¡Terminar con la violencia en la escuela, “con la violencia social”, es tarea de todos!

La Ley  20536 sobre Violencia Escolar, en su artículo 16 B, define como acoso escolar: “…toda acción u omisión constitutiva de agresión u hostigamiento reiterado, realizada fuera o dentro del establecimiento educacional por estudiantes que, en forma individual o colectiva, atenten en contra de otro estudiante, valiéndose para ello de una situación de superioridad o de indefensión del estudiante afectado, que provoque en este último, maltrato, humillación o fundado temor de verse expuesto a un mal de carácter grave, ya sea por medios tecnológicos o cualquier otro medio, tomando en cuenta su edad y condición.”

Este acoso escolar, más conocido como bullying, literalmente es la actitud de actuar como un toro (bull) en el sentido de pasar por sobre otro u otros sin contemplaciones, según el noruego Dan Olweus (1978). Este actuar irracional, tiene sentido pues nuestra naturaleza humana nos lleva a entender que muchas veces en nuestra vida, la “animalidad”, de la que todos somos parte, aflora para hacer sentir nuestro poder sobre los demás, principalmente frente a los más débiles. A pesar de los miles de años de civilización, esto no ha cambiado y al parecer hoy invade todos los rincones de nuestra sociedad comenzando por la familia, por ejemplo aquellos hombres que agreden hasta la muerte a sus parejas o esposas. Por lo tanto, el problema no sólo está en la escuela con el acoso escolar, la violencia está presente desde la intimidad familiar hasta los espacios públicos tales como la calle o los estadios. Por eso, la sana convivencia se ha convertido en un bien escaso y deseable ¿Cómo podemos desarrollar una cultura de sana convivencia?

No es tarea fácil. Creo que una buena convivencia, es decir, la coexistencia pacífica en todos los ámbitos de la sociedad, supone una interrelación positiva entre todos. Para ello se necesita generar un cambio cultural, por lo tanto es tarea de todos, no sólo es labor de la escuela o del sistema educativo. Se trata de construir una forma de relación interpersonal comunitaria, sustentada en el respeto mutuo, sin violencia entre los diferentes actores, que comienza en la familia, continua en la escuela, las redes sociales, los medios de comunicación, el Parlamento y el propio Gobierno. ¡Educar es tarea de todos! Es  difícil, pero ya es tiempo de cambiar de actitud.