Si bien hay mayor interés en erradicar la violencia hacia la mujer, seguimos viendo constantes agresiones disfrazadas de chistes, piropos, atenciones y creencias en torno a lo que es ser mujer. A medida que tomemos mayor conciencia de conductas asociadas a violencia de género, mayor será el número de mujeres que se den cuenta que están siendo agredidas.

Esto llevaría a que muchas mujeres, que consideran “normal” ciertas conductas en relaciones de pareja, como el hecho de tener que contar con aprobación del marido o pareja para tener o no una amistad, puedan tomar conciencia de que esto es un medio de control en su contra. Ejercer poder para controlar, manejar y manipular es violencia en la pareja.

Según la última Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar contra la mujer y delitos sexuales, el 38% de las mujeres ha sido violentada de alguna forma. Esta cifra podría estar dando cuenta de la mayor conciencia en la mujer, como un primer paso al reconocimiento de la violencia y no tolerar agresiones.

Como sociedad debemos cambiar la forma en que nos relacionamos. Muchas veces, lo que se entiende como “masculinidad” está asociado a violencia de género, por lo que es responsabilidad de los padres educar a nuevas generaciones con una conceptualización menos violenta de lo masculino. Conjuntamente, es importante ir educando a las mujeres para que confíen y tengan claro que no pueden aceptar ningún tipo de violencia de sus parejas.

También es importante que cada individuo de nuestra sociedad sea activo en prevenir actos de violencia cotidianos. No es extraño ver a alguna jovencita siendo manoseada en el transporte público y nadie hace o dice nada. Debemos pronunciarnos al ver estos actos de violencia si deseamos una mejor sociedad.