Gender Summit 12

Directora de Centro Cielo UST participa en cumbre internacional sobre equidad de género en ciencia y tecnología

En el encuentro realizado por primera vez en Latinoamérica y el Caribe, Pamela Caro expuso una investigación sobre el desarrollo de modelos de gestión para la inclusión sustentable de mujeres en la minería chilena.

Durante el 6 y 7 de diciembre, se realizó el seminario internacional Gender Summit 12 en Ciencia, Tecnología e Innovación para América Latina y El Caribe, que tuvo como fin crear una instancia de diálogo sobre la equidad de género en la actividad científica y tecnológica. La cumbre organizada por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) y llevada a cabo en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se realizó por primera vez en la región, reuniendo a investigadores y destacados representantes de la academia, las políticas públicas y el sector empresarial.

En este contexto, Pamela Caro, directora del Centro de Investigación y Estudios Aplicados (Cielo) de la Universidad Santo Tomás (UST), participó de uno de los paneles referidos a la igualdad de género en áreas estratégicas para el país y la región. En la instancia, la académica expuso los resultados de una investigación en curso sobre el desarrollo de modelos de gestión para la inclusión sustentable de mujeres en la minería en Chile, a través de un sistema de alerta temprana y de un prototipo de intervención.

Financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) de Conicyt, esta investigación propone una solución que aborde la inclusión y mantención laboral de las mujeres en un área preponderantemente masculina.

“En esta industria el principal incentivo que tienen es el salario, hay muchas mujeres en minería que se quedan masticando un malestar, haciendo crónica una situación de insatisfacción que en algún momento de su trayectoria laboral hará que deserten o se excluyan”, comentó Caro.

Resultados principales

En el estudio diagnóstico se analizó la inclusión sustentable de mujeres en la industria a partir de la medición de cinco dimensiones: discriminación de género; corresponsabilidad (convivencia entre demandas familiares y laborales) y conciliación (medidas que la empresa otorga); desarrollo profesional y de carrera; infraestructura y equipamiento, y satisfacción laboral.

“Curiosamente las mujeres están mejor que los hombres solo en el indicador satisfacción por la participación, esto significa que simplemente están agradecidas de estar ahí. Por otro lado, la evidencia muestra que la industria ha puesto mucho esfuerzo en infraestructura y equipamiento, sin embargo, esta variable no tiene incidencia en la inclusión. Lo que sí afectaría su permanencia es no tener desarrollo de carrera junto al equilibrio y conciliación”, explicó Pamela Caro.

En cuanto a la discriminación de género, la investigadora aseguró que los resultados indicaron que “las mujeres declararon navegar en las aguas de la discriminación porque viven este tipo de experiencias en otros espacios también. Sucede en la calle, en el transporte, en el aeropuerto, por lo tanto, las sortean solas, no exigen a la empresa que actúe”.

Asimismo, se refirió a las implicancias sociales que involucra su ingreso. “Las mujeres creen que cuando ellas accedieron a la minería fue conociendo las condiciones de distancia, de trabajo, con intimidación y alejamiento. Es necesario corregir ese lugar del inconsciente, para hacer exigibles los temas de corresponsabilidad y reconciliación”, argumentó la directora del Centro Cielo.

Interponerse a la deserción

Posteriormente al estudio, se desarrollará un modelo integral de gestión que favorezca la permanencia, retención, desarrollo de carrera, proyección de futuro y bienestar laboral de las trabajadoras. Para ello, se creará un sistema de alerta temprana de exclusión con cerca de 23 indicadores que midan los niveles de riesgo enfrentados. Entre estos se encuentra el bajo reconocimiento laboral, licencias por maternidad, permisos denegados por actividades escolares de hijos o de salud de familiares, falta de oportunidades para realizar estudios superiores paralelos al trabajo y denuncias de acoso sexual.

Además, la investigación, que tendrá una duración de dos años, planea desarrollar un prototipo de intervención rápida con componentes de evaluación que eviten la deserción. El desarrollo de ambas herramientas tecnológicas permitirá favorecer no solo el clima de la organización, sino que también la competitividad de las empresas mineras, evitando igualmente la fuga masiva de quienes trabajan en estos entornos.

“Las mujeres que están en minería no identifican a la empresa como un actor político que debiera introducir medidas de reconciliación. Nosotros concluimos que el desarrollo de carrera y la reconciliación de la familia con el trabajo son las variables más importantes para su inclusión. Por eso, ahora estamos generando un sistema que alerte tempranamente la exclusión en esas dos principales dimensiones y un prototipo de acciones y medidas que permitan enfrentar esa situación de riesgo”, concluyó Caro.