Rosado y Celeste: Equidad de género en la educación superior

No ha pasado mucho tiempo desde que las mujeres comenzaron a ejercer su derecho a voto, en Chile el sufragio femenino comenzó en 1934 y recién en 1952 pudieron elegir un presidente. Las mujeres hemos avanzado cada vez en la vida política y pública, accedimos al mundo laboral y estudiantil. Nos dimos cuenta de nuestros potenciales, pero aún queda camino por recorrer, para derribar el estigma que poseen algunas carreras de educación superior. Muchos de nuestros ciudadanos consideran aún que hay profesiones exclusivamente para mujeres, por el lado de los varones tampoco están exentos de dichos prejuicios a la hora de elegir una carrera.

Con respecto a esto, el área lógico- matemática, se considera desde la colectividad asociada al público masculino, esto provoca que un gran número de alumnas eviten estudios relacionados con las ingenierías, las cuales poseen una matrícula que fluctúa en un 90% de varones, incluyendo construcción, minería, electricidad, entre otras. En el caso de los hombres que estudian carreras del área de educación parvularia o especial, las estadísticas hablan de sólo un 1% de inscritos ¿quién dice que por ser hombre no será un excelente educador?

Coartamos las motivaciones de muchos jóvenes, antes siquiera de intentarlo. Debemos avanzar y mantenernos abiertos a estos cambios, derribemos mitos, aún falta mucho camino por recorrer. En los últimos años la matrícula femenina en educación superior ha sido mayor a la masculina, pero al momento del egreso les queda otra gran batalla que afrontar en términos de igualdad salarial.

Esta es nuestra realidad, apoyemos a nuestros jóvenes con respecto a la elección de las carreras sin importar su género, saquémonos la venda ante los ojos, los límites los disponemos nosotros mismos.