Tareas para la casa: ¿Es mayor el costo o el beneficio?

Ante eso me gustaría compartir una reflexión que manifiesta muy bien mi postura sobre ello.

Nunca olvidaré un libro que me regaló una colega al graduarnos de los estudios superiores que habla del Caballo que no tiene sed y del campesino que tira de la brida para obligarlo a beber agua. El caballo ni se mojaba el hocico, mientras el hombre hundía a la fuerza el hocico del animal en el agua -¡bebe!-  Pero el caballo relinchaba y resoplaba y no bebía el agua.  Se acerca entonces otro campesino y le dice: tú no te has dado cuenta de que ahora el caballo no tiene sed, déjalo comer, correr y trabajar y verás cómo corre al agua.

Lo mismo pasa con el aprendizaje, si no propiciamos un ambiente para el aprendizaje, los alumnos no van a aprender. Obligarlos no es la forma. Hacer algo porque sí, no tiene lógica. Si no encontramos un sentido a lo que hacemos en la sala de clases, no hay incentivo al aprendizaje. Si no encontramos la forma de asombrar a los estudiantes con elementos que desarrollen su curiosidad, ellos difícilmente querrán acercarse al conocimiento. Debemos generar ganas de aprender.

¿Qué hacen hoy sus hijos en el colegio? Gran parte del tiempo escolar están en la sala de clases sentados, escuchando a un profesor dictar o hablar de algo que después el alumno debe reproducir en una evaluación, que se traduce en una calificación ¿Qué más hacen en el colegio? Esa pregunta la tiene que responder cada uno de ustedes apoderados, acercándose a la escuela, quedándose una jornada completa con su hijo, preguntando por el proyecto educativo del colegio, por la planificación semestral. ¿Cuánto sabemos del colegio en que estudian nuestros hijos? Entonces ¿por qué el tema  de las tareas escolares pasa a ser algo extra, una carga? He aquí una breve alusión.

El niño es un ser de movimiento, es sanguíneo por naturaleza, debe mover su cuerpo, escalar, trepar, correr, jugar, reír, tirarse al suelo, columpiarse, la mayor parte del día ojalá hasta los 7 años. Esto no lo digo yo, lo dicen los estudios de las  neurociencias hace muchos años. El niño que fortalece su desarrollo motor desde pequeño en un ambiente amoroso y cuidado, desarrolla luego su lenguaje, su intelecto y su sociabilidad sin problemas. En la escuela los niños permanecen mucho tiempo sentados, trabajando con las manos y los ojos. Luego en sus casas deben sentarse nuevamente y trabajar igual ¿Cuándo se mueven? ¿Cuándo juegan? ¿Cuándo desarrollan su creatividad?

Las escuelas están frente a una gran encrucijada: seguir con las mismas aulas de hace treinta años atrás o avanzar hacia el aprendizaje activo, participativo, en movimiento, fuera del aula, fuera del ppt, lejos de las guías y las pruebas y cerca de la naturaleza propia del niño o niña. Las tareas siempre han existido porque son importantes para crear hábitos, para despertar curiosidad, para estudiar, recordar y aprender más, pero cuando la tarea no tiene sentido y es más de lo mismo y los niños y niñas apenas pueden hacerlas solos (muchas veces los padres las tiene que hacer o terminar) pierden totalmente el sentido. Las tareas te ayudan a aprender a estudiar, desarrollan  responsabilidad, dedicación, sin embargo es indispensable que estas labores estén vinculadas con actividades propias de la edad de los niños y que ellos tengan autonomía y ganas para hacerlas sin que se convierta en  una molestia, una angustia o una carga para los padres, las tareas bien hechas son aquellas que:

  1. El niño o niña puede hacerlas solo, con autonomía.
  2. Tiene conexión con las actividades realizadas en clases.
  3. Son prácticas, no llenar hojas de libros.
  4. Se pueden realizar con recursos básicos.
  5. Fomentan la investigación, creatividad, curiosidad.

Evalúen las tareas de sus hijos bajo estos criterios y vean si pasan la prueba, ahí sería importante, plantear con fundamento y conocimiento en cada escuela el tema y pedir que las tareas tengan un sentido verdadero y no sea llenar por llenar. No dejo de pensar que la tarea es un espacio valioso que no debe ser eliminado sin considerar su aporte y beneficio, lo importante es saber hacer la tarea.