “Significaciones de la desertificación en la provincia de Elqui, Región Coquimbo, año 2016”, investigación financiada por la Fundación Superación de la Pobreza.

Al respecto, Natalia Peña comenta lo que han indagado, mediante un enfoque cualitativo y a través de entrevistas a expertos y a un un grupo de crianceros de cabras de Los Caliches, Lambert y Villa de Caldera.

¿Qué es lo que han encontrado durante su trabajo social en terreno?

Dentro de los hallazgos relevantes es el punto de  vista de la pobreza, ya que los crianceros no se consideran pobres, pero sí se le aplica un instrumento técnico, ellos están bajo la línea de la pobreza. Igualmente, advertimos que el modelo económico del país ha absorbido el desarrollo de las políticas públicas; ya no se legisla en base a lo que necesitan las personas, sino a lo que el Estado y el mismo mercado necesitan.

¿Y qué es lo que necesitan estas personas según su diagnóstico?

Lo principal es ser escuchados, ser vistos. En este momento son invisibles, incluso para la provincia de Elqui. No se mira más allá de la ciudad y no se sabe que existen sectores rurales. Es primordial que se abandonen las medidas paliativas y asistencialistas, pues no basta con que se decrete zona de catástrofe y se entreguen recursos en ciertos momentos, porque la emergencia existe hace ya varios años.

¿Los crianceros son conscientes de que la sequía no es una situación temporal?

Ellos llevan mucho tiempo abriendo la puerta de sus casas y viendo que la tierra está seca. Entonces, les ha resultado impactante vivir esto. Saben que el año pasado llovió bastante, pero igualmente reconocen que eso no da abasto para los cerca de 8 años de sequía.

¿Y ven la reconversión productiva como una oportunidad para que la sequía no les siga afectando?

La mayoría de las personas que entrevistamos eran adultos mayores, y la migración es algo imposible, pues no se trasladarían a la ciudad. Aunque había un grupo que le habían entregado casas en un sector aledaño, pero manifestaban que no dejarían a sus cabras, que no caben en el terreno de esta nueva casa. Entonces no se plantean dedicarse a otro trabajo, porque la mayoría sólo llegó a sexto básico, por lo cual se dificulta su acceso a otro trabajo estable.