Uno de los hitos del desarrollo psicomotor es el gateo, que aparece entre los 9 a 11 meses de edad y el tiempo que dure se relaciona con el desarrollo previo del niño: mientras más ideal haya sido éste, más breve será la etapa de gateo.

El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones a nivel motriz, intelectual y emocional

El gateo no solo se relaciona con una forma de desplazamiento que adquiere el bebé, sino que también es útil para la alimentación, ya que al gatear se producen movimientos de cabeza que inciden directamente en movimientos que se producen dentro de la boca que son fundamentales para la masticación.

También se relaciona con que los bebés adquieran reacciones protectoras eficientes, las que serán importantísimas cuando comiencen a caminar y se caigan y deban proteger su cara. A su vez les permite ir mejorando el conocimiento de su propio cuerpo a través del desarrollo de su esquema corporal, lo que les permite pasar debajo de sillas, mesas y otros obstáculos sin pegarse.

¿Existen bebés que no gatean? Si, existen niños que no lo hacen, sobre todo a aquellos que se les ha puesto en andador o se les ha adelantado haciéndolos caminar antes de tiempo. Sin embargo, por lo general estos niños gatean después de haber adquirido la marcha o lo hacen en otras actividades, por ejemplo, trepan muebles, actividad que imita el gateo pero en otro plano.